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El Estado garantista no implica dejar la razón ordenada a un lado. Ahora bien, esto no se ha entendido en España, donde unos y otros han legislado a su forma y manera, amparados por un electorado estúpido, analfabeto y desmemoriado.

    Fue el primer gobierno presidido por José Mª Aznar (el personajillo que reivindicó a Manuel Azaña como mentor de la propuesta del Partido Popular, y quien instó a una señora a que le midiera el miembro viril, en lugar de dar voz y voto a su propia esposa, que algo tendría que saber) quien inundó de extranjeros España; extranjeros a los que no le quedó más remedio que legalizar al primer gobierno de Zapatero, siquiera fuera por enmendar el destrozo que estaban causando a nivel laboral.   

    La invasión extranjera no ha parado en España desde aquellas fechas de vino y rosas. Entre sus consecuencias más graves tenemos hoy, día 11 de febrero, un incremento del presupuesto en seguridad, con 1.000 efectivos entre Policía y Guardia Civil, consecuencia de la proliferación de las llamadas “bandas latinas”, cuyos miembros ya ponen al Estado español en jaque. La pregunta sería cómo entraron estos elementos en nuestro país, y por qué no se les ha expulsado hace años.  

    En otro sentido, la voz de alarma se ha dado en Francia: Roubaix (Nord-Pas-de-Calais), pero igual de peligrosa es la situación en Lavapiés, barrio de Madrid calificado de “multicultural”, tomado por moros y africanos. Aunque la propaganda buenista y garantista nos lo siga presentando como “un barrio concurrido de bares y centros culturales donde se organizan exposiciones y eventos, habitado por diferentes culturas que conviven en armonía”. Es decir, un lugar idílico donde ningún español decente quiere vivir… ¿Se acuerdan ustedes de las campañas de promoción turística a Vascongadas cuando más arreciaba el terrorismo de ETA? Pues bien, esto es lo mismo.

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    Ahora bien, como aquí nadie tiene la culpa de nada, porque hemos hecho que todos los dirigentes sean tan “irresponsables” como declara la misma Constitución que es Felipe VI, es por lo que Jorge Fernández Díaz (el hombre que descubrió a Dios en la “ciudad burdel” de Las Vegas, e imputado en diversas causas criminales) prefiere hablar de la Virgen de Lourdes (La Razón, 11 de febrero de 2022), justo el día en que saltan todas las alarmas sobre dos casos que fueron de su competencia: Bandas latinas. Y descubrimiento de que ETA sigue existiendo, infiltrada y manejando todos los ámbitos políticos y sociales en Vascongadas.

        ¿Recuerdan ustedes como cayó la cultura occidental en Oriente…? Pues, porque los barbaros terminaron descubriendo las fisuras del muro inexpugnable que era Constantinopla.  

Autor

Pablo Gasco de la Rocha