10/01/2025 00:52

Escribí hace unas semanas en este periódico digital sobre la tercera autoridad de la nación, Francisca Armengol, más conocida en sus ambientes como “Francina” y aseguré que esta excelentísima señora puede considerarse como una más del Consejo de ministros que semanalmente se reúne en el Palacio de la Moncloa.

No hay duda, el presidente más felón de la historia de España, doctor “cum fraudem” ya lo aseguró ante cámaras y micrófonos de RNE en noviembre de 2019 que el Fiscal General del Estado depende de Él, con mayúsculas, por lo que reconoció sin tapujos que quien ostente ese importantísimo cargo en nuestro Estado de Derecho, es otro más de los suyos. Es un camarada más, una persona que trata con amistad y confianza, correligionario, compañero, que acompaña frecuentemente e incluso hasta que vive con él.

La figura del Fiscal General no es nueva, aunque seguro que el doctor “cum fraudem” piensa que la ha inventado él o uno de los suyos – quizá crea que la ha inventado Bolaños- pero lo cierto es que nace en tiempos de Felipe V, en 1713, cuando Melchor Rafael de Macanaz fue su primer titular.

Un siglo más tarde con la publicación de la Constitución de Cádiz y la creación del Tribunal Supremo aparecieron dos Fiscales más pero el Fiscal General como tal cobra carta de presentación en 1870 con la promulgación de la Ley Orgánica de Poder Judicial. Esta ley, que permaneció en vigor durante un siglo mantuvo la figura del Fiscal General que durante la segunda República se llamó, como no podía ser de otra forma, Fiscal General de la República.

Con la llegada en 1977 del régimen democrático y de partidos políticos, los tres que han gobernado, UCD, PSOE y PP eligieron a través de sus presidentes diversos Fiscales Generales que digamos utilizando un símil de telecomunicaciones, “emitieran en su mismo frecuencia”. Más claro, que fueran afines a las ideas ucedistas, socialistas y populares. Es obvio que quienes más fidelidad exigieron a los Fiscales fueron, Felipe González, Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez. De este último no hay duda, exigió además de fidelidad, sumisión.

Los Fiscales Generales que ejercieron su cargo con Suárez, Calvo Sotelo, Aznar y Rajoy cumplieron con su misión con profesionalidad y eficacia acorde a la importancia que su cargo tiene en cualquier Estado de Derecho. No fueron objeto ni de titulares de telediarios, periódicos e incluso revistas. En suma, desempeñaron su cargo con absoluta dedicación y prudencia. No es el caso de los cuatro que voy a citar que fueron Fiscales Generales del Estado en diferentes épocas socialistas.

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Eligio Hernández, también conocido como el “pollo del Pinar” debido a que era un consumado luchador en la modalidad de lucha canaria. Este insigne deportista fue Fiscal General en la época gloriosa del felipismo – años 90 – y antes de ocupar ese cargo fue Gobernador Civil de Tenerife y Delegado del Gobierno en Canarias. Ocupó el cargo de FGE de 1992 a 1994 y con el tiempo, el Tribunal Supremo declaró ilegal su nombramiento. Posteriormente, formó parte de las listas del PSOE para el Parlamento canario. Utilizando una expresión muy de película finalizo diciendo: “No hay más preguntas Señoría”.

Cándido Conde Pumpido, coruñés, hijo y nieto de juristas y que ha ocupado puestos en lo más alto del escalafón jurídico cuando el partido de los cien años de honradez ha estado en el gobierno. Este conocido fiscal ocupó el cargo de FGE y fue nombrado a los pocos días de llegar Zapatero a la presidencia del gobierno. En la actualidad, ocupa la presidencia del Tribunal Constitucional con el beneplácito, apoyo y consuelo del felón Sánchez.

Dolores Delgado es una mujer, casada en la actualidad con un juez, ministro frustrado, que veía amanecer y que marcó una época cuando ejercía la Judicatura ya que abría los telediarios, encabezaba las portadas de los periódicos y era noticia en las cadenas de radio hasta que se demostró que era un juez prevaricador y ahora ejerce la abogacía por países iberoamericanos gobernados por dictadores.

Esta mujer madrileña, muy mal hablada – llamó en público a su compañero de gobierno Marlasca, maricón – antes de ser FGE fue durante dos años ministra de Justicia señal evidente que como el “pollo del Pinar” lleva, sin duda el socialismo en las venas. A Cándido, se le supone, nada más.

A Lola como se la conoce en sus ambientes, siendo ministra, se la reprobó tres veces su gestión, dos en el Senado y una en el Congreso, pero ella se pasó las reprobaciones por donde ustedes se imaginan.

El felón de Sánchez, su antiguo jefe, al cesarla como FGE le otorgó un cargo de Fiscal de Sala pero el Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso -Administrativo) por unanimidad anuló ese ascenso.

Y llegamos al último, por ahora, FGE, el salmantino Álvaro García Ortiz, hombre de confianza de Lola. Persona que ya confesó en su día que antes de llegar al cargo que ocupa era fiel seguidor y asistente a los actos del PSOE. Un sujeto que permanentemente se está riendo, y debería conocer el viejo aforismo español que dice “ la persona que se ríe de todo es tonto y la que no se ríe de nada es un necio”. Además, dado el cargo que ocupa, debería conocer igualmente que cuando se va con traje, la chaqueta debe ir abrochada y la corbata ajustada al cuello de la camisa. El señor García Ortiz lleva la chaqueta como esos dos galanes e ilustrados que son fieles al puño y a la rosa, José Luis Ábalos y Francisco Javier López. La corbata a don Álvaro le queda como si llevara un sogajo al cuello.

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Pero Adonis García Ortiz no ha llegado a FGE por su galanura sino porque es fiel y leal a las órdenes de Bolaños y del “puto amo”. Quizá el más servil de todos los que he relatado. Llegó al cargo en julio de 2022 y en octubre de 2024, después de fotografiarse con todo tipo de cargos socialistas e incluso de estrechar manos y repartir efusivos abrazos en multitud de actos, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo le abre un procedimiento por revelación de secretos que afectan a la pareja de Isabel Díaz Ayuso enemiga número uno de Pedro Sánchez y por lo visto también del Álvaro García Ortiz. Este hecho, el que el Tribunal Supremo, abra un procedimiento y que posteriormente la Guardia Civil registre su despacho, es un hecho sin precedentes en España. Más que suficiente para su cese fulminante o para una dimisión inmediata.

La conducta de don “Alvarone” no acaba ahí. Ante la posibilidad de que sea más investigado aún, se dedica a borrar todo rastro de información de su móvil e incluso, cambia de teléfono. Este individuo, es el actual Fiscal General del Estado propuesto, protegido y defendido por el presidente del Gobierno.

Eligio Hernández, Cándido Conde Pumpido, Dolores Delgado y Álvaro García Ortiz son cuatro esclarecedores ejemplos de los Fiscales Generales del Estado que acompañan a los gobiernos socialistas de turno. Cuatro camaradas más, vocablo que como define el diccionario de la RAE significa: persona que anda en compañía de otras, tratándose con amistad y confianza; en ciertos partidos políticos y sindicatos, correligionario o compañero.

Queda claro Señoría.

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