20/05/2024 22:58
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La Lola, valerosa fiscala, di que sí. Dicha amazona, posee la inquebrantable certidumbre de que si compis togados del Supremo y la Audiencia nacional, a la sazón en bolas, taladran el ojete y el chumi de niñas colombianas, el silencio prevalece. En cambio, la que bebe de la copa del híper corrupto y cómplice de los mayores torturadores, Balta Garzón, en cambio berrea que «las mujeres aparezcan representadas en situación de subordinación» al hombre en las señales de tráfico.

Perdón, nos cegó el vil heteropatriarcado

La Fiscalía de Seguridad Vial del Estado estima hondo machismo en la señalética nacional. Y mundial, imagino. Ofuscados por los cantos de sirena del heteropatriarcado, muchos jamás detectamos semejante infamia. La corrompida Fiscalía, felpudillo de Cum Fraude, considera las señales «contrarias a los principios de igualdad» porque la mujer, cuando aparece, es reflejada en una situación de dependencia del varón.

Asunto de Estado, asunto del genocida mundialismo. El departamento que dirige el fiscal de sala, el planchabragas Bartolomé Vargas ve «oportuno hacer unas aportaciones, por supuesto no inéditas, sobre la movilidad desde la perspectiva de género». Su más sólido y alucinante argumento, a continuación. Cree que «hay señales de tráfico que representan a un hombre como peatón o como conductor». Sin mujeres de por medio.

Perdón por ser hombre

En cambio, cuando vemos mujeres, éstas «aparecen en una situación de dependencia y subordinación». Y la Fiscalía expone varios ejemplos de eso, como el de la señal que muestra a una mujer que sigue a un hombre senderista o, archiconocida, la del niño que va delante y lleva de la mano a una niña en el indicador que avisa de la cercanía a una zona colegial.

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Fiscalía señala, por el contrario, que hay otras señales en las que la que sí aparece reflejada la mujer, pero en ese caso para representar a los sectores del cuidado de personas o del ámbito doméstico. Buah, buah, mi lagrimal, desbordado. Lo digo en serio. El documento reconoce que se han hecho «progresos» (sic) respecto a las “cuestiones de género”, pero se duele de que «todavía perviven las señalizaciones contrarias a los principios de igualdad».

Lo dicho, parafraseando a Albert Einstein, mientras se apuntala la tiranía feminista. «Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo». En fin.

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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