14/05/2024 08:17
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(aunque sólo sea para, de momento, acabar con la Dictadura que se nos está imponiendo)

      AQUÍ HACE FALTA ¡YA¡ UN «CONTRAGOLPE» QUE FRENE Y EVITE EL «AUTOGOLPE SÁNCHEZ» (sea civil, parlamentario, real, o militar)

¿Y quién le pone el cascabel al gato?

He aquí el problema.

 Porque el suave Ñúñez Feijoo no hará nada si no le cuadran los números, VOX no puede porque saca demasiadas banderas de España y Doña INÉS bastante tiene con lo que tiene.

EL REY DON FELIPE

Porque seguro que muchas cosas se arreglarían si la Nochebuena saliera en TVE y dijese:

  «Españoles, podéis iros a dormir tranquilos. Se acabaron los golpes y los contragolpes… España estará siempre por encima de todo y de todos… y la Democracia es sagrada y la Libertad, más.

Yo os aseguro que mañana comienza la NUEVA TRANSICIÓN.

Buenas Noches.

UN SARGENTO DE HIERRO

El 1 de febrero del 2.010 publiqué el artículo que hoy reproduzco para que se avergüence esa Derecha cobarde que vive escondida en la moderación y el centro… y esperando que un general o un PAPA le saque las castañas del fuego.

        Bueno, en aquella ocasión hubo un prepotente Pedro J, Ramírez que, al menos, se atrevió a pedir «Un sargento de hierro», como pueden comprobar  si lo leen:

UN SARGENTO DE HIERRO

El poderoso y triunfante Pedro J. Ramírez pedía casi a gritos en su «pastoral» semanal de los domingos un sargento de hierro. «Por desgracia -escribe- tal como se va poniendo esto, España necesitará que las próximas urnas le traigan como mínimo un sargento de hierro y, a ser posible, un comandante de acero». O sea, un Dictador al estilo romano, porque no hay que olvidar que la figura del Dictador salió del Senado de Roma. Aquellos Dictadores, a los que se les concedían plenos derechos para hacer y deshacer, se nombraban por un tiempo limitado y ante una situación de emergencia nacional. Mal, muy mal, tiene que ver las cosas Pedro Jota para que ya diga que aquí hace falta una mano de hierro o de acero. Y no pide un general porque eso trae malos recuerdos y además ya no quedan. Y lo gracioso es que el director de «El Mundo» tiene razón. Aquí hace ya falta un dictador que acabe con el cachondeo general que vive la antigua grande Nación española. Un Dictador que ponga patas arriba el Estado de las Autonomías y acabe con la sangría y el pitorreo de los 17 Reinos de Taifas (¡Dios, cuantos miles de millones de Euros nos ahorraríamos!). Y no sólo eso. Un Dictador que metiese en la cárcel sin contemplaciones a los millones de corruptos que se están llevando España a trozos y trocitos a sus casas, sus fincas o sus Yates. (Tendría que introducir en el Código Penal el Delito de Alta Traición para castigar a los ladrones de guante blanco, porque ¿qué diferencia hay entre el que vende un secreto de Estado al enemigo o el que roba el dinero del Estado?). Un sargento de hierro que acabase con el cachondeo que son hoy los partidos políticos y los refundiera con los restos; que refundiera los sindicatos y acabase con las subvenciones millonarias a dedo… y si preciso fuere que cambiase el Régimen por otro, como sucedió el 14 de abril de 1931, y sin derramar una gota de sangre. Que España se acostó una noche monárquica y se levantó republicana ¡y no pasó nada!

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Y todo esto debe hacerse, puede hacerse, hay que hacerlo al estilo Fernández Miranda cuando en 1976 (estos días se cumplen 33 años) se inventó la Ley para la Reforma Política que se cargó el franquismo y trajo la democracia: » De la Ley a la Ley a través de la Ley». Tampoco entonces pasó nada y hubo un Cambio total.

La Democracia tiene fuerza suficiente para acoger un sargento de hierro, ese que pide con acierto Pedro Jota Ramírez. Lo malo es que estos políticos no están dispuestos ni capacitados para hacerse el «hara-kiri», aunque España se hunda en el precipicio. ¡¡Fuera gorros¡¡

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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José Luis Fernández

La propuesta de un cirujano de hierro quedó recogida por primera vez en la obra de Joaquín Costa titulada «Oligarquía y caciquismo en España» publicada el año 1902:
«Esa política quirúrgica, repito, tiene que ser cargo personal de un cirujano de hierro, que conozca bien la anatomía del pueblo español y sienta por él una compasión infinita».

Roberto Valdez

Había uno, que nos trajo vida, esperanza y prosperidad, y el chaquetero y desagradecido pueblo español renegó de él.

Josh

Lo hicieron al dia siguiente, tremendo olvido, de las ley a la ley dijeron y crearon este invento al que le llamaron democracia, la situaciuon es muy grave. sobre todo por que al pueblo español en el fondo no les importa nada que tengamos autonomías o que haya globalismo, se conforma con votar cada cuatro años y en el fondo no sabe ni a quien vota ni para que, tristemente es asi.

Lucas68

La Democracia no es un invento de los sinvergüenzas de la transición. La Democracia es algo ni remótamente parecido a lo que aquí padecemos. Al pueblo español no le importa a quien vota, sino contra quien vota y si mañana se le propone que, en vez de autonomías el Estado se organice en comunidades de vecinos o en marcas de automóvil, lo apoyará con el mismo fervor que apoyó la constitución del 78. Nos merecemos todo lo que nos pase

Constantino

Es bastante probable, dada la dificultad del PP, encarnado en la persona de Feijóo, un tipo timorato, con escaso carisma y cargado con los prejuicios tradicionales de la derecha española, de consolidar una alternativa sólida capaz de garantizar el desahucio de «Su Sanchidad» de La Moncloa, y el poco avance de VOX que parece haber alcanzado su techo electoral, que la única salida que le queda a España para librarse del yugo impuesto por la actual coalición social-comunista, sea una salida militar. Es cierto que tenemos un Rey con mando supremo sobre las FFAA, pero secuestrado y sin capacidad de reacción para poner orden en la plaza, cuyo valor solo se le supone. Vistas así las cosas, el «sargento de hierro», que reclamaba Pedro J. Ramírez no sería mala solución; aunque, claro está, quizás necesitaría algo más de graduación para la difícil papeleta que debería acometer. Son tantas y tan importantes las cosas que habría que cambiar en nuestra nación, y la profunda limpieza que habría que hacer en todas las estructuras del Estado, que se necesitaría una mano férrea y tiempo para ello: una dictadura de varios años. Pero, ¡ojo! No háganos referencia al 14 de abril de 1931, fecha en la que se proclamó la Segunda República. Cierto que esa efeméride no se produjo con derramamiento de sangre; pero, como es sabido, el problema vino pocos años después, y no creo que sea necesario recordar como acabó.

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