La Ley de Restauración de la Naturaleza, que se votará el 15 de junio en el Parlamento Europeo, acabará con el 40% de los cultivos en España. Por Luys Coleto

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Cultivos producidos en parques como Doñana, la Albufera valenciana, el Delta del Ebro o las Tablas de Daimiel. Y mientras nos distraen en Españistán, Reino de Bozalia, con unas elecciones fake, propias de trileros- donde está la bolita, donde está la bolita -, la Ley de Restauración de la Naturaleza se votará el próximo jueves día 15 de junio, en el Parlamento Europeo. Todos – partidos y mass mierda, preferentemente – silentes cual furcias ante el atroz evento. Brutal, cruel y devastador golpe a nuestro sector primario. Otro más, sin necesidad de humillarnos con los visitadores germanos de la fresa. Producción y soberanía alimentaria, casi finiquitadas.

Robo y hambre

La denominada Ley de Restauración de la Naturaleza significa el robo masivo de tierras, obligando a los agricultores y a los ganaderos a dejar sus trabajos, en aras de restaurar una naturaleza «dañada». Significa también, al tiempo, estantes vacíos en supermercados, pobreza y hambrunas en nombre de la falsaria religión climática, militaresca geoingeniería mediante. Amén. Y, claro, eugenésico hipercontrol.

En fin.

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https://nomecreocasinada.over-blog.com/2023/04/la-verdad-sobre-la-agenda-verde-destruir-las-economias-mundiales-colapsar-nuestra-civilizacion-exterminar-gran-parte-de-la-poblacion-planetaria.html

https://ntvespana.com/06/09/2022/vamos-hacia-la-hambruna-planetaria-con-el-apoyo-de-la-geoingenieria-por-luys-coleto/

https://nomecreocasinada.over-blog.com/2023/04/desertizando-espana.html

Autor

Luys Coleto: Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.