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El día 25 de noviembre de 2016 publicaba el periódico la Voz de Cádiz el siguiente titular: “Un curso para desempleadas incluye clases de estimulación del clítoris en Cádiz.”
En el texto se puede leer el siguiente párrafo: “las mujeres han recibido lecciones de como estimular su clítoris, algo que ha sorprendido a muchas de ellas al no entender la relación que tienen estos contenidos con el objetivo final del curso: la búsqueda de empleo. Es más, en el curso han llegado incluso a sugerir que contaran su experiencia si lo practicaban”.
Nos parece lógico que aquellas trabajadoras gaditanas no llegaran a entender que la forma más idónea para salir de la situación de paro laboral a la cual se encontraban sometidas, fuera la de estimularse el propio clítoris. Es difícil establecer relaciones de causalidad entre fenómenos integrados en segmentos tan diferenciados de la realidad como son: el logro de un puesto de trabajo y la masturbación.
Quizás algunas de aquellas mujeres, pensando que, bueno, como hoy día las ciencias adelantan que es una barbaridad, tal como afirma el boticario en el primer cuadro de la deliciosa zarzuela La Verbena de la Paloma, en su interior exclamara: ¡Vamos allá! y con vehemente frenesí se dieran a masajear con fruición su propio clítoris, al objeto de lograr el puesto de trabajo que anhelaban. Pero no dudamos que a la mayor parte de aquellas trabajadoras los contenidos docentes de aquel curso habrían de resultarles un tanto exóticos.
Es posible que si aquellas trabajadoras hubieran leído a Lenin les habría sido más fácil dar una interpretación coherente a las clases impartidas por el profesorado de aquella acción formativa “…para asaltar el poder es necesaria una degradación previa, constante y progresiva del tejido social. Una ocupación creciente de pequeños puntos que vayan extendiéndose como la gangrena. El objetivo es convertir una sociedad sana, fuerte e inexpugnable en un cuerpo enfermo, cansado y sin ánimos de resistir”.
Sabido es que lo que viene llamándose fuerzas progresistas en Occidente constituyen los arietes con los que, el Nuevo Orden Mundial pretende hacer un mundo adecuado a los intereses de las más altas instancias del capitalismo internacional.
También nos decía Lenin que la forma de actuación quedaba resumido en el lema: “A los cuerpos la tortura, a las almas la mentira”.
Ya, con estas declaraciones, parecía anunciarnos Lenin que sus propósitos trascendían más allá de las estructuras laborales, afincándose con exclusividad en una pugna de carácter exclusivamente cultural, que como mera herramienta utilizaba el desasosiego existente entre los empobrecidos.
Es conocido que las más poderosas estructuras bancarias judeo-anglosajonas financiaron la revolución bolchevique en Rusia. Y que también esas mismas instancias mantuvieron en pié a la Unión Soviética, mientras esta les fue útil.
Cosa que no nos debe de extrañar, pues ya nos informaba Spengler de que “No hay ningún movimiento proletario, ni tan siquiera uno comunista que no haya operado en interés del dinero, en la dirección marcada por el dinero y durante el tiempo autorizado por el dinero, y todo esto sin que los idealistas de entre sus líderes, tengan la menor idea de ello”.
También se sabe de igual forma que Gransci dio un giro radical a la estratégia marxista, o lo que es lo mismo, a la táctica a seguir para la implantación del Nuevo Orden Mundial. Gransci pensaba que llevar a término la Revolución, con el crimen como único soporte y la mentira como instrumento exclusivo, no era el camino más adecuado para conseguir los objetivos perseguidos por la Revolución. Por lo que consideraba que sería más adecuado, que estos fueran inoculados en los pueblos mediante la penetración en los entornos culturales. En definitiva, en las estructuras que facilitan los referentes interpretadores de la realidad por parte de los ciudadanos.
Y de este modo surge el marxismo cultural, al cual le dan forma los pensadores de la Escuela de Frankfurt.
Así el mundo universitario habría de quedar fagocitado por los tentáculos marxistas. La Iglesia habría de ser infiltrada. El arte y los distintos segmentos culturales habrían de ser colapsados de marxismo. Incluso los ejércitos. De igual forma los organismos internacionales habrían de quedar teñidos de marxismo en su configuración cultural.
Lukacs, es uno de los cinco hombres geniales a los cuales el marxismo debe su expansión universal.
Bajo nuestro punto de vista estos cinco genios son:
- Lev Davidovich Bronstein, más conocido por Troski. Interventor del socio capitalista en la empresa revolucionaria.
- Otto Ville Kuusinen, diseñador de la red de organizaciones pantalla.
- Antonio Gramsci, inspirador del marxismo cultural que habría de dar lugar a la Escuela de Frankfurt.
- Vilhelm Müzemberg, genio de la comunicación social, encargado de la propaganda en Occidente, y diseñador de la recluta de personajes de la cultura para ponerlos al servicio del marxismo.
- Gyorgy Lukács diseñador de lo que el mismo denominaría “terrorismo cultural”.
A estos cinco nombres habría que añadir, por supuesto, al gran financiero de la Revolución: la banca judeo-anglosajona.
Cada uno de estos hombres geniales serían merecedores de todo un tratado, no solo de un breve artículo.
En las presentes líneas, y al único objeto, de dar apoyo teórico a las mismas, vamos a referirnos específicamente a Lukács.
Gyorgy Lukács fue un acreditado intelectual marxista, insigne teórico, prolijo escritor, cofundador de la Escuela de Frankfurt y con un brevísimo periodo de práctica política.
Lukács coincide plenamente con las conclusiones a las que había llegado Gramsci. La diferencia de Gyorgy Lukács con Gramsci está en que Lukács tuvo lugar a poner en práctica sus conclusiones teóricas durante la dictadura comunista de Béla Kum, durante cuatro meses y medio en Hungría desde su puesto de Comisario de Cultura.
La labor de Lukács como Comisario de Cultura se cimenta en dos asertos que el mismo verbaliza:
1º.- ¿Quién nos librará de la civilización occidental? O lo que es lo mismo de la cultura cristiana
2º.- Terrorismo cultural.
Es interesantísimo observar como el objetivo de Lukács se centra en la lucha contra la civilización occidental o cultura cristiana, y que para tal fin la herramienta que considera más adecuada es el terrorismo cultural.
Hoy día no nos extraña este hecho. Son los mismos dirigentes marxistas americanos, los que nos informan de que el verdadero objetivo revolucionario es cultural, y que para el logro de los mismos, los pobres son mero instrumento. Petro en Colombia, nos confiesa que para lograr los objetivos revolucionarios, los pobres han de seguir siendo pobres, pues en cuanto se les saca de la pobreza y se les introduce en la clase media dejan de votarnos y empiezan a votar a la derecha. O tal como Hugo Chaves preconizaba en Venezuela “los pobres deben de seguir siendo pobres, pero pobres con esperanza. Pues los pobres son los que nos votan y los que nos dan el poder”. Mucho más explícito es el presidente de Méjico, Andrés Manuel López Obrador, cuando proclama que “apoyándose en los pobres va uno a la segura, porque así, cuando se les necesite, en este caso, para llevar a cabo la transformación, se cuenta con ellos”.
Lukács apoyado en ambos pilares (desguace de la cultura cristiana, y terrorismo cultural) diseña un programa de educación sexual mediante el cual se instruye a los niños en las bondades del amor libre y los intercambios sexuales.
De igual forma en dicho programa docente se describe la naturaleza irracional y opresora de la familia tradicional, la monogamia y la religión, lo cual, se les decía a los niños, priva a los seres humanos de placeres ilimitados.
Quizás las bases en las que Lukács cimenta su programación docente para los niños húngaros durante el periodo en el que desempeñó la Comisaría de Cultura, en el gobierno de Béla Kun, nos evoque los programas educativos a los que los niños españoles son sometidos en la actualidad. Programas en los que la asunción de las diferentes técnicas masturbatorias, por parte de los alumnos, se convierte en un área de conocimiento de trascendente importancia, y en el que los alumnos son debidamente tutorizados, a fin de que, mediante el adecuado discernimiento, descubran si son niñas o son niños, pues de sobra es conocido que “hay niñas que están dotadas de pene y existen niños que están dotados de vagina”.
Hace unos meses doña Irene Montero, militante del partido político Podemos, de ideología marxista y Ministra de Igualdad del Gobierno de España presidido por don Pedro Sánchez, vociferaba con desmedida intensidad decibélica que, “los niños podrán amar o tener relaciones sexuales con quien les de la gana basadas, eso si, en el consentimiento”.
Con esta afirmación, cuyo significado profundo quedó incorporado a la Ley conocida como del “solo si, es si”, se termina con el manto protector que la legislación anterior tendía sobre los niños españoles.
En el Artículo 182 del Código Penal quedaba especificado que “el que interviniendo engaño o abusando de una posición reconocida de confianza, autoridad o influencia sobre la víctima realice actos de carácter sexual con persona mayor de 16 años y menor de 18 años será castigado con la pena de 1 a 3 años de prisión”.
O sea que la ley preveía que un menor, por su inmadurez psicológica, podía consentir en virtud del engaño o abuso, y este engaño o abuso debía de ser castigado. Doña Irene Montero proyecta con sus palabras un oscuro desamparo hacia los niños y las niñas. Doña Irene Montero parece tender una brisa de liberalidad hacia los potenciales pederastas.
Doña Irene Montero basa su dogmática en el “consentimiento”.
Veamos.
En todos los países civilizados se considera que los menores no poseen la madurez psicológica para otorgar consentimiento de nada. Ni para tener relaciones sexuales con adultos, ni para ir de excursión con el colegio a visitar el Monasterio del Escorial, y es por este motivo, por el cual el colegio pide a los padres o tutores su “consentimiento” por escrito, para que el niño acuda de excursión al Escorial junto con sus compañeros.
En España los niños a partir de ahora seguirán teniendo necesidad del consentimiento paterno o tutorial para acudir al Escorial de excursión, pero estarán liberados de tal consentimiento paterno o tutorial para tener relaciones sexuales con el pederasta de turno.
No faltaron los que pensaron que, tan solo, doña Irene Montero pretendía dar cobertura legal a los hijoputas que, próximos al poder, habían utilizado a las niñas internas en centros de protección de menores para su propio desahogo sexual.
Pero tardamos muy poco en percatarnos de que la causa era otra. Todo era achacable a las pautas recibidas desde arriba. El hecho era muy grave, pero también era ilustrador de las estructuras del desazonador mundo en el que nos ha tocado vivir.
Tan solo transcurridas pocas semanas, corroborando las palabras de doña Irene Montero, Naciones Unidas hacía públicos los principios del 8 de marzo para la proscripción del derecho penal de las conductas asociadas al sexo, reproducción, uso de drogas, VIH, indigencia y pobreza.
Estos principios eran los regalos con los que, Naciones Unidas, obsequiaba a las mujeres trabajadoras en el día en el que eran homenajeadas a niveles internacionales. Principios que, desconocemos la relación que puedan tener con la laboriosidad femenina. Principios que daban pautas a los países miembros para la modificación de sus códigos penales, siguiendo los criterios de sujetos desconocidos, a los cuales nadie había elegido democráticamente. Principios que, tan solo, tenían como fundamento la tiranía que ejercen ciertas fuerzas opacas, que hoy rigen el mundo con férrea dictadura.
Pasemos a contemplar los contenidos de tres de aquellas veintiuna pautas que deben seguir los países miembros, en lo concerniente a sus respectivos códigos penales.
El principio decimoséptimo, sugiere a los estados miembros la despenalización de la prostitución y bajo el epígrafe “Trabajo sexual” se puede leer el siguiente texto: “El intercambio de servicios sexuales entre adultos por dinero, bienes o servicios, y comunicación con otro acerca de, publicitar una oferta o bien compartir local con otro a propósito de intercambiar servicios sexuales entre adultos que consientan dinero, bienes o servicios, ya sea en un lugar público o privado, no puede ser tipificado como delito, en ausencia de coacción, fuerza, abuso de autoridad o fraude.
Podemos contemplar cómo se sugiere a los países, la incorporación de la prostitución al ámbito del intercambio comercial libre y abierto, al igual que cualquier otro bien o servicio.
Previamente en el principio décimo primero bajo el epígrafe: “Limitaciones a la responsabilidad penal por personas menores de 18 años” se dice: “Nadie menor de 18 años puede ser penalmente responsable de cualquier conducta que no constituya un delito penal si es cometido por una persona mayor de 18 años”.
Lo cual, pensamos que nos quiere decir que, si el trabajo sexual ha de estar abierto a personas mayores de 18 años, exactamente igual deberá ser para aquellas personas menores de 18 años. Y no hay que haber hecho un doctorado en Harvard para descubrir que en el segmento de edad de menores de 18 años están comprendidos los niños.
El Principio décimo octavo queda epigrafiado del siguiente modo: “Orientación sexual, identidad de género y expresión de género” y en sus contenidos podemos leer: “Nadie puede ser penalmente responsable de las prácticas consentidas encaminadas a ayudar a otros con la exploración, libre desarrollo y/o afirmación de la sexualidad orientación o identidad de género, a menos que haya habido fuerza, coacción, fraude o negligencia, o falta de toma de decisiones libre e informada por parte del interesado.
Se entiende que toda conducta que vaya dirigida a enseñar su “verdadera identidad sexual” a un niño, que por supuesto, será aquella que al posible pedófilo instructor se le antoje, habrá de ser permitida, sin objeción penal alguna.
Poco tardará este oscuro y turbio mundo en ofrecer en las galerías comerciales a niños como productos para el consumo sexual.
Es evidente, que las tenebrosas fuerzas del Nuevo Orden Mundial, pueden sentirse satisfechas de sus fulgurantes victorias y logros. El que pertenezcamos al sector de los vencidos, no nos impide que, desde estas líneas, les hagamos llegar nuestra explicita felicitación.
Pero permítanos el provisional vencedor, recordarle las palabras que pronunció Dios, cuando hecho carne habitó entre nosotros, y refiriéndose a los corruptores de los niños, dijo: “Mejor les fuera si se les atase al cuello una piedra de molino y se les lanzase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos”.
Y ahora que tanto se habla de futuras y desconsoladoras catástrofes cósmicas, me pregunto yo, ¿no está haciendo el mundo actual méritos suficientes y sobrados, por su connivencia con el Señor de la Mentira y del Homicidio, para que nos venga el justo y merecido “azufrazo”, mediante el cual todos nos vayamos de cabeza al carajo?.
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«Es posible que si aquellas trabajadoras hubieran leído a Lenin les HUBIERA/HUBIESE sido…» Sí, dos subjuntivos seguidos, porque esta oración no es una condicional pura al haber comenzado usted con una subordinada: «Es posible que…» y, de ninguna manera puede usted decir «Es posible que habría…» También sería aceptable esta redacción: «Posiblemente, si aquellas trabajadoras hubieran leído a Lenin, les habría sido posible…» ¡ahí, sí!
Le ruego que acepte usted mi agradecimiento por sus puntualizaciones de carácter gramatical.
Muy bien. Lo peor es la deformación que muchos vascos han, por desgracia, contagiado a un gran número de hablantes y que consiste en un «debería» en lugar de un «debiera». Un horror. Una policía idiomática es lo que nos hace falta, facultada para imponer multas a los medios y lista para arrestar en directo al presentador o secuestrar un periódico.
Buen artículo. Sólo decir o reformularlo por mi cuenta como que la menestra verdulera, la Tontero, confunde, maliciosamente por supuesto, consentimiento con aquiescencia. Un menor de edad no puede consentir nada por debajo de la edad legal de consentimiento. Ésta varía mucho de país a país pero nunca es inferior al comienzo de la pubertad, salvo en ciertos países musulmanes donde no hay edad de consentimiento sino que el único requisito es el matrimonio. Estas leyes no se basan en una tradición simplemente sino que han sido corroboradas en sus fines y bases por la psicología evolutiva.
Existe una identidad sexual en los individuos en la medida en que se conozcan a sí mismos y sus preferencias, atracción o sentimientos estables por ciertos otros. Lo de la «orientación» es más problemático porque más bien lo que habría serían desorientaciones que den paso a falsas identidades o a identidades endebles, cambiantes y turbias. La identidad no está condicionada o determinada cultural o socialmente mientras que la desorientación sí lo está al hacer dudar a muchos de su identidad si son susceptibles de ello. De hecho, el hombre actual urbano y la mujer actual urbana son, en general y como promedio, mucho menos masculinos o femeninos hormonalmente que hace unas pocas generaciones, como puede verse en análisis de sangre. No pasa en otras razas, latitudes o entornos. Sólo los del Extremo Oriente son seres menos sexuados en todos los sentidos, incluyendo comportamiento y dimorfismo sexual.
Me siento muy complacido al poder observar que mi artículo a merecido su atenta lectura.
Le reitero mi agradecimiento por sus comentarios y puntualizaciones.