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Esto es un sumario. No un sumario judicial, que habrá de instruirse como causa general. Un sumario argumental. Primero, el argumento de la trama narrativa de una calamidad premeditada y a traición, a fines de octubre de 2024, aprovechando que la gota fría pasa por Valencia, con sus prolegómenos y desenlace fatal (secuelas y precuelas).Y el argumentación, con las causas y consecuencias de una devastación predeterminada del país, paisaje y paisanaje, como atentado de los pseudo–dioses del terrorismo de Estado.
Todo ello, con la distancia que da el mes de difuntos para juzgar su crueldad intolerable.
¿DANA? NADA DE DANA. LA GOTA FRÍA DE TODA LA VIDA
La izquierda se impone a golpe de masacre. Instrumentalizando la desgracia colectiva. Así, la Revolución Soviética, en plena Gran Guerra. Y ya desde la degollina del Terror jacobino de 1983. Así, el socialismo en España. Amortizando (que procede de ‘muerte’) cada catástrofe, cuando no propiciándola, por activa o por pasiva. Particularmente en la fase involucionaria, de asalto al poder. De golpe de estado. Del Estado. De “golpe blando”, hablando con la lengua enfangada en corrección política. Nunca menos de doscientos muertos. Doscientos en los trenes de la muerte, ignorantes de un destino de exterminio. Y miles, durante una plandemia, en su lecho de muerte. Asfixiados bajo llave, aislados como apestados. Enterrados a escondidas, mientras sus familiares eran encerrados. Diagnosticados por el Dr. Muerte, Pablo Iglesias Jr en posse leninista, mientras los herederos de P. Iglesias Sr. traficaban con el pseudo-material sanitario (o sea mascarILLAs, de promoción de nuevo, por riesgo de infección, con disfraz de MeMa de la Peste, con pico de ave rapaz para la titular de Sanidad) del que parecieron estar exentos durante el genocidio plandémico. Verbigracia, o desgracia, ese José Luis Torrente, el de Torrent, castigado por la riada y adonde no ha mandado ni un triste donativo para lavar, o blanquear siquiera, el dinero negro procedente de su corrupción congénita (¡ábrete, sésamo!)
Y ahora, la DANA (acrónimo de ‘Depresión Aislada [en] Niveles Altos’). Neologismo hueco, horro de cualquier referencia y carente de connotación, adherido a ese horror del fenómeno “nunca visto en 5.000 años” —ha dicho con todo su papo Gargarita Robles. (Tú sí que eres un fenómeno). Cambio climático, dirá, (Cambio…climatérico, el suyo, Srta. Margarita, que inducida por el (in)Fausto niega el despliegue militar en la región).
Porque el baile de (in)competencias, el intercambio de acusaciones, la danza de cifras, danza de la muerte, se cierra con la invocación de la fatalidad que nos hace culpables. Y parece eximir de la prevención, justifica la no intervención (tras instrumentalizar una gota para provocar una riada y se desentiende de las consecuencias. Esto es lo que hay.
Abracadabra —¡Ábrete, cadáver! (Rowling)—, conjuro de la conjuración globalitaria, sintagma multiusos que lo aclara todo, caja de Pandora, solución a todo, solución final:
Cambio Climático. No castigo de Dios (Dios ya está reciclado por el herético Pancho.) Sacrificio ritual en aras del Sol, como en la pirámide azteca para que el astro siga vivo, combustible para recibir su Luz. Inmolación luciferina en NOMbre del olimpo de unos semidioses paganos de Silicon Valley—ese valle de Josafat— Y ahí se despide el duelo.
Pero si el cambio climático existe —la pequeña glaciación que se inicia en el s. XIV, sin causa humana alguna—, y no es sólo el gran teatro del mundo representado por el Nuevo Orden Mundial para sojuzgar a una sociedad domesticada por el Bienestar con la autoculpabilidad antropogénica —confundiendo clima con “tiempo” meteorológico (el tiempo que hace), pues desde que se conservan registros, 11321 (o sea, desde hace muchísimo tiempo), se da una gota fría todos los años, pero menos de 30 inundaciones en la historia conocida de esa comarca—, razón suficiente para precaverse ante una borrasca anunciada hacía ya varios días. Pues si el Gobierno se cree el calentamiento y/o enfriamiento —escalofrío climático — global, como pregona, razón de más, pue más vale prevenir que desahuciar. Y si no se lo cree, que es lo que creo, como tampoco se creyó ni la Covid, ni la vacuna anti-Covid ni la amenaza rusa de Ucrania —reciclado otanista de una guerra ucraniana de baja intensidad contra los rusos del Donbass desde hacía 15 años— en el retablo de las maravillas que se nos indujo a aceptar a pies juntillas, mucha más razón aún para hacer el papelón en tu retablo, Maese Pedro. La indiferencia, no obstante, el desprecio insultante, la tacañería en la ayuda, su ruindad delatan el colaboracionismo, cooperación necesaria en el caos que exige el Orden Nuevo: que la letra con sangre entra, grabáoslo en la memoria y a ver si os enteráis de una vez. Otrosí, la puesta en marcha de la máquina del fango una vez subido a la ola de la riada y, aprovechando que el Júcar pasa por Valencia, negarle al PP el pan y la sal, y al enemigo ni agua en el anegamiento y a Mazón, que se cueza a fango lento en su descomposición.
Y cuando las aguas vuelvan a sus cauces, canalizada, canalizada digo, su propaganda por RTVE, bajo control por urgencia del Gobierno justamente ¡ese! día, ¡caramba, qué coinsidensia!, que se niega el estado de emergencia a una Valencia empantanada, volver en olor de multitudes, en loor de santidad, en honor al vencedor de otras elecciones.
Porque “volveré y seré millones”, millones de votos cautivos, de €s (Evítala/Sánchez).
Ítem más, porque la ciénaga que se ha tragado a tantos desconocidos —fosas comunes que nadie va a exhumar (y el PC se obstina en “ex-Sumar”… cadáveres políticos de un proceso sumarísimo, pues Unidas, Podemos)—, desaparecidos a beneficio de inventario porque el boicot a la oposición y el sabotaje al salvamento descartan el incriminatorio levantamiento de cadáveres y la realización de autopsias macabras, y ese chapapote en que ahora ya no chapotea la casta —que no “está para achicar agua”— servirá para encubrir la putrefacción de esos imputados puteros y traficantes y hampones del PSOE.
FOTOMATÓN: DE FRENTE Y DE PERFIL
Más acojonado que acongojado, Mazón. Sádico en su mutismo, Sánchez. Solícito y servil ante el señorito de Madrid, con el chaleco salvavidas, el ordenanza. Mandíbula crispada de quien castiga con su silencio [Te vas a enterar. O enterrar, piensa], el amo.
Muerte lenta a la taifa del PP. En su propio terreno. Ahogado en las aguas pantanosas —¿No queríais pantanos? Pues toma pantano. Inaugura el del Barranco del Poyo—. Por in/competencia autonómica, desbordada por las circunstancias —Y despedíos de volver a gobernar en vuestra puta vida—. Por genocidio del pueblo valenciano. Y por fachas, a comerse el marrón cocinado por los fontaneros, fontaneros digo, de La Moncloa(ca), el chapuzón de realidad, al bajar al barro, de los chapuzas de aquello del 78. Y como dice González Pons, son aliados en Europa. Gobiernan juntos, con el mismo Pin (y Pon), con el talismán del esfínter arcoíris jugando en España al bipartidismo (Pig y Pons), al gran reinicio de dos velocidades (pim, pam, pum). Y faltan las togas arrastradas por el barro.
LAS RANAS PIDIENDO REY
“Sin Rey vivía libre, independiente,/ el pueblo de las Ranas felizmente:/ La amable libertad sola reinaba/ en la inmensa laguna que habitaba:/ mas las ranas al fin un Rey quisieron,/ y a Júpiter excelso lo pidieron.// [La Ribera anegada del Júcar reclamó la presencia del Rey.]
”Conoce el dios la súplica importuna,/ y arroja un Rey de palo a la laguna./ Debió de ser sin duda gran pedazo,/pues dio Su Majestad tan gran porrazo,/ que el ruido atemoriza el reino todo;/ cada cual se zambulle en agua o lodo,/ y quedan en silencio tan profundo/ cual si no hubiese ranas en el mundo.// [Llega el Rey a Paiporta con todo su séquito pisándoles lo fregado.]
”Una de ellas asoma la cabeza,/ y viendo a la real pieza,/ publica que el Monarca es un zoquete./ Congrégase la turba y por juguete/ lo desprecian, lo ensucian con el cieno,/ y piden otro Rey, que aquel no es bueno.// [El gran batracio verde lo insulta y la gente le reprocha su tardanza y su reprimenda, lo que provoca incidentes, cual lanzamiento de barro y lodo, más la solicitud de su reemplazo por otro, dada su pasividad y su falta de asertividad.]
”El padre de los dioses, irritado,/ envía un culebrón, que a diente airado/ muerde, traga y castiga, y a la mísera grey al punto obliga/ a recurrir al dios humildemente.// [Llega el felón Presidente de la República, culebrón venezolano (que sale del emblema del hacha y la serpiente), que los maltrata, les niega su ayuda y chantajea, y piden cambio de régimen.]
—”¡Padeced, les responde, eternamente ,/ que así castiga a aquel que no examina/ si su solicitud será su ruina!”/// [El ingenio español les recuerda que “más vale malo conocido que bueno por conocer” y que “si los dejas entrar (a los rojos), no los verás salir” (como repite en su canal el periodista venezolano y youtubero exiliado Daniel Lara Farías)].
Lo que convierte en un clásico la antigua fábula, en su versión del alavés Félix María de Samaniego hace más de dos siglos, es su valor de lección universal. Esto es, su capacidad para aplicar su moraleja a las más diversas situaciones en el tiempo y/o el espacio. En el caso que nos ocupa, ni pintiparada para la rivalidad Pedro Sánchez vs. Felipe VI.
Títere intérprete del libreto de la Inmaculada Constitución, hija de la autoría colectiva de siete padres, el Rey Felipelele, recitando, chapa multicolor de esa divisa en el ojal, el parlamento que le indica, con el dedo de decretar leyes, el titiritwittero Maese Pedro, un malhechor en mala hora liberado por el buenismo de Don Quijote (es decir, Alonso Quijano, el Bueno), en su retablo del Palacio de La Moncloaca, títere a su vez manipulado por la élite oligárquica de los magos encantadores de las finanzas y su propia ambición.
Última función, en Paiporta, un domingo a la hora de misa, para los damnificados de la Gota fría, ante quienes el Presidente de la III República in pectore pone en escena el entremés del “atentado neonazi” a Su Persona, preparado en el set de rodaje, en tanto su asistente —‘persona que asiste a un acto’ y ‘que ocupa un cargo o puesto auxiliar a las órdenes de otra’—, el pre-parado edecán don Flipe —iWallyto a su Majestad Felipe VI, ¿ y cuál es el doble, cuál el original?— orienta su filípica a sus súbditos DANAficados.
Traidor de lesa patria, el piernas manipulador. Marioneta de tamaño natural, el marote —“cabeza de maniquí” y “marioneta de tamaño natural [de uniforme o traje] en la que las manos del muñeco han sido sustituidas por las manos manipulador” y cuya voz, haciendo de tripas corazón, se asoma al busto parlante desde los labios del ventrílocuo—.
Porque todo fluye. Y más en una riada. Panta Rhei, se decía cuando el fabulista Esopo. Todo influye, se dirá. EsPantapájaros Rey, se acabará diciendo, si Dios no lo remedia.
DELENDA EST VALENCIA
O
ENTRE TODOS LA MATARON Y ELLA SOLA SE MURIÓ
“La adaptación al cambio climático es básica para conseguir una resiliencia ambiental y ecológica que preserve la vida y el bienestar de la sociedad y el medio.”
(Estrategia de Seguridad Nacional 2021, Real Decreto 1150/2021, de ¡28 de diciembre!)
Más allá de los dimes y diretes sobre imprevisión, falta de diligencia o negligencias, y muy en especial sobre (in)competencias, prevención o coordinación frente a la Gota, baste recordar que, se solicite o no, y en el marco de la Ley de Seguridad Nacional, la Estrategia de Seguridad Nacional 2021 impulsada por el actual presidente de gobierno, confiere a éste —según el estudio jurídico de ITCD para El Debate— la competencia exclusiva, asistido por su Consejo de Ministros (Mins. de Interior , Defensa y “Transición ecológica y Reto Demográfico”, en especial), en la Estrategia Nacional de Protección Civil (2019) —a fin de “profundizar en la generación de una verdadera resiliencia social”, en particular en “las personas en una situación de especial vulnerabilidad ante las catástrofes y emergencias”—; en suma, el mando único en las tareas de previsión e intervención, como en las ulteriores de auxilio: “Situación Interés Seguridad Nacional”.
Más, tratándose de un desastre natural que afectaba a 5 regiones (Valencia, Andalucía, Castilla La Mancha, Murcia y Cataluña) y más aún, del “factor de riesgo” de las “inundaciones”, de “importantes repercusiones sociales y económicas”, por lo que se señala como prioridad “fortalecer los Sistemas de Aviso Hidrológico” (AEMET y CHJúcar).
Así pues, y por el trámite de urgencia, el mismo por el que ese día se aprobaba la ley de control por parte del Gobierno del Consejo de Administración de RTVE (CARTE), habría bastado un decreto ley (proverbial en su proceder ejecutivo) de oficio/ofidio para asumir, “por imperativo legal”, la obligación de afrontar el desastre, obviando otras vías más morosas como el Estado de Alarma o la “emergencia nacional”, para informar acto seguido al Congreso. Se limitó, sin embargo, por estrategia política, a su desCARTE. Y buena prueba del incumplimiento “consciente” de la Ley por su parte es el hecho de que el propio presidente asumiera el mando único, delegado en el ministro del Interior, en el simulacro de una catástrofe de “interés nacional” por inundaciones en Huesca en 2019.
—¿DE QUIEN DEPENDE LA EMERGENCIA, EH? ¿DE QUIÉN DEPENDE?
—DEL GOBIERNO.
—PUES ESO.
De donde se desprende, tal como lo ha expuesto Antonio R. Naranjo en “Sánchez incumplió la ley para renunciar a la gestión de la catástrofe y cargársela ilegalmente a la CV” (El Debate, 11/11/2024), que si Mazón pecó por exceso en su incompetencia (en todos los sentidos) al asumir, desbordado, unas atribuciones que no le correspondían, Sánchez pecó por defecto al renegar de su competencia exclusiva en la gestión de una catástrofe humanitaria por omisión del deber de auxilio, con responsabilidad criminal, que sin embargo no demuestra culpabilidad política a juicio del TS por falta de pruebas palmarias pese a haber palmado más de 200 habitantes y desaparecido más de ¿2000?
Y es que en ese juego del gato y el ratón mediante el que ha estado acosando Sánchez a Mazón, hay gato encerrado y se antoja otra tentativa más de llevarse el gato al agua. Y más, cuando ha puesto a funcionar desde el primer día la maquinaria de la desinformación, con el bulo-fax que echa humo, haciendo buling a Mazón hasta darle por el bul(o).
PEDRO Y EL LODO
Se reitera, con didáctica moralina, la fábula del pastor mentiroso para Pedro Sánchez.
Pero no es el caso. Al menos, para la gota fría. Más acertado, Pedro y el lobo, la adaptación de la pieza de Félix Mª de Samaniego como obra sinfónica a cargo del compositor ruso Serguéi Prokófiev, en1936. Salvo que en esta catástrofe inducida Pedro es el lobo. Proyección psicoanalítica. “El lobo y el lodo”. Tres avisos de la llegada del depredador. (Vale decir, en automático calambur, del “que da la depresión’). Los tres por omisión. Por inversión, el silencio que retumba en el mundo al revés. Deconstrucción del relato.
Alerta roja de la AEMET con aviso de desactivación a media tarde, la primera vez. El rabadán de la majada valenciana, pobre majadero, repite por boca de ganso la alerta, ya desmentida, del Olmo herido por la Rallo (Rallo del Olmo, (des)gracia de la irresponsable de la AEMET, dependienta de Ribera) Y no desmentir es una manera de inducir la mentira. Litote, o dos negaciones afirman. Para acusar a Mazón de mentir, o algo peor: de hacer el ridículo. Táctica proverbial del maquiavélico Pedro, el Lobo, donde las haya. Y a la tercera, la vencida. La Ley del silencio, el silencio de los lobeznos, mientras, en el contestador automático, se oye en bucle “Los sonidos del silencio”. Porque tras un apagón informativo de tres horas— en que la CHJ “queda como Cagancho en el Magro” (el río Magro), crecido a todo lo ancho, largo y hondo del cauce por esa arrolladora torrentera de la (em)presa, interconectada por una red de canales con el resto de embalses, cuando vuelve a dar señales de vida inteligente, el LODO ha diezmado ya toda la grey.
¿AÑO 2004 O 2024? DIMES Y DIRETES
El caso es que el Gobierno del Tirano dio carta de ciudadanía a una borrasca migrante, procedente del golfo de Cádiz (y, por esta vez, el golfo no era el Kichi), reconociéndola ciudaDANA de pleno derecho y dejándola campar a sus anchas por la tierra conquistada.
Los dimes y diretes sobre esa jornada aciaga —“Acudid en mi ayuda, decidme qué debo hacer en este momento asiago… Así hago algo”, decía el Rey enamorado (Les Luthiers) —, son peccata minuta, quisicosas, perdigonadas en la “batalla de la información” que envuelven en humo lo que Orwell llama en 1984 de la realidad objetiva degradada, que desvían la atención a la descoordinación alejándola de la ilegalidad premeditada. Y aun así, quien clava la primera línea del Relato se asegura el éxito del best-seller. Luego ya si eso, el final te lo escribirá la editorial. Y no digamos ya el resto del paquete narrativo. Así pues, marcar con el estigma, desde el primer momento, ese “minuto cero” acrónico: Mazón es un flipao, no se entera y va el tío, que comía con una señorita Psoe, y dice que a las 6 se acababa la alerta roja. Que a esa hora llegó, tarde, al Centro de Coordinación y que, al enterarse de la catástrofe, tardaron una hora en redactar el aviso de emergencia. Y ya está, mantenella y no enmendalla. Lo básico para hacer de él el(arroz)SOSpechoso de oficio, y no se necesita saber más. Y, a partir de ahí, te entra por un oído y te sale por otro que te digan que ese era precisamente el mensaje de la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) y que él repitió, como toda candidez (pues nadie se lo desmintió), justo mientras la rambla del Poyo se desbordaba. Pero le habían hecho la cama. Y le montaron el pollo. Y desaparece del borrador final que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) había ido desactivando 3 alarmas sucesivas y, luego, mutis por el foro de varias horas (el tiempo necesario para hacerle un traje quienes días antes acababan de suscribir un seguro de responsabilidad penal por negligencia), mientras que en el Foro ya sabían hacía horas que se avecinaba la mundial, convertida en universal por el arrollador vaciado del embalse de Forata (y varios más) —por orden de Teresa Ribera, quien daba señales de vida pasadas las 8 sin avisar a Mazón del turbión provocado con nocturnidad por la apertura de las compuertas para evitar el reventón—: la Gota que colmó el vaso.
DISCRIMINACIÓN DE GÉNERO… LITERARIO
Porque los organismos dependientes de La Moncloa llevaban “haciéndole luz de gas” desde el aviso de inundaciones de esa mañana, a cuya reunión no lo habían convocado.
Mientras que, en la del Centro de Coordinación Operativo Integrado (CECOPI), desde las 5, las 5 en punto de la tarde, ni la CHJ, ni la Delegación del Gobierno ni comisario político alguno del Pressingdente dijo ni mu de la riada—“fallaron los sensores de medición de los ríos”, declarará M. Polo (CHJ) después, in streaming e in extremis— en Paiporta. Para cuando, cerca de las 7, la CH del Júcar da señales de vida, hay muertos, desahuciados, desaparecidos y le sirven a Mazón el plato frío de la zona 0 amazónica.
Sólo faltaba que tardaran más de una hora en redactar el aviso del servicio de Emergencias para que le saquen cantares y se escriba sola la última línea de ese primer capítulo:
Mazón lanza un aviso por móvil a la población, en diferido, cuando ya se han ahogado.
Y a ver quién deconstruye un arranque narrativo como “El Estado falló/ porque la sobremesa se alargó” de J. J. Millás —microrrelatorripioso, daga florentina de dos filos: 7a, 11A—, para reescribir la ficción a la luz de la verdad y aclarar tamaña encerrona, porque la culpa fue de la derecha-cha-chá” y la izquierda se irá de rositas (y puñetas).
[Y que no estuviera ya, ojo, en el primer minuto del capítulo 8º de la serie Respira, de Netflix (2024), donde una riada arrasa Valencia, por incompetencia, el ¡30 de octubre!
¿La realidad imita al arte o el arte anticipa la realidad? ¿Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia o se estaban basando los hechos reales del primado negativo?]
Avisos obsoletos de los organismos SOSpechoSOS habituales no desmentidos —un bombón envenenado, o toda una bomba de agua— convertidos en boomerang para ese receptor que les da curso; alertas desactivadas, seguidas de clamoroso silencios, y que, al volver a hacer sonar las alarmas, activan el alarmismo cuando ya es tarde, y patético. Llamadas de teléfono roto que resultan ser trampas, errores inducidos que conducen a la ratonera, mareando la perdiz, jugando al escondite, a la gallinita ciega o al pilla-pilla, mientras el Gobierno decreta tres días de voto de silencio ¿o apagón? Informativo, tras dar el golpe esa mañana en RTVE, para saltárselo al otro día con contraórdenes de Cap. Araña, mentís y desmentís de las versiones sobre los vertidos evacuados y corrección/ corrupción política de unos borradores del relato que hacen agua(s), son papel mojado.
[¿Pero estamos hablando de 2024 o 2004, de Mazón, el 29-O o de Acebes, el 11-M? ¿Hablamos de silenciar la gravedad de una presunta “epidemia” por interés ideológico el 8-M del 2000 o de ocultar el peligro de la borrasca Filomena un 7 de enero del 21?]
TRANSFORMACIÓN SOCIAL COMPETITIVA ¡Y GRATUITA!
De ahí, que las FF. Y CC. de Seguridad del Estado, desplazadas a la zona cuando ya habían terminado las labores de saqueo, pillaje, okupación y demás delitos impunes de las razzias de las minorías étnicas —a río revuelto, ganancia de pe(s)cadores—, más la “inestimable colaboración” de las policías locales, dieran la prioridad al control y disuasión del voluntariado que, amén de su condición freelance de “ojo público” que puede dar fe y testimonio instantáneo de las dimensiones reales del desastre, supone la competitividad de “los de abajo” que hace más evidente la ausencia de servicios y organismos del omnipresente Estado-providencia que, en una situación así, brilla por su ausencia y tarda una eternidad en aparecer, con sus extras y figurantes, a “actuar” ante las cámaras.
Pequeños empresarios autónomos —trabajadores de gremios que “construyen” frente al funcionario del control administrativo — y columnas de particulares en tromba como donantes de bienes de primera necesidad y mano de obra gratuita y desinteresada —vs. ética utilitaria del cálculo y el interés—, volcados en el Bien común de los damnificados por oposición a la Justicia social del Estado, entendida como acumulación incontable de derechos subjetivos e ilusorios, alienantes y ajenos a la realidad concreta de la población arraigada en un contexto cultural propio—y correlato de la expansión del capital ficticio que enmascara una deuda que condena a perpetuidad a la usura del Capital especulativo.
Por todo ello, el voluntariado se convierte en una amenaza para el Estado globalista y totalitario, y por lo que tiene de palpable demostración empírica del valor de lo comunitario frente a lo social, del autónomo sin intermediación frente al burócrata corrupto y del bien común del pueblo o nación frente a la “gente” o lo público universal: de la mínima expresión del Estado (¿minarquismo?), dado que confirma su obsolescencia ante el individualismo liberal del homo aeconomicus o la colectivización social-comunista, que minan el fundamento del estado soberano, sucursal o filial del Gobierno Mundial.
Si es que, ya en el siglo XXI, queda alguna diferencia entre la izquierda woke y el liberalismo progre, por cuanto que ambos grandes relatos de la Modernidad comparten una idéntica ideología de Progreso mundialista, bajo la Ley, en una ciudadanía racionalista, desnaturalizada por la indistinción y cuya identidad es un mero constructo individual y pseudo-independiente: hombre hecho a sí mismo ex nihilo/hombre nuevo y “liberado” del sentimiento de pertenencia histórica a una cultura heredada y compartida, y que es constitutiva de su identidad personal, negado y perseguido con odio y desinformación por la ingeniería social de la “pauperización psicológica” y “la frustración generalizada” de “narcisistas inmaduros”, por decirlo con palabras de Alain de Benoist, en su ensayo Contra el liberalismo (trad. J.S. Lorente), en Ediciones Insólitas, Madrid, 2020 (p. 65).
¿O es que, salvando la distancias de modales, registro y forma, hay mucha diferencia en su común Agenda 2030 entre sendos proyectos del bipartidismo globalista —el gobierno PSOEz y la oposición PPSOE—, entre Pedro Mácbez o la Ambición y su traílla de perros de presa y su camada negra de mendaces redomados —más el PSOviEt de su gobierno Frankepstein— y el núcleo blando de Kamala Gamarra y baronesas y sus varones deconstruidos, debatiendo, como sendos conejos de la fábula de Iriarte, si los perros que se acercan y los cercan, “hasta enterrarlos en el mar”, son GALgos o Podemos?
En definitiva, el “Sólo (¿y/o solo?) el pueblo salva al pueblo” del voluntariado triunfa sobre “El estado somos todos” del autócrata, confiando en que no sea pírrica la victoria.
CRUELDAD INTOLERABLE
Si bien el título en español de la peli epónima de los Coen (2023) alude a la táctica de una caza-fortunas (¡caramba, qué coinsidensia!) gringa, se compadece bien con los intereses encriptados en la estrategia del “remate total por liquidación de existencias” de un territorio del Levante español en el “año de las lluvias torrenciales” (y el daño colateral del terrorismo ambiental), en que aterrador y enterrador se confunden en aras de una catástrofe física y de un derrumbe moral—liquidación ¿por derribo?— en su inmersión en el caos, con la incertidumbre del número de muertos —muchos de ellos, ancianos, y durmientes, de permiso climático, con eutanasia a domicilio—, más la identidad de los (des)aparecidos (lugareños y transeúntes) ocultados por los esbirros y silenciados por los pendolistas al servicio (y la sevicia) del Perro eSe, y el desarraigo sobrevenido del náufrago en su propia casa, zozobrando en acuíferos de pensamiento líquido en su caverna, a la luna de Valencia, entre el cielo y el cieno. Y todo, un aviso a navegantes.
Y así, la aparición de las Bestias del sur salvajes, película de Benh Zeitlin (2012) sobre los efectos de la apertura de una presa sobre un pueblo insular fluvial del sur norteamericano, no se hacen esperar, secuenciadas con arreglo a la escaleta de una cadena (catas)trófica: depredadores, tentáculos del Estado y pseudópodos de las oenegés, El 1.
Al final, en la fase de ¿reconstrucción?, igual que en Ucrania, fondos buitre, UTEs, corporaciones con séquito de parásitos comisionistas, Agenda 2030.Y suma y sigue…
GRACIAS VS. RAZZIAS, MUCHAS RAZZIAS
Y así, en vanguardia, hienas y chacales, las bestias pardas carroñeras, a sus anchas en zonas pantanosas. Actúan en bandadas, en las primeras horas, cuando aún las víctimas no se han recuperado del trauma y cualquiera vigilancia o disuasoria violencia patrimonial del Estado brilla por su ausencia. Por eso no hay ni policía. Para dar otra vuelta de tuerca al pavor, a la confusión, al caos. Improntar en las mentes la necesidad de Estado, implorando la intervención de las fuerzas del orden, cipayos, en fin, del Anglobalismo. Allanan, asaltan las casas de los “sin techo”, las okupan —aquí te pillo, aquí te apestillo. Roban con intimidación y violencia, en clanes o manadas. Saquean, practican el pillaje, la rapiña, el expolio, violan si se les antoja, matan si se tercia porque, total, uno más no se nota y menos aún de noche. Avanzadilla lumpen Premium, por lo general importada (nativa también), traíllas de perros de presa, jaurías de asilvestrados, sin collar ni dueño.
Responsable subsidiario, el Estado, que gratifica su llegada, los mantiene en protectoras de lujo, la quinta columna de Alimañas adiestrada para escaraMuzas de guerrilla urbana.
SI HAY QUE IR, SE VA. PERO IR PA’ NA’…
“[El barranco del Poyo] se está desbordando. Y no ha llovido en Paiporta. Y nadie ha avisado. […] lo impresionante es que en 15 minutos había un torrente brutal de 2 metros de agua sin control. […] 6 horas sin parar de torrentera. Vimos a gente desaparecer en el agua. […] Nos acostamos sin luz ni agua, pensando que, lógicamente, al amanecer estaría la Guardia Civil, estarían los bomberos, el ejército. […] Pero al amanecer no había nadie. […] no había policía, ni ejército. No vino nadie en todo un día. […] Silencio. Miedo. Cae la noche. No viene nadie. Había saqueos. […] Pero, al segundo amanecer, vendrán. Amanece. No viene nadie. No hay nadie. […] ¿Cómo puede ser que en 48 horas no venga nadie? ¡Alguien me lo puede explicar? ¿En España? ¿Siglo XXI? […] Al tercer amanecer, en el que no había nadie —cuidado, nadie institucional—, en el que empezaron a llegar voluntarios […] Ha sido muy cruel no avisar. Pero es mucho más cruel no ayudar con la energía que hace falta. […]”
Santiago Posteguillo (Senado de España, 22 de noviembre de 2024.)
Y a renglón seguido de las harkas y bandas de irregulares alistados, cuando se tercia, en regulares —“hombres nuevos”, sin pasado, con otra identidad, puesto que reniegan del pasaporte, si no fuera porque la nacionalidad marroquí es inmanente y los religa de por vida al Comendador de la Fe en sus movimientos de población para la aculturación totalitaria —, cuando ya no se esperan supervivientes, aparecen las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, en un lento goteo, no a imponer el orden contra la barbarie (o la berberie), sino a tareas de vigilancia, en modo policiaco, para controlar a los voluntas —entre los que figuran numerosos bomberos de paisano, de diversas comunidades, y a los que no se ha permitido ir en acto de servicio por falta de autorización del CENEM; rechazada la ayuda oficial de Francia o EE.UU para no dar ¾ al pregonero, o por consigna, y la de Argentina o ¡El Salvador!, por soberbia de Cesánchez, hasta ese mismo día haciendo el indio en Delhi o, acaso, para que Bukele, en justa reciprocidad a su acogida del hampa salvadoreña, no improvise un presidio para la mara criminal socialista.
Ítem más, los “uniformados” (curioso eufemismo para el tabú “militares”), aunque dosificados con cuentagotas por la titular del Ministerio de la Paz, la traidora a la patria que envía a regañadientes (y para hacer el paripé) una muestra de sus efectivos, porque “el ejército no está para estas cosas” (y pasadas las primeras 48 horas, como en aquel envío exprés a Marruecos, ya total para qué acudir).En especial esa UME al mando de un comisario militar adicto al régimen que debe estar de plantón, en dolce far niente, por si volviera el Capitán General de los Ejércitos —a rodar la toma definitiva, que la otra fue una toma falsa: “va, toma 2” [¡Tooma!]—para departir con él en un comedor de campaña, y graduando su inactividad con intervenciones muy restringidas (sin coger pesos por prescripción administrativa, evitando causar baja por hernia, valientes convalecientes).
Y encastrados (más bien castrados) en sus filas, los uniformadores de opinión ex–press (antaño, periodistas), a localizar exteriores y edulcorar la realidad de la versión oficial, propaganda que minimiza el lodazal e ignora al voluntariado en su propio terreno colgándole la medalla al Estado…”De ésta salimos más fuertes”. Sí, vosotros, fijo que sí.
Teloneros todos ellos de la solidaridad institucionalizada y estrella del Globalismo: las oenegés (por sus subvenciones a chorro) , haciéndose (¿o haciéndase?) de rogar, y que días después hacen acto de presencia testimonial, con su discurso de “ocio” (y negocio), llegadas para incautarse de… y requisar, a diestro y a siniestro (y sobre todo, a siniestro, total), Cruz Roja y ¡Cáritas?, donaciones de voluntarios que van almacenando para computarlas como aportación a sus vulnerables prioritarios, de mayor rentabilidad (¿ONG Direct?) —según el patrón de donaciones de sangre, vendidas a centros hospitalarios a 60 € la dosis por dráculas y vampirellas de la Cruz Roja, en paradoja sángrate —, o la (digamos) Media Luna Roja, a campañas globales selectivas (Ucrania, Gaza, y por ahí todo seguido), porque antes de repartir entre los afectados ropa, alimentos, productos de higiene…, traído todo ex profeso en camiones y furgonas, va a los vertederos (ilegales, como es lógico), de la zona 0. Y es que van sobrados, y están ya que lo tiran.
VALENCIA, CIUDAD SOSTEMIBLE
Y, tras la extorsión e incautación por las organizaciones para-gubernamentales de esa cantidad de donaciones de tan desbordante entrega altruista y la inacción retardada de la UME —sin equipamiento, ni maquinaria, “muertos de hambre” a base de bocadillos de caridad—, habrá de llegar una UTE (Unión Temporal de Empresas) que alterne su presumible condición de empresas proveedoras de las FF.AA., en tiempos de PP, con cargos públicos, en tiempos de PSOE, oportunamente sobrevenidas y licitadas por su idoneidad para la “reconstrucción”. O más pronto que tarde, una U(T)E (Unión (Temporal) Europea) que levante sobre un solar fantasmal, desolado, expropiado a la baja por ruina, con los sistemas de riego desmantelados por la privatización corporativa de las aguas. el complejo sistema de granjas colectivizadas (o koljoses) para cultivo de panales solares que suministren el ingente potencial de energía fotovoltaica imprescindible para la futura ¡ciudad inteligente! (smart city, las llama el anglobalismo) que, según está proyectado en la Agenda 2030, se ha decidido llegue a ser Valencia, convertida en Futurópolis, al igual que Zurich o Camberra, tal y como vienen advirtiéndolo Magdalena del Amo (Alerta Digital) y Pilar Esquinas (Aqua IURIS) o Pilar Baselga (Elecciones Transparentes), con su secuela de materiales de desecho totalmente irreciclables en unos terrenos definitivamente irrecuperables, que harán de El cementerio de automóviles de Arrabal —donde se apilan miles de autos de choque para el desguace y la ¡contaminación! para dar salida al invendible parque de vehículos eléctricos— en que se ha convertido la cortazariana Autopista del (Plan) Sur, el paraíso perdido de aDÁN/A de esta edad del euro. Y bla, bla, Black…Rock.
LA VALENCIA VACIADA
“Si se burlan de los avisos rojos de la AEMET, es muy difícil […] reaccionar bien ante la próxima calamidad” (Teresa Ribera, Congreso de los Diputados, Madrid, 20/11/2024.)
Teresa Ribera, al frente del Mi(ni)sterio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (Vade retro!, orwelliano doblepensar encriptado de ‘gran reemplazo poblacional’ y ‘genocidio nacional’ en neolengua globalista), haciendo la del avestruz mientras se borran las riberas fluviales (excepto la Ribera, que ella sabe nadar y guardar la ropa) por falta de limpieza eco-logística de cañizo y matorral —igual que el eco-abandono del bosque sirve de combustible al incendio premeditado— y demolición controlada de 30 presas, represas, presillas y azudes derriberados durante su gestión (una simple sugestión), sin más referencia hidráulica que el Manneken Pis de la Capital bruselense, donde se hallaba desaparecida esos días precisamente en calidad de opositora a transitar a la Vicepresidencia de Trans/acción Limpia, Justa y Competitiva en la Comisión Europea y en la que presentará “CiudaDANA” —con el mérito extra de haber hecho oposición desde el gobierno, a su vez, a la oposición, lo que prueba con pensamiento paradójico proverbial de la izmierda, su tacticismo dialéctico, como al echar el chorreo a la gente por no atender a las alertas (y dale con La pastorcilla mentirosa—, simulacro en vivo y en directo, snuff movie colectivo que acredita de qué es capaz por la Agenda 2030 si se encarga en tiempo y forma, pues, al igual que en la CAE (Comunidad Autónoma Española) ha protegido al lobo (óigase Pedro y el lobo) o a la lagartija colilarga (véase Bergoña), a sapos y ratas (rellénese…………..) mientras se mea en el hormiguero valenciano, en la Unión de Estados Europeos hará lo que se tercie, siempre que esté a su alcance la caja de caudales desembalsados, digo, de fondos desembolsados para el “rapto de Europa” —que no en balde es la mujer fuerte del ogro filantrópico Soros y su Open Society para el ramo con una acreditada sorosidad (¿o es sororidad?) tras largos años de servicios (¿y sevicias?) —como lugarteniente de la Narbona en la derogación del Plan Hidrológico en 2004—.Porque cuando el río suena, agua lleva, Para mear y no echar gota. Ni fría, ni caliente.
HALLOWEEN SATÁNICO DEL RETO DEMOGRÁFICO
VS.
LA NOCHE DE LAS ÁNIMAS EN VALENCIA
Vísperas de la festividad de Todos los Santos, que el anglobalismo quiere de Jálogüin. De las brujas. Mascarada satánica encabezada por la fantasmagórica Ribera, la muerte con la guadaña —Reto demográfico, lo llaman ahora: democracia de ultratumba— que hace su oferta con resabios celtas: ¿truco o trato? Que el trato está trucado no hay más que verlo en el maltrato de Satánchez a Mazón. Préstamos ICO a 3 meses, ¿letras a noventa días? ¡Susto o aguinaldo? El susto es la bruja Ribazo. Basta verla en un arrebato de histeria. O al natural. Pero para el aguinaldo, también céltico, falta aún un mesICO. Pero en Valencia son más de Celtiberia. Del castizo ¿susto o muerte? El susto no se lo quita nadie. Y sin haberse curado aún del espanto, el goteo de muertos, muertas y muertes sin registrar. Y tras la noche de ánimas (ánimos, pocos; animes, dibujos animados japoneses, ninguno), que sirve de Puente —de puente a Puente, Vade retro! y tiro porque me lleva la corriente— entre Todos los Santos (y no Cerdán, precisamente; Martín Santos más bien, en este Tiempo de destrucción) y el día de los Difuntos, las familias velando a sus víctimas, como los mejicanos, dizque aztecas, en su Día de los Muertos, junto a las fosas comunes de la ciénaga que es toda la comarca, convertida en una Comala de Pedro Sánchez, perdón, de Pedro Páramo, en que las almas en pena vagan por las calles y las casas. Siluetas de muertos en vida, zombis, en una patética carnavalada macabra de La noche de los muertos vivientes, invocando a los desaparecidos, filtrados por las grietas del terreno hacia el trasmundo. Aguardando a los aparecidos, en la noche de las ánimas, mientras continúa el goteo de cadáveres y de almas en pena. Que, al fin, han sabido quién dio la orden de sepultarlos en lodo, y martillean en la memoria como una gota china porque ellos son la prueba. Con el mando a distancia, Satánchez y a los manos de la maquinaria del fango, la Chingada. Terror de Estado en una fría Gotham.
DANA DANTESCA
La tragedia no existe como género cinematográfico. Con eso está todo dicho para la posmodernidad. Hay que conformarse con el drama. El acta de la muerte de Dios ya la firmó en su día Nietzsche. De su muerte, repito, no de su existencia. La tragedia no se entiende sin Dios. O sin dioses, por lo menos. Ni sin la fatalidad del destino prescrito. Pre-escrito, porque la oralidad también es escritura. Palabra del verbólatra Barthes. Es decir, predicción del oráculo. Aviso de los dioses, que dictan el castigo, o lo conocen. Sin embargo, el aldeano global a cualquier final desgraciado llama tragedia. Más aún, si es colectiva. Porque en el fondo de su caverna craneal alienta aún la llama, llamada, del pathos. De la emoción trágica. El deseo de ser elegido, héroe merecedor de un odio que nos eleve sobre lo trivial del drama. Lo banal de la comedia. Caricatural de la farsa.
Alfonso Sastre, impenitente dramaturgo, sesudo teórico y marxista irredento, y acaso por eso mismo, rescató el fuego del pathos en su “Tragedia Contemporánea”. Hay, viene a decir, si no dioses, semidioses en el Olimpo del Capital. Quienes, olímpicamente, se desentienden de lo humano, hasta que rompe la cólera. Entonces avisan. Tres veces, advertencia teatral. Luego, se desatan los elementos. Pongamos, la calamidad del agua. Muñido por las pasiones de los antagonistas. Por el Poder. Por el Ello, qué sé yo. Varios avisos, como en la tauromaquia, esa tragedia cretense proscrita por este neo-paganismo global. Pero pronóstico, haberlo habíalo. Mas se desmiente. Se de(s)construye, escrito en el agua con tinta deleble, etérea , deletérea de la navegación por los electrones. Y se malinterpreta, inasequible a la hermenéutica, por el virus malicioso de una inteligencia práctica. No la artificial, ese torpe remedo. Sino por la maldad. Y sobreviene la debacle. Condena a todo un pueblo. Inocente. De ese pecado, al menos Espanto y compasión, en una síntesis catártica. El tirano dictamina: “El cambio climático mata”. Terrible prosopopeya demagógica. La metáfora es mentira, diría el autista. Pero Narciso es psicópata. Y brazo ejecutor de su Señor, el que se alza en la Roca Negra. Que otros, medrosos por tanto hijo del Profeta en el Mediterráneo vinoso, confunden con la Piedra Negra. Pero ésta está al Oriente. La voz, empero, que habla por boca del orate llega de Poniente, de la Alianza de Atlantes, que exige su colonia en Iberia, un centro de energía heliolátrica.
No es una fábula más de Esopo en el palimpsesto del Iriarte o Samaniego, el alavés.
Tampoco es menos “dantesca” la del Cielo que las partes anteriores del Dante, y así la topografía del Infierno que Pancho, sayón del Anticristo, ha decidido borrar del mapa.
Es la tragedia contemporánea de una tribu ibérica sepultada bajo las aguas embalsadas a la que las malas artes del tirano, merced a sus sicarios, han traído muerte y destrucción.
Infierno líquido de cuerpos emparedados en sus propias casas, encofrados en sus carros, embalsamados en el lodo. Cuántos, desaparecidos por obra y (des)gracia del victimario, vagamundos, náufragos los más, por los ríos del Hades. Por ese del dolor, que los antiguos llamaron Aqueronte. El Cócito, el de las lamentaciones. Pero antes del olvido letal en que caerán sus vidas y sus nombres, arrastrados por el Leteo, el odio de las almas en pena en el aparcamiento subterráneo del mefítico mercado del Buen Aire, transmutado en laguna Estigia— por la que Caronte, con su pértiga, rastrea cadáveres que irán siendo evacuados —y, pues la ignominia criminal clama ya por una trágica hybris que precipite la catarsis del tiranicidio—bendecido por clérigos salmanticenses en el s. XVI, aunque son los primeros días de noviembre del año 2024 de la Era Cristiana en el Levante español—,digámoslo ya; en camiones frigoríficos que, con nocturnidad y alevosía, transportan no precisamente productos perecederos por falta de suministro—y para más INRI, de su ministro— eléctrico en el garaje del centro comercial —de Alcampo, no confundir con MercaDana, que también tiene que lamentar víctimas—, repescados cuerpos de sangre caliente de quienes perecieron en un subsuelo repentinamente encriptado para enmascarillar la cadaverina de la corrupción: algo huele a podrido… di, Marlasca, Fouché de pacotilla, tú, que no das pu(n)tada sin hilo y eres capaz de deslizar, viperino, con prosodia de papel de barba la mayor infamia, puesta bajo sospecha la toga que antaño lo encubriera. 144 médicos forenses, en una primera convocatoria. Y otros 50, de refuerzo poco después. Habeas corpora? Un depósito con capacidad para cuatrocientos catafalcos. Hebeas corpora? Ubi sunt? ¿En la calle Morgue? Y el asesino en serie, homínido responsable del ahogamiento, ¿aún anda suelto? Y a la esfinge silente, ¡habla, mudita!
Qui prodest? Pues eso. Y el presiliente, ¿saliente? Quia, entrante, con cadena perpetua tras la Causa General abierta por Traición a la Patria y genocidio planificado con colaboración de potencias extranjeras contra una encriptada III República Española ilegal.
¿HA FALLADO EL SISTEMA AUTO(G)NÓMICO?
El sistema de las autonomías ha reaccionado como corresponde a un Estado fallido. Y la Constitución de 1978, con una “monarquía parlamentaria” de la “nación de naciones” (oxímoron donde los haya), consagra la DESIGUALDAD entre los españoles, en razón de la federación asimétrca de comunidades (nacionalidades o regiones), de la representación que les asigna la Ley Electoral y, tras sucesivas reformas, de discriminación en virtud (o defecto) del sexo desigualdad ante la ley (“amnistía” a golpistas u ocupación legalizada de la vivienda) o, ya, del derecho a la vida (aborto, ¿derecho constitucional).
Así que, ¿cuadruplicación presupuestaria de la administración autonómica? ¡Claro! Un régimen de cacicazgo piramidal exige cuatro niveles de adminis(ex)tracción fiscal: local, provincial, autonómica y estatal.. Eso es irreversible, porque al cacique 2.0 ya no le mueves el puchero. Menos todavía, ante un globalismo desintegrador que atomiza el Estado-nación, lengua común y todas las competencias, en paralelo al individualismo social de “la república independiente de tu casa”, facilitándole la (di)gestión al NOM.
¿Ha fallado, pues, el modelo de las autonosuyas, que acuñó aquel escritor valenciano?
No, el sistema ha actuado según el mecanismo encriptado en su constitución, de oficio mientras no se prevé el caos. Como en la RIADANA. De aquello polvos, estos lodos. Y así, el presunto fallo se compadece bien, y nunca mejor dicho, con un estado fallido. Y si la Capitanía Gral. de los Ejércitos no rompe una lanza contra el mal que carcome, sin reconstituyente, la “Carta Magna” a manos de una banda de butroneros, el Magnicidio de la “Ley de leyes” se consuma a la vista de una monarquía alegórica y suntuaria —y ante los ojos de un ex-soberano globalista, en un reino barrenado con pólvora del Rey.
Y si a ello se añade el cainismo proverbial, la avaricia y la envidia, la malquerencia y animalversión de aldeanos globales y ciudadanos inmundos, la RIADA estaba servida. Pues el “fallo” radica en que un emparedado político de cuatro pisos —municipio, provincia, autonomía y Estado— tenga alguna capa que viene de la competencia dentro de La Partitocracia —ensayo de G. Fernández de la Mora ((1976) cuyo vaticinio se cumplió con creces—. Y el caso valenciano es palmario. Si, además, la empresa que gobierna la Nación mantiene buena parte de alcaldías, como es el caso, se mete en bocadillo a la em/presa que rige el gobierno autonómico (por mucha diputación que gobierne, mientras no sea foral) y en cuanto se presenta la ocasión se la merienda. O expurga esos ingredientes, con cara de asco, porque no los puede tragar. O le busca la ruina, porque se le ha caducado la fecha de aviso, por falta de higiene o prevención de riesgos laborales.
Si no, ¿Dónde están aquellos 10.000 soldados de las inundaciones de Bilbao de 1983?
Falla, como es previsible, la competencia desleal, las competencias cuando vienen mal dadas, por ruindad moral, mobbing y juego sucio, por el odio al otro y el resentimiento de la única derrota histórica del comunismo, coartada de la ambición del poder de unos políticos que, al igual que los comerciantes o intelectuales son intermediarios (Benoist dixit) ante los consumidores o los lectores, no son sino comisionistas ante sus electores.
Y la moción de censura del PSOE en el ayuntamiento de Requena, regido por el PP, al poco de la riada de Forata, (in)competencia del gobierno central, es un ejemplo de libro.
Ítem más, ayuntamiento capaces de cobrar a sus vecinos 150€ por tonelada de barro que les transporte al vertedero, con un 20% de desgravación, y un 100% desde 2025, cuando el barrizal esté ya petrificado, y si no te has muerto, no puedes vivir. De modo que cada administración, en su competencia, queda a la altura del barro. Así pues, no ha fallado el sistema autognómico, falla el idiotismo gnómico de los ciudadanos reducidos a gnomos.
DESPUES DE MÍ, EL DILUVIO. CONTINUARÁ
“[…] Su profundo y ancho cauce [en del barranco de Poyo] siempre está seco, salvo en las avenidas, cuando recibe tantas aguas y corre tan furiosamente, que destruye quanto encuentra. En 1775 causó muchísimas desgracias en Chiva, sorprehendiendo a media noche sus vecinos; asoló un número considerable de edificios, esparciendo por más de dos leguas los tristes despojos y los cadáveres de los pobres que no pudieron evitar la muerte. […]
José Antonio Cavanilles, Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, poblaciones y frutos del Reyno de Valencia (1795).
Hace más de dos siglos, pues, que un botánico, naturalista y geógrafo ilustrado, dejó constancia de la querencia del agua por el barranco del Poyo. El cauce del Turia se desvió, tras las inundaciones de 1957, por decisión del Jefe del Estado, a la sazón, Franco.
La República 3.0, esa Némesis vengativa, pretendía devolver el Turia a su antiguo cauce, desbaratando el “Plan Sur” y demoliendo presas y pantanos, tan ridiculizados por la Izquierda, que han salvado esta vez a Valencia, como correlato de la exhumación de los restos del Gral. Francisco Franco, vencedor de sus abuelos reales o adoptivos en la guerra civil, la deconstrucción del Valle de los Caídos y el empantanamiento de su obra —hasta aquí llegó la riada—, embarrando su legado con borradora Memoria Democrática.
El presidente Sancheski, sin embargo, no es un ilustrado —No es un inicuo “cambio climático”, ¡son “ciclos climáticos”, Estúpido!, y son inocuos—. Mucho menos aún, esa caterva de beocios palabrones y correveidiles meritorias que lo sirven —verbigracia, la maestra infantil, la de Educación y amaestradilla portavoz—. El nº 1 —si es que Ése no resulta ser, al fin y a la postre, el canciller J. L. Rodríguez Zapatero— es un adanista. Es también, y está diagnosticado, un sociópata, así que cuanto peor, mejor. Había que redireccionar el desastre natural a la catástrofe humanitaria. Para eso han pasado seis años sin creación de infraestructuras previstas ni empleo del presupuesto destinado a mejorar la prevención de estos fenómenos, dando por desahuciada la zona, creando así las condiciones objetivas para culminar el objetivo. Dando un escarmiento al SOSpechoso predeterminado, para que sirva de aviso al país y de advertencia al País entero. Un atentado involuntario. Pero esto es ya una masacre en toda regla. Y con todas las de la ley, claro. Se les fue la mano. Se dejaron abierto el grifo de la ducha de Forata toda la santa noche.
Conmocionar con el espanto para inspirar la compasión, sí, pero dentro de unos límites.
Y el límite, en este tipo de apuestas de geoingeniería social, el gasto asumible estándar en la operación, se cifra en torno a las 200 víctimas mortales. Las demás, supervivientes, miles, cientos de miles, pueden dar gracias al cielo mientras se las va difuminando. Entreteniéndolos con la solicitud de ayudas justas y equitativas por los cauces ordinarios. ¿Lo comido por lo sorbido? Terrorismo de estado de neta intencionalidad política.
Po ello hay que readecuar, para el caso, el dispositivo INDRológico de contar muertos. Y sólo aquellos tan evidentes que resultan ineludibles. Para el resto, ya llegó la UME (o Unidad de Muertos Escondidos), recuperando el tiempo perdido, recuperándolos de extranjis, para incinerarlos bajo cuerda o hacerlos desaparecer, a beneficio de inventario.
Porque los “desaparecidos” no constan como fallecidos en el registro. Sin cargo al seguro, por tanto. Ni indemnización del gobierno por “ausentes” en paradero desconocido. ¿ande andarán?
Es la doble contabilidad, censo de fallecimientos en B; qué digo, único censo que ha de constar. Así en la plandemia de covid, que se cotizó al alza: muertos “con”, no “de” Covid, que había pocos, víctimas de eutanasia forzosa por asfixia en un Estado “clínico permanente”, a merced de matasanos de “juramento hipocrítico”, Eu(ro)tanasia paliativa, digamos, para ahorrar en pensiones. “Pasaportando” a los ancianos nacionales para reemplazarlos por las indocumentadas invasiones bárbaras de un ejército de camuflaje. En suma, el número habitual de muertes por neumonía y gripe (¡desaparecida! ese año). Aquí el baile de cifras cotiza a la baja y se mantiene la estabilidad en el parqué bursátil, en unos tipos fijos. El paradigma, la inoculación de un fármaco autorizado sin aprobar y en fase 3 de experimentación. Todo ciudadano vacuno, al margen de su historial o condición de riesgo, prescripción médica o edad debía ser “vacunado voluntariamente” por la Farmafia globalitaria. ¿Veneno o placebo? (ruleta rusa). Varios pinchazos. Banderillas, (e)rrejones, estocada, puntilla o descabello. Procedimiento estocástica. “¡1 dosis, 2 dosis, 3 dosis, trombosis!” Un genocidio silencioso de etiología incierta: eficacia 100%, efectos secundarios o colaterales (era una guerra biológica, ¿no?) o razones idiopáticas.
TRAS LA CUARENTENA: PASADO EN CLARO
De cualquier modo, y a medida que hablar del temporal de Valencia se ve reducido a cháchara para matar el tiempo, va quedando muy clara la responsabilidad penal del Gobierno Central por incumplimiento de “su” propia ley y prevaricación en su gestión de la gota fría, más omisión del deber de socorro con resultado de homicidio imprudente más negligencia dolosa ¿o lodosa?. “Si quieren ayuda, que la pidan” (y luego ya veré.)
Y, no obstante, tras la inundación TERESA, de la desahogada Ribera —cuyo “impresionante” [¡ya lo creo!] legado deja un país más sostenible [¿sostemible?]—, el genio del Mal, vuelve con su mal genio habitual a las andadas, recorriendo la escala de la ignominia: escatimando, regateando la colaboración del Estado, acosando con el trapicheo de la subordinación de unas ayudas a la aprobación de los presupuestos mientras insta a DiANA Morant, presidente del PSPV, a aprobarle los presupuestos al PPCV y convierte ese programa piloto regional en la puesta en abismo —abisal/avisal: ¡no reenviarlo!— de España, pero sin llegar a tocar fondo—porque el Fondo de Inversión todavía no toca.
Sólo faltaría ya, como colofón de la barbarie, que la maquinaria (in)mediática pretendiera convencernos del destino fatal de esa zona de confort mutada en zona de compost por el destino trágico del agua que vuelve a llevarse lo que más desea, como en El agua, dirigida por Elena López Riera (¡2022!), ambientada en Orihuela y donde una repentina riada arrastra consigo, sin encontrar resistencia, a la muchacha, que le estaba destinada.
Pero, victimario victimista de un palazo —no de pala, sino de palo—, a Perico el de los Palotes, apenas repuesto —¡mucho teatro!— de la secuencia que lo convirtiera en blanco móvil o punto verde para el vertido de piedras, cañas y barro —por lo que está previsto, en justo desagravio, bautizar una céntrica vía de Paiporta como “Avenida del Presidente P. Sánchez”, según fuentes de toda disolvencia—, se le ve el cartón de títere de Klaus Schwab. Y es que, en el retablo de Maese Pedro, cervantino disfraz del truhan Parapilla —ojo, para(da técnica) y pilla(por la orilla)—al titiritero que maneja a sus títeres de cachiporra, Glande-Marzasca —“el Gobierno actuó, en todo momento, correctamente en tiempo y forma”— con la Sgta. Barbarita Robles —“Yo no tengo la culpa”— escoltada por el fantoche jefe de la UME, se le enredan cada vez más los hilos, y hecho un lío hasta con nudos marineros, haciendo de la necedad virtud como un demente, da en cortar cabezas a diestro y a siniestro, sobre todo a siniestro —el lobezno Lobato, ex-alcalde de Soto del Real, ¿próximo alcaide de… qué coinsidensia?—,y en esa maraña va cortándose los hilos del tinglado, con el gobierno pendiente de un hilo. Y desde el telar, el titiritero no es sino un títere manejado por el FEMentido canalla del Foro Económico Mundial, camino de su Klaus(usa), víctima de la usura en grotesco desenlace.
Y a la DANA, sigue la Trama Aldama (o AlDANA), que hace temblar el misterio del PatroNATO Sánchez (el PetroDólar), y Pedro Pedrone, el capo de la famiglia “se llama andana” (Aldama, mejor dicho). Y el monipodio emergente del líder y el díler, el comisionista obrero, clavado por la Sra. Pómez, masteresa y cátedra, en su título “Captación de fondos públicos y transformación social competitiva” —¡qué retrato de una banda de desvalijadores del Estado con pretensiones donde las haiga!, como la Presidencia de esa Internacional Socialista financiada con valija diplomática del Narco—, hace agua/s en el pozo ciego de sus enjuagues en La Moncloaca. ¡Y que venga un “fontanero de hierro”!
A cada andanada, el vidente augura que esta vez cae el Tirano, ahora sí cae, de esta no pasa. Y no pasa nada. Y cuando nadie lo haya vaticinado, caerá con todo el equipo, como en una fábula. Pero la RIADANA a sangre fría, con premeditación y alevosía, marca un antes y después. Y mientras tanto, en Valencia empieza a amanecer. Que no es poco.
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Cierto: «La izquierda se impone a golpe de masacre» (y pucherazos) desde la época de Tomás Cromwell. Siempre lo han ocultado las fuentes oficiales y los libros homologados de historia, y aún no nos hemos dado cuenta. Lo de los españoles de Valencia es poco comparado con lo que en adelante nos espera a todos los españoles ¡Judeomasonada fuera de las instituciones!