12/12/2024 02:45

Pronto ha estado el cobarde asesino Nicolás Maduro para conciliar posturas con el futuro presidente de EEUU Donald Trump. Tiembla el precursor del crimen socialista y comunista que regresó por sus propios fueros como un virus reforzado contra el mundo.

El comunismo generó, a través de sus múltiples y genocidas manifestaciones, un montante de cien millones de muertos que Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, olvidó el año 2018 al celebrar el 200 aniversario del nacimiento de Karl Marx. No hacía falta tan burda celebración en Europa, regenerando al causante de tantos perjuicios universales

En realidad el mejor homenaje marxista se padecía desde hace tiempo en el mundo, con repetitivas incursiones radicales en el orden social y político que los venezolanos particularmente han padecido en extremo. Venezuela ha sido un bastión consentido de una lacra renacida de sus cenizas desde la caída del Muro de Berlín. Con una futurible derrota de Nicolás Maduro el mundo se libraría paulatinamente de una infección provocada en el siglo XXI para intentar extender las consecuencias involutivas del siglo XX. España es una pútrida experimentación del Foro de Sao Paulo, el Grupo mafioso de Puebla y la conveniencia radical con la corrupción de Pedro Sánchez alimentada por el bolivarismo gracias a la sarna podemita.

El nuevo marxismo se disfrazó de pugna democrática con trampas, disimulando el antaño empleo de la violencia. Aunque las formas son distintas, el mismo fondo putrefacto ha hecho estragos en las sociedades que soportan una generación radical de conflictos. Ese marxismo exponencial de república bananera tiene su réplica en Occidente.

No existe casualidad en la reversión de valores que ha practicado la Unión Europea, cuyos políticos fueron comprados para subvertir el valor de Europa y diluirlo en una estrategia de involución identitaria con una resta de derechos para toda la ciudadanía. La celebración del 200 aniversario del nacimiento de Karl Marx fue una declaración de intenciones que pretendía estigmatizar el otrora orden europeo que aborrecía una imposición política; la  provocadora de ciento cincuenta millones de muertos y hambruna brutal como la que se padece actualmente  en Venezuela con el bolivarismo en el punto de mira internacional, ¿incluso contemplándose la posibilidad de ser anulado mediante una intervención militar con el segundo mandato de Donald Trump? No cabe duda de que se analiza la posibilidad y las consecuencias geoestratégicas de un paso decisivo hacia la conflictividad mundial.

Hispanoamérica está infestada del neomarxismo auspiciado multimillonariamente desde las sombras de la manipulación aunque pierde fuelle gracias a mandatarios como Milei y Bukele. Europa tampoco se libraba de esta revolución nada casual a la que también se ha plantado cara. 

La imposición de un feminismo radical, del aborto sin límites, de la masiva inmigración sin control; la discriminación positiva, el proceso de radicalización de la sociedad contra la familia, la caída del índice de natalidad europeo multiplicándose el inmigratorio; la anatematización y negación de la cultura de los pueblos, el blanqueamiento de actitudes delictivas para que cuenten con el beneplácito social, convirtiendo al criminal en víctima circunstancial, no son casuales vicisitudes pertenecientes a la natural evolución o involución de las sociedades, sino propósitos subvencionados de desintegración sociopolítica que muestran un mundo muy vulnerable. Una vez derruidas las bases, construir sobre las ruinas la nueva intención de orden. Este es el marxismo del siglo XXI que tras el olvido de las nuevas generaciones resurgió con nuevos modos para conseguir los mismos aberrantes fondos de parasitismo y confrontación. Paradójicamente, subvencionado por el capitalismo atroz ejercido sin escrúpulos por radicales de izquierda como George Soros.

Este siglo XXI es convulso por el nuevo asalto que se ha practicado contra las sociedades pacificadas, con la pretensión de acalambrar la paz social y estandarizar los derechos al mínimo: conveniencias para la dominación marxista que puño en alto y sospechosas matanzas el socialcomunismo ha practicado ahora podrido de corrupción en el punto de mira de una justicia imparcial.

El recorte de libertades es el paso previo a la supremacía que busca una destrucción generalizada de la cultura y la identidad, tal y como practicó la política marxista y sus degenerados abusos de aniquilación. Pero ante todo intento de dominación cabe la voluntad del rechazo: Venezuela pugna por librarse de esa influencia universalmente delictiva que deberían juzgar tribunales internacionales, así como dirimirse la escala delictiva de Pedro Sánchez y de todos y cada uno de los secuaces corruptos que le secundan desde la bancada del Congreso.

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Rusia y Ucrania aparte con la beligerancia de la OTAN en factible conflicto integral bien puede decirse que el mundo está nuevamente en alerta de guerra, en defensa de la elemental libertad, aunque todavía no lo haya advertido. Si antes no estalla un belicismo nuclear, no se debe dejar la oportunidad de liberar una Venezuela cuyos destrozos, con cinismo criminal, quieren imponerse presentándolos como avance social. Así sirviera de ejemplo una intervención diplomática e inusitada-con Trump todo es posible, como demostró con Corea del Norte- que sería netamente humanitaria y que pusiera en evidencia a quienes defienden tiranías como la de Nicolás Maduro, a quien se le ve el miedo en los ojos atisbando su posible final con la amenaza de Guantánamo, como mínimo, sobre su necia cabeza. Si así renace la libertad de los pueblos como ejemplo de resistencia universal frente al mal evidente del marxismo en todas sus formas aniquiladoras, no se escatimen medios inteligentes para librar del yugo a millones de ciudadanos inocentes que claman por el final de un auténtico infierno. 

En España gane el pulso la Justicia frente al criminal Sánchez camino del banquillo de la Historia, apéndice de Maduro en Europa. Si los servicios de Inteligencia americanos saben de los trapos sucios del criminal de La Moncloa, el corrupto Sánchez acabará entre rejas. Trump tiene una responsabilidad mundial asumida frente a la lacra socialcomunista.

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Editor ÑTV ESPAÑA
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Argimiro Buenafuente

EXTRAORDINARIO ARTICULO. FELICITACIONES

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