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DATOS Y CITAS.
Cortesía de:
Cuando en 1922 lord Carnavon halló las dos dagas en la momia de Tutankamón, se quedó muy sorprendido.
Una era de hierro, pero los egipcios aún no sabían cómo obtenerlo.
La otra era de oro, pero casi todas las dagas de este tipo descubiertas en el Antiguo Egipto son de cobre o bronce, aunque contamos con algún ejemplar hecho en oro, como la daga con vaina descubierta en el ajuar funerario de la tumba de la reina Ahhotep, madre de Ahmoses I, fundador de la XVIll dinastía, o la de su esposo, el faraón Kamose.
En la época de Tutankamón se había llegado a un grado muy elevado de habilidad artística y técnica.
Tutankamón era el hijo de Akhenaton y su gran esposa real, Nefertiti. Murió muy joven durante el invierno de 1318-1317 a. C. y fue enterrado en una tumba casi improvisada.
El oro era abundante en Egipto y era muy valorado porque le dio al país gran poder económico. El hierro era muy valorado por ser, al contrario, muy escaso.
Hasta la llegada de los Pueblos del Mar y desde la segunda mitad del II milenio, en Oriente Próximo había un gran contacto diplomático entre las grandes potencias de la época, como Mitanni, Egipto o el imperio hitita, lo que implicaba el intercambio de regalos que, con relativa frecuencia, eran dagas de hierro o de oro, como confirman algunos documentos hallados en El Amarna.
Los elementos decorativos que se encuentran en las dos dagas de Tutankamón se encontraban en la artesanía del Oriente Próximo de la época.
El trabajo del metal ha sido tan importante en el desarrollo de la civilización que los historiadores dividen las épocas antiguas en edades de los metales, según hubiesen desarrollado tecnología para trabajar el cobre, bronce o hierro.
Esta división no era hermética, sino permeable, ya que algunos objetos de hierro datan del Imperio Antiguo, de hacia el 3200 a. C.
En realidad ha habido un uso esporádico del hierro en el Mediterráneo Oriental desde finales del Neolítico hasta la Edad del Bronce, aunque el hierro no se encuentra en estado libre en la naturaleza y su metalurgia es compleja, por lo que, en realidad, aún no tenían tecnología para obtenerlo, así que usaban el caído del cielo.
Por eso los egipcios y los asirios llamaron al hierro «metal del cielo», los sumerios y los hititas como «fuego del cielo» y los griegos como «síderos», relacionado con los astros.
En la tumba de Rekhmire (1450 a.C.), que fue gobernador de Tebas y Visir durante los reinados de Tutmosis III y Amenhotep II, vernos pinturas sobre el trabajo del cobre.
En la tumba de Huy, visir de Kush en la época de Tutankamón, vemos a un grupo de nubios llevando lingotes de oro en forma de anillos.
El antiguo Egipto tenía grandes recursos minerales, incluido hierro, en sus grandes áreas desérticas, sobre todo en el desierto oriental. El metal del que no disponían era la plata y lo tenían que importar por lo que, en el Imperio Antiguo llegó a ser más cara que el oro.
Utilizaron el cobre, el bronce y el oro desde el cuarto milenio a. C., pero usaron el hierro después que en los países vecinos, hacia el I milenio a. C. La generalización del hierro y su explotación no se hizo realmente efectiva hasta época Saíta.
Lo extraían de Wadi Marwat y Wadi Did, en la Península del Sinaí, y de Wadi Halfa y Qoseir en el desierto oriental.
Los primeros objetos de hierro se produjeron a partir de material meteorítico que se usaba para la producción de objetos ornamentales, rituales y ceremoniales porque aún no dominaban las técnicas para obtenerlo en grandes cantidades, como habría sido necesario en la guerra o en el trabajo.
Por eso las dagas no se encuentran con las armas halladas en la tumba, sino como amuletos de protección en el cuerpo del faraón.
Por la misma razón, el hacha de Ugarit era un arma votiva hallada en un pequeño santuario al noroeste del palacio.
A fines del segundo milenio a. C., el hierro se utilizaba habitualmente en la mayor parte del Mediterráneo Oriental, aunque en algunos lugares se seguía usando el bronce.
Hacia 1400 a.C., en el imperio hitita se desarrolló un nuevo proceso para la fundición de mineral de hierro.
En 1925, Carter encontró dos dagas en la momia de Tutankamón. Una estaba en el muslo derecho y tenía una hoja de hierro (JE 61585), y la otra estaba sobre el abdomen del faraón y tenía una hoja de oro.
LA DAGA DE HIERRO DE TUTANKAMÓN
Es interesante ver como los documentos diplomáticos de los archivos reales egipcios del siglo XIV a. C. mencionan los obsequios reales hechos de hierro en el período inmediatamente anterior al reinado de Tutankamón.
Los meteoritos metálicos son sólidos extremadamente compactos, muy difíciles de trabajar.
La alta calidad de fabricación de la hoja de la daga de Tutankamón, en comparación con otros artefactos de hierro meteoríticos anteriores, sugiere un dominio importante del trabajo del hierro en su época, además de un trabajo esmerado porque los antiguos egipcios atribuían un gran valor al hierro meteorítico.
La capacidad técnica se ve también en otros objetos de hierro de la tumba de Tutankamón, que utilizan innovaciones resaltan algunas características innovadoras el Bronce Final.
Entre los objetos de hierro descubiertos en la tumba de Tutankhamon se incluyen 16 hojas de hierro en miniatura, un reposacabezas en miniatura y un brazalete con el ojo de Udjat, todos hechos con hierro de meteoritos metálicos.
La empuñadura es de oro fino decorado y termina con un pomo de cristal de roca, un material muy raro en Egipto pero relativamente común en Oriente Próximo.
Está decorada con granulado formando rombos y filigrana con un motivo trenzado. Tiene piedras semipreciosas, lapislázuli y cornalina, e incrustaciones vítreas que resaltan motivos vegetales y halcones en la parte superior.
La funda dorada está decorada con un motivo floral de azucena en un lado y con un patrón de plumas en el otro lado, terminando con una cabeza de chacal.
En una de sus caras, la vaina presenta una decoración con motivos vegetales, principalmente flores de loto, enmarcados en una decoración con motivos sogueados (fig.6).
En la otra cara se aprecia la misma ornamentación que en la daga de oro, es decir, pequeñas plumas de pájaro, con una cabeza de chacal o perro en el extremo inferior. Longitud de la pieza: 34,2 cms. N° de Inv. del Museo de El Cairo: 256 k.
Las autoridades egipcias habían evitado cualquier análisis destructivo en estos objetos únicos, pero el avance en la tecnología de detectores de estado sólido ha permitido hacer análisis no destructivo.
Gracias a ello se confirma el origen meteorítico de la hoja de la daga de Tutankamón.
Se había especulado con que esta daga fuese una de las tres de hierro que Tusratta regaló a Amenofis IV por el enlace con su hija, como figura en el documento EA 22, III.7-9 de El Amarna.
Sin embargo, después de analizar los 20 meteoritos de hierro de la zona, se sabe que el hierro proviene de un meteorito hallado en Egipto el año 2000.
LA DAGA DE ORO
La daga de oro se encontró sobre la cintura del faraón en posición oblicua.
La hoja tiene una decoración en relieve, una bella flor de lirio, doble nervadura central y rombos en la parte superior.
La empuñadura es muy similar a la de la daga de hoja de hierro. Está decorada con la técnica del granulado, utilizada por los orfebres egipcios desde muy antiguo. El trabajo de granulación y filigrana se desarrolló en Egipto a partir del año 2000 a.C., probablemente introducido por trabajadores cualificados de Ur. Consiste en adornar objetos con diminutas esferas de metal microsoldadas.
Está decorada con bandas alternas de diseños geométricos en gránulos de oro con piedras semipreciosas. En la base de la empuñadura hay una banda de espirales continuas.
Esta técnica se utilizó desde comienzos de la dinastía XII (1991-1785 a.C.), pero sobre todo se usó a partir del Imperio Nuevo, imitando elementos vegetales como palmetas y flores de loto y creando formas triangulares de pendientes, motivos de zigzag, rombos, etc.
La empuñadura tiene decoración de triángulos y filigrana que forman motivos sogueados o de cables trenzados (parte inferior), así como con piedras semipreciosas, lapislázuli y cornalina, e incrustaciones vítreas ordenadas en motivos vegetales, como flores de lirio.
En la parte superior del pomo se distinguen los cartuchos con el nombre del rey, rodeados de una decoración floral, mientras que en la parte inferior podemos ver dos figuras de halcones acompañadas del símbolo shen «infinito», como las que también podemos encontrar en varias empuñaduras de dagas reales del Imperio Nuevo, como la de Tutmosis o Sheshonq.
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