12/04/2025 18:16

Resulta muy extraño notar como algunas ciudades y lugares específicos de España han sido el cruel teatro de asesinatos de niños y adolescentes desde hace por lo menos medio siglo. A manera de ejemplo, podemos citar Vicálvaro, Sabadell, Benaguacil, Macastre, Villarreal, Alicante, insistiendo en que la costa Mediterránea se llevó y se lleva todavía el oscuro trofeo en cuanto a número de víctimas. Sabiendo que detrás de todas ellas, encontramos la mano negra de los acostumbrados grupos de poder (sectas satánicas, logias masónicas etc.) que siguen cometiendo las mismas barbaridades sin ser arrestados nunca y sin cumplir condenas, corrompiendo a autoridades, periodistas y deteniendo el brazo de la justicia. Cuando no se procede a ninguna detención, es que hay gato encerrado.

No podemos ver los crímenes como aislados, sino que tenemos que tejer redes de lógicos vínculos, así como descubrir los hilos de esta gran telaraña intercomunicada. En general, los asesinatos son perpetrados con el fin de obtener poder, de subir en la escalera de la riqueza y fama, de conseguir prestigio y autoridad en los altos puestos del Estado y de las empresas privadas. Asimismo, se realizan para mantenerse en el poder una vez alcanzado.

Un ejemplo entre muchos fue la desaparición de María Jesús Calaforra Burgos, de 8 años, el 12 de mayo de 1979 en Benaguasil, encontrada 3 días después, el 15 del mismo mes, violada y asesinada por asfixia. El cuerpo de la niña apareció de madrugada en los sótanos de un edificio en construcción (su pequeño cuerpo también estaba en construcción) y su ropa se localizó en otro sitio, alrededor de un kilómetro. Se entiende mejor su muerte de parte de los anticristianos puesto que iba a tomar la primera comunión unos días después y estaba realizando todos los preparativos para esta celebración.

Ahora bien, el 12 de mayo de 1980, justo un año después, desapareció otro pequeño ángel, Fermín Villegas Córdoba, de 10 años. Había salido del colegio de Santa María con su bicicleta, para buscar hojas de morera con que alimentar a sus gusanos de seda. Fue encontrado su cuerpo cerca de uno de los pozos de captación de aguas del sector de Sabadell (Los Pinos de Blanes), cubierto de ortigas. La ortiga, planta de marte, simboliza la crueldad y se corresponde con gran número de cultos y ritos agrupados en torno a las fuentes, arroyos y ríos. Se dijo entonces que el niño tenía clavada en el vientre una especie de hoz y que con él se había practicado una misa negra ritual por parte de gente poderosa. La hoz y el martillo son símbolos masónicos presentes en el tablero de la logia, desde el primer grado de iniciación, el de aprendiz. A nivel iniciático, la hoz se entiende como sucedáneo absoluto de la religión, representando la gnosis de los iniciados mientras que a nivel esotérico evoca un himno al trabajo de los obreros y campesinos. Al igual que María Jesús, Fermín fue encontrado el 15 del mes de mayo, tres días después de su desaparición, violado y apuñalado.

Existen demasiadas sincronías para que los dos casos no estén relacionados.

Intentando dilucidar la verdad, podríamos vincular estos tres días de espera desesperada a los 3 días evocados en el Antiguo Egipto cuando Isis reunió los trozos del cuerpo de Osiris, con la ayuda de Anubis (el guardián de las tumbas asociado con la muerte), el cual recompuso y resucitó su cuerpo al tercer día. Además, en estas fechas se celebra el día de la madre (las madres de estas dos criaturas habrán sufrido el doble) y mayo es el mes de la Virgen María (13 de mayo: Virgen de Fátima, 15 de mayo: Virgen de la Dulce Esperanza), siendo estos asesinatos un ataque directo a la maternidad, la pureza y la religión católica.

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Adversarius vester diabolus, tanquam leo rugiens, circuit quaerens quem devoret.

Autor

Claire Gruie
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