22/11/2024 00:15
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El año pasado por estas fechas ya había advertido la OMS de que no era momento de manifestaciones, así como que la covid19 se había extendido. Estábamos en pandemia, pero el irresponsable Gobierno español lo ocultaba porque había que celebrar la manifestación multitudinaria del “Día de la Mujer”. Y así nos cubrió el pelo. Nadie duda a estas alturas de que fue la mecha que incendió cuanto sucedió en los meses siguientes.

Ya sé que lo niega conscientemente gente como la ministra de Igual-Da, pero ella sabe que fue coautora de la dura y cruda irresponsabilidad que, por negligencia y desatención, acabó llevándose a los cementerios a miles de españoles. Esa culpabilidad se la recordaremos mientras siga en política con sus malas maneras, peores soluciones y evidentes despilfarros.

Recientemente, el presidente del Gobierno fue tajante en uno de sus discordantes discursos. Tal discordancia fue tal que, al darse cuenta sus tiralevitas del Congreso de los Diputados, iniciaron un sospechoso aplauso, igual que lo habían hecho tras su sonado fracaso en la Cumbre Europea; precisamente la misma que estuvo a punto de hacer fracasar por su mala cabeza y peor asesoramiento. Empezamos a estar hartos de sus frases hechas y de su irresponsable estilo. «El país que necesitamos es de la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres y yo lo digo alto y claro: ¡Viva el 8 de marzo!». Pero llamar real a cuanto no lo es, se llama mentir, algo en lo que sí es doctor ‘Honoris Causa’ y trapacero mayor de las Españas.

Sigue pensando Sánchez que este feminismo español es el de la igualdad entre hombres y mujeres, cuando esa está garantizada en la Constitución. Mira, Pedro ‘Cum Fraude’: éste es el feminismo de la desigualdad; la corruptela de los chiringuitos ‘femiociosos’; las ayudas inútiles que se reparten sin ton ni son… Sí, Pedro, es el feminismo de enseñar las tetas a destiempo y torso pintado cual hortera pancarta; el feminismo de asaltar capillas en sujetador, como la concejala madrileña; el feminismo de orinar frente a las puertas de las catedrales; invadir los recintos sagrados; colocarse ordeñadoras en los pezones; orinar en plena calle, cual asesora de Ada Colau… ¡Eso NO es feminismo! ¡Es incontrolada brutalidad con vacías e interesadas aspiraciones! ¿Qué dirá, entonces, el presidente del feminismo real, asentado, igualitario y amazónico –en palabras de Álvarez de Toledo– de Camille Paglia?

¡Cuánto tienen que aprender las mal llamadas feministas españolas! No representan a la mujer española ni ésta se siente representada por ellas. El ‘feminismo a la española’ es un circo barato para llamar la atención. Saben que donde no hay mata, no hay patata. Saben, igualmente, que en una carrera de carros el que más ruido hace es el más destartalado. Y saben que los políticos vocean cuando no se tiene argumentos; también sé que muchas estaréis pensando ahora en Irene Montero, como pienso yo.  

El presidente defendió recientemente las manifestaciones feministas del 8-M, cuya celebración siempre ha estado en el foco de la polémica y fue el centro del debate político por su posible influencia en la propagación del coronavirus. En el Día de la Mujer se debe celebrar el conjunto de “logros conseguidos”. Álvarez de Toledo dejó sin palabras a las feministas salón cuando manifestó, hace un año por estas fechas, que se podía vivir el 8M de formas diversas: bien “como protesta enfadada y pesimista contra una presunta cultura heteropatriarcal capitalista, formada por hombres decididos a oprimir a las mujeres», o bien como «un día de celebración de la impresionante modernización de España». Incluso, matizó, «antes de la llegada de Sánchez, Calvo o Irene Montero al poder».

El socialismo se impone al comunismo en contra de las manifestaciones. Tanto el presidente como la ministra, Carolina Darias, afectados de una u otra en sus inicios del coronavirus, han dejado claro que “Lo más sensato es hacer caso a los expertos. Hay que ser prudentes con la situación que estamos padeciendo. No es el momento de manifestaciones feministas”.

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¡Cuánto me pesa acabar el artículo dejando, como último sabor de boca, que Pedro Sánchez es sensato! No tengo duda de que más de uno se llevará las manos a la cabeza. Yo el primero. Pero en esta ocasión es así.

Autor

Jesús Salamanca Alonso