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El expresidente de la Generalidad y eurodiputado, Carles Puigdemont, recién perdida su inmunidad parlamentaria, acaba de revelar que importantes miembros del PSOE le visitaron antes, durante y después de los indultos a los condenados por el golpe de estado separatista del 1 de octubre de 2017 y le plantearon «soluciones felices» a su propia situación que él rechazó y seguiría rechazando hoy. Las reuniones se celebraron en el Parlamento Europeo y no en la localidad belga de Waterloo.
Pasteleos sociatas
«No es mi situación la que arreglará el conflicto. No hace falta que me vengáis a presentar soluciones felices. Que me entregue y que ya me haréis un indulto y que me trataréis bien. No busco esto», ha afirmado en una entrevista en Rac1 ayer jueves.
Preguntado por si le ofrecieron que se entregase para indultarle después de un tiempo en prisión, ha respondido: «Sí, esto era razonable que lo propusieran, porque lo iban a hacer con los presos políticos. Por lo tanto, era creíble que lo hicieran. Pero yo no estoy dispuesto a esto». En fin.
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- Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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