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Sorprende ver cómo muchos, e incluso de diverso y contrapuesto sentir, se sorprenden por el penoso espectáculo que contemplamos en prácticamente todos los sectores y aspectos; como si la cosa fuera nueva, sólo de hoy o debido a un tal Pedro Sánchez. Sorprende observar cómo esos mismos siguen apelando a no se sabe qué fantasmal “ejemplar espíritu de la transición” y menos aún de qué “democracia”.
El maremágnum que hoy contemplamos en que se ha sumido España fue profetizado y voceado por calles y plazas por aquellos, grandes y no tan grandes, personajes públicos y simples ciudadanos, a los que se tildó de todo menos de bonito. Lo de hoy, nuestra desintegración como nación y pueblo no es de ahora, no se debe a ese tal Sánchez, sino a nuestra sempiterna incapacidad para aprender de nuestra historia, a ese cainismo que corre por nuestras venas que nos lleva una y otra vez a destruirnos… para luego intentar levantarnos; bien que, eso sí, cada vez es más fácil y tremendo lo primero, y más imposible lo segundo porque, entre otro factores, el mundo, que también juega sus cartas, lo hace más y más improbable y difícil.
Veo llamamientos in extremis al rey para que impida aquello de lo que su padre, hoy por fin en su merecido exilio, fue piedra angular. Ingenuos. El hijo es peor que el padre, porque ya se sabe que siempre de tal palo peor astilla.
Veo a no pocos, algunos muy demócratas “de toda la vida”, mirar ahora de soslayo a las FFAA. Ingenuos. No hay, no están, no existen, no las esperen. Son un conjunto informe de funcionarios, eso sí de uniforme, dedicados a “hacer la carrera”, profesionales del postureo y adictos a viajar por el extranjero cuanto más lejos y por más tiempo, mejor.
Por lo que toca al tercer poder fáctico tradicional, la Iglesia, bueno, ya nadie la mira ni de frente ni de reojo porque hace décadas que se suicidó.
¿Y el pueblo? Convertido en una masa aborregada hasta extremos imposibles de imaginar, de supina ignorancia y estupidez, que camina hacia el precipicio sin titubear contento y consolado porque… el otro, su vecino, también se va a caer por él, y eso le basta, satisface y le sobra.
Mientras, los aprovechados, los que sí saben a dónde van, que es sólo y únicamente a su propio beneficio a costa de tanto animal, campan a sus anchas y como nunca y habitan en el nirvana, porque están completamente seguros de que esta vez, como otras antes, cuando estén en el borde, darán el paso atrás que tienen preparado, mientras los demás se despeñan sin remisión.
El espectáculo español vuelve a no tener parangón… ni medida… ni final feliz. Sin duda somos diferentes, pero por desgracia no para bien. ¿La solución? Yo creo que, desde luego, por ahora no la hay pues seguiremos caminando hacia el abismo hasta caernos en él. ¿Más adelante, tal vez? Nunca se sabe, claro… pero en esta ocasión yo creo que no, así es que a quien Dios se la dé, que San Pedro se la bendiga… o, mejor incluso: Dios les ampare, imbéciles.
–oo–
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En realidad el pueblo español, eso de llamar al español ciudadano, termino politico salido de la Revolución francesa que no deberia ser aceptado para sustituir al genuino termino español, no busca liar el follón o destrozar España, de eso se encargan los que desde 1812 dicen ser los delegados representantes de la soberania del pueblo, esto es, los políticos.
A fecha de hoy y a pesar de su interes porque los españoles se lien a tiros los unos contra los otros, no lo han conseguido y motivos para armarla ha habido mas de uno.
Desde 1800 y sobre todo desde la nefasta Pepa, constitucion liberal-masonica que destruia todo lo hecho por los españoles desde 1490 y hoy sacralizada, los españoles van pegando tumbos mientras sus poliotcos, de uniforme o sin el, los azuzan a pelear todos contra todos por historias que como poco ni les van ni les vienen.
El español necesita buenos ejemplos, personajes nobles que los dirijan con un sentido ético de la razón de ser de España, con el impulso de hacer de España un lugar mejor y mas unido y con una serie de órganos de poder que metan entre rejas a esa banda de facinerosos que en nombre de la soberanía del pueblo español se ha quedado con España para su beneficio.
Los españoles nunca han tenido soberanía alguna en su manos y su destino ha sido el que ha dictado el masón o desvergonzado mangante de turno, la consecuencia ha sido que el mayor reino del mundo se vino abajo en 20 años.
Los españoles son muy influenciables y los charlatanes metidos a politicos legendarios, esa confluencia de buena gente que se deja llevar con esa pandilla de perros sarnosos que se aprovechan de los que dicen tener la soberanía(esos que con toda mala intención llaman ciudadanos) nos ha llevado a esto, que por otra parte no es nada nuevo en la historia de la España de los dos últimos siglos y que, de seguir así, termina como termino la España de ultramar, en manos de los enemigos ancestrales de la Nacion Español
«A la iglesia nadie la mira». Pero recaudan, que es lo importante. ¿Qué lo justica tratándose de una potencia extranjera con su propia agenda? ¿Por qué tienen que monopolizar el negocio ‘espiritual’, la caridad y demás? Que la financien sus fieles.
https://www.eldiario.es/euskadi/euskadi-accede-pagar-580-000-euros-iglesia-catolica-atencion-espiritual-hospitales-publicos_1_10443709.html