21/11/2024 11:56

Maquinaciones y mezquindades que impiden que sean aprobados en las Cortes los proyectos que interesan a todos… Uso y abuso indecente del Tribunal Constitucional. Impunidad para unos delincuentes por el latrocinio del partido (PSOE) en Andalucía. Atentado al pluralismo informativo… El proceder del Gobierno presidido por Sánchez da una idea de naufragio nacional, un pálpito de hecatombe, camino que no puede continuar.

La situación es lo suficientemente grave para no seguir insistiendo en medidas que no conducen a nada. España es un país decadente, víctima del caciquismo del Gobierno que invade el Estado y articula la política, en expresión de Ignacio Camacho, “en un tejido de favores clientelares a cambio de lucro político” (“Otra ensoñación”. ABC, 3 de julio, 2024) … Los ilícitos se suceden; al frente de los diferentes ministerios no hay personas idóneas, sino militantes del PSOE y de la izquierda radical agradecidos, y se desinstitucionaliza el Estado con el apoyo de sus enemigos naturales. Se han traspasado todas las líneas, y la oligarquía del otro signo espera en virtud del turnismo.

Ahora bien, la moralidad y la legalidad son elementos esenciales del bien común, y el Gobierno no puede evadirse de su tarea como si no fuera de su competencia potenciar, promover y favorecer todo aquello que ayude a conseguirlo… Pero, ¿qué hacer y cómo actuar cuando la política pierde los principios morales y jurídicos por los que deber regirse, y convierte la acción de gobierno en una práctica maquiavélica, donde el fin justifica los medios: en la dictadura de la mayoría, donde el número define la verdad, el bien y lo justo?

No sé hasta qué punto el sistema tiene capacidad de revertir esta situación, habida cuenta de que el Poder Judicial ha caído en el más lamentable desprestigio por su infestación y manipulación política, las instituciones del Estado son absolutamente inoperantes y no existe una sociedad civil capaz de poner freno a la situación. Y todo esto, además, en el contexto de la fuerte polarización que se observa en la sociedad, la incertidumbre que imponen las guerras de Ucrania y Gaza, la invasión extranjera que soportamos, y una inflación descontrolada que arruina vidas y haciendas.

Siendo esta la situación, lo que sí parece evidente, es que el conocimiento común y compartido que tenemos de la misma, debería servir para percatamos de lo que es y debe ser una Jefatura de Estado… Se trata, pues, de un desafío que hay que afrontar. Así, en las especiales circunstancias que atraviesa España, desde mi punto de vista, y al margen de la respuesta a los interrogantes que plantea: el Rey, dentro o fuera de la Constitución, tendrá que imponerse y sacrificarse por el bien de España. Sería difícil convencer a los ciudadanos de que el jefe del Estado no pueda hacer nada.

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¿Se imagina alguien que Sánchez volviese a ganar las elecciones colando fraudes electorales siendo aborrecido por la mayoría de los ciudadanos? Pues eso, ahora el Rey.

Como se puede entender por mí escrito, estoy planteando algo absolutamente urgente y, por más que digan los “constitucionalistas”, absolutamente necesario. Dicho esto, coincido con don Francisco Bendala Ayuso: Monarquía o República por España (1 de julio, 2024), en la estela de lo que yo mismo he tratado en este mismo medio, en varias ocasiones. Seguramente más de las que hubiera querido, a tenor del poco seguimiento que el tema ha suscitado.

En lo que ya no coincido, es en uno de los comentarios que el artículo del señor Bendala ha suscitado. Me refiero concretamente al publicado por don Antonio Peña: “Desde mi punto de vista no es la monarquía lo que está muerto sino la actitud dinastía en la rama de los actuales Borbones reinantes. Como carlista le recuerdo que hay otra rama, la legítima, en la persona de Don Sixto”.

Comenzaré diciendo que estoy absolutamente convencido de que no disgusto a mi padre, abuelos y bisabuelo paterno, porque ya ven con otros ojos. Como tampoco quiero disgustar a mi amigo José Fermín, carlista navarro, que quien bien sabe que quiero y respeto. Ahora bien, la cuestión principal es aclarar las cosas.

El carlismo, término que proviene del nombre de un pretendiente a la Corona de España, fue, en su origen, un pleito dinástico. O sea, un asunto de familia y de poder que tuvo que armarse ideológicamente. Así pues, la pregunta es la siguiente, ¿de haber conseguido ser el heredero a la Corona de España don Carlos M.ª Isidro conforme a la ley de sucesión en vigor -ley francesa- que eliminó la nuestra -la española-, o haber conseguido el trono por conquista militar después de tantos esfuerzos y de tanta sangre derramada, el pretendiente, que lo fue, hubiese hecho imperar en España una política tradicionalista resumida en Dios, Patria y Fueros?

La historia del Carlismo es una sucesión de escisiones, grupos y pensadores, cada uno de ellos con sus correligionarios. Una historia que a día de hoy no es capaz de concitar un consenso en cuanto a su pretendiente. Aunque algunos, como es el caso del señor Miguel Ayuso, sin tradición familiar en el Carlismo, mantenga como pretendiente al que mantiene por ver si por fin consigue la prenda deseada, ingresar en la Orden de la Legitimidad Proscrita. Que es el último reconocimiento que le falta a este advenedizo al Carlismo.

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Dice el lema de una salsa para acompañar los guisos de carne… “Perdimos el imperio, pero salvamos la (la Tradición) salsa”. La Tradición, que es lo verdaderamente importante en esta salsa.

Ahora bien, más allá de este debate tan alejado de la realidad social como es querer sustituir a Felipe VI por dos desconocidos, se impone ser realistas, ya que, como dice el clásico, “los sueños, sueños son”. Y es que, si el debate fuera racional, se debería comprender que necesitamos un consenso común y compartido sobre la forma de Estado (Monarquía o República), porque hoy, por las especiales circunstancias que atraviesa España, la Jefatura del Estado requiere de un pacto social.

Repito: querer sustituir a Felipe VI por dos señores que no conoce nadie es, de todo punto de vista, un contrasentido de razón. Menos mal que son un pequeño grupito, más deleitante que combativo, formado mayormente por píos de olor a cera y advenedizos seducidos por las causas perdidas y la boina roja.

Dicho esto, todavía me sigue resultando emocionante ir a Estella, observar el Montejurra y saber que hace muchos años, siendo niño, lo subí por primera vez con mi padre y mi tío Rafael, los tres calados con la boina roja, y casi en la cima, saludar a Don Francisco Javier de Borbón-Parma.

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Pablo Gasco de la Rocha
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Wilfredo Astid

El Rey no va a hacer nada por España, Hay que echarlo ya.

Miguel Sánchez Asenjo

¿De qué rey, estamos hablando?

¿Ese mediocre y canalla, que no solo aprobó el Gobierno del comunismo, con criminales etarras y separatistas?

¿Del que hace unos días destruyó a España, aprobando la annistia?

Estos monarcas, perjuros, cobardes, vividores y apátridas están en brazos de la extrema izquierda.

¿Cuando dejaremos de ser incauto?

¿Qué más nos tienen que hacer?

Un abrazo, compañero articulista, espero que dejes tu confianza plena, en un rey apátrida, secundado por una esposa ROJA, por los cuatro costado.

alberto mallofré

«… el conocimiento (…) que tenemos de «la misma».»
Y dale con «la misma»…
¡¡¡ El conocimiento que tenemos de ELLA !!!

Antonio Peña

Apreciado compañero de este gran digital.

Me parece bien que usted tenga estás apreciaciones y cada cual puede tener sus pretendientes. Ahora bien, me parece que querer mantener y sostener a un masón jarratera cuyo abuelo, padre y él mismo han sido y son la columna vertebral de este desastre del 78 . y todos sus pactos traidores, tal como figuran en los documentos desclasificados de la cia 2016. Y su hijo continúa fiel a tales pactos con el futuro cercano de ceder Ceuta, Melilla y canarias que ese era el pack completo no solo el sahara. Y recordemos que todo se planifico en Washington con kisinger y el asesinato de Carrero blanco para que España fuese una masónica democracia liberal y para su destruccion. pretender Felipe vi es el único que puede salvar a España es como pretender que el que va a ser ahorcado se agarre a la cuerda que le va a romper el cuello esperando de esa cuerda la salvación. Yo solo veo una solución: una monarquía encabezada por alguien que no sea un masón liberal y que entierre no solo el régimen del 78 sino que mandé al basurero de la historia el satánico y masónico liberalismo que tantas guerras y daños ha llevado y ocasionado a España y a los españoles.

Última edición: 4 meses hace por Antonio Peña
Miguel Sánchez Asenjo

¡AMEN!

Pues amigo mío el rey lo tenemos, el mejor y además el verdadero legítimo al trono: DON LUIS ALFONSO DE BORBON Y MARTINEZ BORDIÚ, pero Franco no tuvo la valentía ni agallas de nombrar a su padre (que fue asesinado, por si acaso reclamaba el trono), por aquello de estar casado con su nietísima Carmen, una gran vividora encamada con unos y otros, como su amiga íntima Isabel, la p.. filipina.

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