21/11/2024 13:05
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Por supuesto, que no trato de restarle ningún merito a la arrolladora Mayoría Absoluta que ha conseguido el pasado 19 en las elecciones “Don Juanma” Moreno, respaldado por el PP nacional presidido por el señor Núñez Feijóo. Pero, tras la Historia siempre queda detrás la INTRAHISTORIA y en ella pude saber hace unos días que el PP andaluz y el Imperio del arcoíris habían llegado a un acuerdo de ayuda mutua y sobre todo de no agresión. La LGTBI+ proponía apoyo total a la candidatura de Moreno para alcanzar la Mayoría Absoluta con la que ambos se quitarían de en medio al peligroso Movimiento VOX de Abascal y Olona, si a cambio, la nueva Junta de Andalucía mantenía las subvenciones a los “chiringuitos” de la LGTBI+, levantando incluso los vetos que VOX le había prestado a “Don Juanma” para su investidura de hace tres años. Señores, y eso son muchos votos y sobre todo pueden dar luz a lo que sucedió en la última resta del camino electoral. ¿Cómo es posible que no habiendo pasado en ninguna de las encuestas de un techo de 47-48 Diputados de la noche a la mañana al cerrarse las urnas apareciera el señor Moreno con una Mayoría de 58? O sea 10 escaños más. ¿Podrían ser esos 10 escaños los que le hayan conseguido el Movimiento del arco iris? No hay que perder de vista que la LGTBI+ ya no es un simple Movimiento en defensa de los sexos y de sus derechos, que ya es la cuarta Potencia económica mundial y que agrupa ya a más de 700 millones de personas en todo el mundo.

Señores, lo vengo diciendo desde las elecciones andaluzas, cuando “amigos” del Consejero Bendodo al parecer pactaron con “amigos” de la LGTBIQ+ para poder alcanzar la Mayoría Absoluta y no tener que depender de VOX.

Entonces publiqué esto:

EL PP PACTA LAS ELECCIONES ANDALUZAS CON LA LGTBI+

Será un rumor, será una “noticia falsa”, será un bulo, será una jugarreta política, pero el hecho es que ya está en la calle y lo que se comenta en las tertulias de los bares.

Que el fin de semana pasado hubo reuniones de representantes de la LGTBI+ con “amigos” del Consejero Bendodo (el tercero ya en Génova) para buscar un punto de encuentro entre ambos, una Organización Privada y el PP de Andalucía.

Y al parecer, se llegó a un acuerdo:

  • — Tú nos mantienes el “status quo” que mantenemos desde vuestra llegada al Poder (suprimiendo, claro está, los vetos que puso VOX para apoyaros en la investidura) y nosotros volcamos nuestros votos el 19 en las urnas para que consigáis la Mayoría Absoluta).

Lo cual no sorprende, sabiendo ya como se sabe que el Poder del Imperio del Arco Iris está alcanzando ya cotas inalcanzables hace unos años ya que según los informes del Banco Mundial son ya la 4º potencia económica del mundo y teniendo en cuenta que hoy tiene ya como afiliados el 10% de la población mundial quiere decir que en sus filas figuran algo más de los 777 millones de afiliados y que manejan cifras económicas escalofriantes. Tanto es así que al parecer ya son accionistas importantes en todos los Medios de información de Estados Unidos y de otros países y de las grandes empresas de televisión, Facebook, Google, Instagram, Netflix, HBO, etc.

La LGTB española

Ahora repasemos la LGTBIQ+ española y su Poder de hoy. Aunque por más que hemos investigado es imposible averiguar o sumar las subvenciones que reciben desde el Gobierno de la Nación hasta el último Ayuntamiento por pequeño que sea y pasando por los Gobiernos autonómicos, las Instituciones, los Ayuntamientos y los Partidos políticos (incluyendo el PP), salvo VOX que se ha negado a pactar con el Imperio y de ahí sus problemas actuales, incluida su última lucha con la Autonomía y el Ayuntamiento madrileño, pues ambos también mantienen subvenciones para la LGTBIQ+.

Y para que sepan más de este “misterioso” Imperio en la sombra, capaz de  acabar con quien se le enfrente por todos los medios posibles les reproduzco lo que escribí el año pasado por estas fechas:

LA LGBT+ Y EL ORGULLO GAY LLEGAN A ESPAÑA

Bien, repasado ya lo que fue el nacimiento del “Imperio LGBT” en los Estados Unidos de América y el poderío que ha llegado a tener como cuarta Potencia económica del mundo nos toca hoy repasar lo que fue su llegada a España y lo que ha conseguido y está consiguiendo con el Gobierno socialista y comunista.

Aunque, confieso que todo lo relacionado con la LGBT+ es algo difícil, imposible encontrarlo, pues la transparencia brilla por su ausencia y todo hace recordar el “modus operandi” de las mafias o de las sectas… y eso que según sus propias informaciones en el armario quedan todavía millones de ciudadanos encerrados y sin atreverse a identificarse como tales homosexuales, lesbianas, bisexuales y etc.

Tal vez, porque todavía quedan en el mundo 72 países en los que no son legales y hasta 13 en los que están castigados con la pena de muerte.

Por tanto, reconozco que en esta información faltan datos, o los que están manipulados para delimitar exactamente el Poder y la influencia que tienen los LGBT+ en la España actual.

Pero, a pesar de ello lo intentamos. Y en primer lugar hay que volver la vista atrás y seguir los pasos incipientes de aquellos primeros “invertidos” que se atrevieron a salir del armario.

El primer hecho significativo se quedó para la Historia y sucedió en 1962 en Torremolinos (Málaga) donde abrió sus puertas el que se considera primer bar LGBT de España.

Pero sería el 25 de junio de 1971 cuando la policía hizo la gran redada en la cafetería Tony’s Bar, y a todas las calles de su alrededor, donde ya se habían establecido al menos 50 bares y locales de alterne para los primeros socios de la LGBT del país. Se identificó a 300 personas y alrededor de 114 fueron detenidas… en base a la Ley que se había aprobado en 1970 sobre “peligrosidad y realización social” que establecía penas de hasta 5 años de prisión o internamiento siquiátrico para los homosexuales.

A pesar de ello, aquellos primeras salidas del armario crearon el “Movimiento español de liberación homosexual” y ellos fueron los que sacaron la primera revista LGBT, dedicada exclusivamente a sus miembros. Pero no fue hasta 1975, cuando Franco ya agonizaba, cuando se creó el Front d’Alliberament Gai de Catalunya (FAGC) una de las primeras organizaciones LGBT que lucha contra la represión y los derechos del colectivo desde la clandestinidad.

En 1977 se produce la primera manifestación en Barcelona para la celebración del “Orgullo Gay” y fue ese día cuando apareció en España y empezó a usarse como símbolo del “orgullo gay” la bandera arcoíris.

El  Tony’s Bar de Torremolinos fue creado en 1962 por una pareja homosexual británica; si bien no era definido como un lugar específico de encuentro LGBT, se convirtió en un punto de reunión para dicha comunidad producto de la tolerancia presente en el interior del local y la visita frecuente por parte de turistas, en su mayoría homosexuales. Producto de la represión ejercida por la dictadura franquista el lugar tuvo distintas ubicaciones, como por ejemplo la esquina de la calle Cauce con la avenida Palma de Mallorca, al interior del Pasaje Begoña y en la calle Antonio Girón.

Producto del surgimiento del Tony’s Bar, en el Pasaje Begoña comenzaron a crearse diversos establecimientos para la comunidad LGBT durante los años 1960, que tuvieron su época de mayor expansión hasta la redada ocurrida en junio de 1971. ​ El bar tuvo una corta existencia, cerrando sus puertas en 1963, tras lo cual el espacio fue ocupado por diversos bares, discotecas y restaurantes para la diversidad sexual.

Ahora me interesa reproducir parte del Informe que escribió María José Fuenteálamo  en “El Español” sobre el colectivo LGBT+ en España y su relación con Europa:

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 Por encima de Francia, de Alemania, de Italia y de Holanda. España supera a los grandes países en igualdad y respeto a la comunidad LGTBI. Así lo indica el principal ranking europeo del colectivo: la lista Rainbow, elaborada por la ILGA-Europe, la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex de Europa. El índice nos sitúa en el séptimo puesto en “respeto de los derechos humanos y plena igualdad”, en línea con Portugal y sólo por detrás de países como Malta, Bélgica y Luxemburgo.

El ranking internacional mide seis categorías: igualdad y no discriminación, políticas familiares, crímenes y delitos de odio, reconocimiento legal del género e integridad física, espacio ocupado en la sociedad civil y políticas de asilo. El holgado puesto español confirma, al igual que los expertos, que España, cuarto país del mundo en el que se aprobó el matrimonio homosexual, juega en Primera en el mapa del arcoíris europeo.

En España, a la hora de buscar datos y estadísticas, los expertos acuden a las cifras aportadas por el Ministerio del Interior, que recoge desde el 2013 todos los delitos de odio conocidos. El informe anual de Evolución de estos delitos incluye 11 subtipos: de racismo a antigitanismo, pasando por la aporofobia y los cometidos contra gays y transexuales. Los datos oficiales indican que los que tienen que ver con orientación sexual o identidad de género son los terceros en el ranking total de delitos de odio en España, por detrás de los perpetrados por racismo y por ideología. El año pasado -un ejercicio lastrado por el confinamiento- se denunciaron 277 casos de odio contra personas LGTBI en toda España una cifra, en cualquier caso, muy similar al 2019, cuando fueron 278.

Por comunidades autónomas -siempre según el Ministerio-, en la Comunidad de Madrid, con 6,6 millones de habitantes, se registraron 40 casos y en Cataluña, con 7,5 millones de habitantes, 69. En cifras globales, la tercera comunidad con estas denuncias fue el País Vasco, con 45 denuncias. En términos porcentuales, Melilla se lleva la peor parte, con 7 denuncias con 85.000 habitantes.

Ahora bien, las cifras oficiales son sólo un pequeño reflejo de lo que ocurre en la calle. Lo confirman todos los expertos y el mismo Ministerio. Según la Encuesta sobre delitos de Odio de 2020, entre el 80% y el 90% de estos delitos nunca se denuncian. El dato no es baladí, y más en un momento en el que España tiene abierto en canal el debate sobre las agresiones a personas LGTBI.

Según ACRÓPOLI, Asociación LGTBI de la Comunidad de Madrid, se produce una agresión diaria por LGTBfobia en la región. La Asociación elabora un informe anual en coordinación con el Observatorio Madrileño contra la homofobia, transfobia y bifobia.

Comunidades como Cataluña, Galicia, Canarias y Andalucía cuentan también con sus propios observatorios. Realizan una tarea de divulgación, análisis de datos y recogida de información así como de denuncias e incidentes. El último informe del Observatorio de Madrid, de 2019, recalca, que “una gran parte de las agresiones no llega a conocerse nunca”. Ellos recogen lo que llaman incidentes -incluyendo, por ejemplo, casos de “curación de la homosexualidad”– tanto de contacto con afectados, como de otras instituciones y rastreo en prensa. En 2019 cifraron en 311 los incidentes “de diferente gravedad motivados por LGTBIfobia que dejaron 331 víctimas”.

Volviendo a los datos oficiales del Ministerio, esta semana, en medio del ya agitado y partidizado discurso, contaminado además por un delito simulado y dos manifestaciones contra la homofobia en la misma semana -una de ellas, la del sábado, con cerca de 5.000 asistentes aún después de conocerse el engaño de Malasaña-, los datos son complejos. El Ministerio del Interior ha asegurado, según sus propias tablas, que los delitos de odio -sin desagregarlos- han aumentado un 9,3% respecto a 2019 -por compararlo con un año sin confinamiento.

Pero, ¿por qué aumentan las denuncias? ¿no sería una incongruencia que España esté en el top del respeto y a la vez se hable de una subida de casos?

EL ESPAÑOL ha analizado la cuestión con cuatro expertos en la materia: Kerman Calvo, doctor en Sociología y coordinador de la Unidad de Diversidad Sexual y de Identidad de género de la Universidad de Salamanca; Susana Gisbert, fiscal delegada contra la Discriminación y los delitos de Odio de Valencia; José Ignacio Pichardo, doctor en Antropología y profesor de Antropología de Género en la Complutense y Josep Maria Armengol, director del primer master sobre Masculinidades que se va a impartir en España.

La primera pregunta es obligada: ¿Es España un país homófobo? Un adelanto: el aumento de denuncias y la buena posición de España en los ranking son la cara y la cruz de la misma moneda.

España: ¿país homófobo?

“España no es un país homófobo, todo lo contrario”, responde, con rotundidad, el doctor en Sociología Kerman Calvo. Y acude a estadísticas y encuestas al señalar que España, desde hace años, vive en un ambiente de “comprensión y aceptación sexual sin comparación en nuestro entorno”.

Ahora bien, es precisamente esta misma la razón por la que, nos explica el profesor, asistimos a un aumento de denuncias de delito de odio contra homosexuales, transexuales… “Cuando más se avanza en el respeto y la visibilización de los derechos, también se refuerza la resistencia”. Una resistencia que puede tornarse en violencia: “Las pocas personas, porque cada vez son menos, que se resisten al cambio social, lo hacen cada vez de una forma más radical o más militante”. Y así, cogiendo un símil religioso, señala que el que se resiste “lo hace de pensamiento y también de obra”.

El doctor en Sociología Kerman Calvo. E.E.

Susana Gisbert, fiscal delegada contra la Discriminación y los Delitos de odio en Valencia, coincide en el diagnóstico. A la pregunta de si somos un país homófobo señala que “somos un país donde hay homófobos que hace poco se escondían, porque se habían replegado y no se consideraban políticamente correctos, pero ahora han encontrado un hueco para hacerse presentes”.

El profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha Josep Maria Armengol, director del primer master sobre Masculinidades que se va a impartir en España, se fija precisamente en las últimas agresiones. “Mi respuesta es que España sigue siendo un país homófobo”, recordando que aunque “se ha avanzado mucho”, todavía falta mucho por hacer. Destaca que la mayoría de atacantes “son hombres heterosexuales”. Y por ello, se va a la etimología de ‘homofobia’: “Fobia significa miedo a”. Los hombres agresores, señala, “quieren marcar una diferencia entre ellos y nosotros”.

Las pocas personas, porque cada vez son menos, que se resisten al cambio social, lo hacen cada vez de una forma más radical o más militante

José Ignacio Pichardo es doctor en Antropología e insiste en que es “innegable que España es uno de los pies del mundo más respetuoso con los homosexuales”. Recuerda que “lo dicen todas las encuestas de opinión”. Pero, como el resto de expertos, habla de ese 20% de homofóbicos que pueden hacer mucho daño.

Apunta, como el profesor Armengol a una de las creencias que se consideran arraigadas -y en las que recuerdas habría que trabajar- en esa minoría: “Despreciar al gay te hace más macho”. Y como el resto, comparte la teoría de que a más protección de los derechos y más igualdad real, más denuncias van a salir a la luz.

Homófobos ‘saliendo del armario’

¿Podríamos decir que el homófobo está ‘saliendo del armario’? “Digamos que sí. Es como el animal que se queda cercado, que responde de una manera más agresiva. Se sienten acosados, que pierden los valores de un mundo en el que se sentían más a gusto”, señala el profesor Calvo.

A esta situación, hay que sumarle la redes sociales: “Son un vivero de gente que puede escupir su odio desde el anonimato, y además, puede decirlo y tener un montón de likes”, explica la fiscal. ¿Involución? “Estamos en un momento con peligro de involución, porque estamos pasando una crisis por la pandemia y sus consecuencia económicas, la situación está más crispada”, responde la fiscal especializada en Delitos de odio.

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Apunta también a determinados discursos políticos: “Determinados discursos que pueden tener cabida en instituciones les hacen creer que no están solos”.

Por su parte, el profesor de Sociología Kerman Calvo resta peso a la influencia de los partidos: “Es una constante universal que haya violencia contra los gays. Gobierne quien gobierne”, señala.  Y vuelve al momento que vive España: “Tenemos políticas muy avanzadas de Igualdad”, por eso, insiste, “no veo una conexión directa con que esté Vox y veamos un aumento de crímenes de odio”.

Alineados con los nórdicos

Así las cosas, los expertos coinciden en que las denuncias van a aumentar. Y que eso es y será, aunque parezca difícil de asimilar, una buena señal. Kerman Calvo nos lleva a los países nórdicos, líderes en la lucha contra la violencia de género, con la que todos los expertos harán paralelismos: “Si miramos las denuncias de agresiones sexuales a mujeres en los países nórdicos, veremos que las cifras son más abultadas”.

Lo explica: “A mayor conciencia, más investigación. Cuando más busquemos más vamos a encontrar”, señala. No significa que haya más casos, sino que se verán más. Y echa la mirada atrás: “No es que en los 70 no hubiera agresiones homófobas, no hay más que mirar el cine quinqui de los 80 con palizas a los gays, es que no se denunciaba ni había preocupación”.

José Ignacio Pichardo. E.E.

Calvo cifra en un 20% el porcentaje de población homófoba, y sólo una parte mínima violenta. Pero claro, recuerda «tres te pueden partir la cara y sacar un ojo». Del mismo modo habla el profesor de Antropología José Ignacio Pichardo: “Yo trabajo en el ámbito educativo, antes el 80% de los jóvenes eran homófobos, ahora es una minoría, un 20%, pero una sola persona te puede hacer la vida imposible, o unos cuantos matarte, como a Samuel”.

Kerman Calvo apuesta por reforzar la severidad de las penas contra estos delitos, también por aprender a vivir con quienes no aceptan a los gays. «Siempre habrá un grupo poblacional que no lo ve. Te diría hasta que se tiene que respetar». Y se lo lleva a su terreno personal: «Yo no tengo nada en contra de quien no entienda que me haya casado con mi marido, pero lo que no puede ser es que estén dispuestos a boicotear mi boda«.

Los expertos coinciden en que las denuncias van a aumentar y en que eso es y será, aunque parezca difícil de asimilar, una buena señal

Y precisamente habla de bodas para referirse a los altos niveles de respeto en España. “Fuimos uno de los primeros países del mundo en legalizar el matrimonio gay, y no fue un capricho político: se sabía la repercusión electoral”, concluye. Es decir, éramos respetuosos antes de la norma. ¿Por qué España lo es más que otros países vecinos? “Venimos de una historia de adaptación y respeto, también como Portugal, probablemente por nuestro mayor aperturismo al turismo… Francia, por ejemplo, es una sociedad más desigual a la que le costó más aprobar el matrimonio gay. Nosotros, sin embargo, podemos hablar cara a cara con los países escandinavos”.

Más denuncias, más violencia

“No es la primera vez que me pasa, pero sí es la primera vez que denuncio”. La frase lleva repitiéndose un tiempo en los juzgados de Valencia. “Muchos chicos [gays] me lo dicen”, explica Susana Gisbert, fiscal delegada contra la Discriminación y los Delitos de Odio de Valencia. “En un porcentaje muy alto”, explica, “muchos homosexuales tienen asumido que van a recibir insultos, que tienen que tragar y sólo denuncian cuando hay una gota que colma el vaso”, añade.

Susana Gisbert, fiscal especializada en Delitos de Odio. E.E.

Son diferentes los comportamientos que la fiscal ve en el juzgado: “Los hay que llegan más empoderados o con timidez porque les han pegado o les han insultado”. El insulto más repetido, “maricón de mierda”. Pero, ¿cómo se comportan los agresores? “Muchos lo niegan y cuando ya se ven pillados, le quitan importancia”. Así las cosas, nos desgrana la fiscal, la mayoría de los juicios por delitos de odio se cierran con conformidad”.

El agresor reconoce el delito y se firma un acuerdo. Ahora bien, también explica la fiscal que aunque se cometen más delitos de odio por racismo, contra los gays suele ejercerse más violencia: “Algunos casos son sólo insultos por redes, pero muchos reciben palizas y golpes”. Entre los agresores, arrolladora mayoría de hombres, al igual que entre las víctimas. Y un dato. Si en general estos casos se denuncian poco todavía menos entre las lesbianas. “El hecho de denunciar puede sacar a la luz una situación que no quieres que se sepa”.

Aunque se cometen más delitos de odio por racismo, contra los gays suele ejercerse más violencia

Las dos caras de Malasaña

A más denuncias, ¿crece el miedo? “Si hablamos mucho de miedo y de inseguridad, habrá determinadas personas que se sientan más inseguras por la percepción de la realidad”, responde Kerman Calvo. De hecho, ya ocurre. “En España, con una tasa de criminalidad bajísima, hay determinados grupos que en las encuestas dicen sentirse inseguros”. Y aquí, dentro del colectivo LGTBI, se enfoca en “esas personas a quienes, por decirlo de alguna manera, más se les nota: trans, jóvenes que hacen más gala, parece que son dianas más claras”.

Otro tipo de miedo también influye en las denuncias: el temor a no ser creído: “Se denunciará más cuando se perciba que hacerlo no es una pérdida de tiempo. Como con las denuncias de violencia de género”, señala Kerman Calvo. Es fundamental, añade, “que la víctima no sienta que se la revictimiza”. Y por eso, como todos los expertos, lamenta el delito simulado denunciado en Malasaña esta semana, por el daño que hace al colectivo que sí sufre agresiones y no denuncia. Aun así, hace una reflexión, en la línea con el resto de expertos: “Estábamos preparados para creer que fuera verdad”.

Una manifestación contra homofobia celebrada en Madrid.

La fiscal Susana Gisbert habla en la misma línea. Reconoce que hace daño que se simule un delito -no es denuncia falsa al no haberse acusado a nadie-, al igual que ocurre en las de violencia de género, porque se pone mucho el foco “en estas excepciones”. Aun así, invita a la reflexión: “Quizá en otro momento se hubiera dudado más de su testimonio, pero era la gota que colmaba el vaso.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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