Santiago García Lucio se pone en la piel de Marat, personaje clave en la Revolución Francesa. Por Javier Navascués

Getting your Trinity Audio player ready...

Entrevistamos al autor sobre su novela El espíritu de Marat

Santiago García Lucio. Escritor de relevancia nacional e internacional, referente en Revolución Francesa, 11 veces Revista Literaria Internacional, ha concedido entrevistas para localizaciones tan diversas como Argentina, Venezuela, México Colombia o la propia España. Dentro de su popularidad destacan particularmente dos escenarios: la aparición en BlogLiterario.com, el cual cuenta con más de 100. 000 Seguidores en Instagram, quedando como uno de los Blogs Literarios más influyentes en el idioma español y el programa cultural colombiano de streaming y de radio «Biblioteca: Unidos por los libros», conectado a 5 sitios de Facebook, Instagram y Linkedin.

¿Por qué la Revolución Francesa fue una de las revoluciones que más cambió el curso de la Historia?

La Revolución Francesa cambió el curso de la historia al desmantelar las estructuras tradicionales del Antiguo Régimen. Transformó a los súbditos en ciudadanos y sentó las bases de las democracias modernas, al establecer derechos fundamentales como la igualdad ante la ley y la libertad política. Fue el triunfo de la burguesía sobre una aristocracia que, hasta entonces, había dominado las esferas del poder.

La Revolución también sembró el terror como arma política, legitimando la violencia en nombre de la libertad. Esta dualidad, entre el avance histórico y los excesos que lo acompañaron, sigue siendo objeto de debate.

¿Qué supuso esta rebelión contra el Antiguo Régimen de la cristiandad y la sociedad teocéntrica?

El impacto fue profundo y devastador. Europa pasó de ser una civilización fundamentada en la fe cristiana a abrazar un sistema más secular y materialista. Antes de la Revolución, el cristianismo no solo guiaba las conciencias individuales, sino que definía la vida pública. Para muestra este botón, extraído de Pilares de la Tierra:

«¿Es que no lo ves? —dijo enojada— Tú posees Shiring. Piensa en toda la prosperidad que la catedral traerá a la ciudad. Durante años habrá centenares de artesanos y peones construyendo la Iglesia. Todos ellos tendrán que vivir en algún sitio y pagarte una renta, tendrán que comer y vestirse de tu mercado. Luego estarán los canónigos a cargo de la catedral, y los fieles que acudirán a Shiring por Pascua y Pentecostés en lugar de hacerlo a Kingsbridge, y los peregrinos que acudirán a ver los sepulcros…Todos ellos gastarán dinero. (…) Si manejamos bien esto convertiremos a Shiring en una de las ciudades más importantes del reino». (Ken Follett, 2001).

En este párrafo, ha podido observarse, no se habla ya de una prosperidad individual. Se habla ya de la prosperidad de gremios enteros y, con ellos, de comarcas, condados e incluso reinos, pasando así, en última instancia, del microcosmos al macrocosmos. La construcción de una catedral era, pues, un innegociable. Las mismas, ha podido verse, daban la vida a un condado, nación o ducado. Y esque el mentado párrafo ya lo está diciendo: la catedral, sencillamente, lo era todo, pudiendo incluso marcar la diferencia con respecto al resto de vecinas potencias. Tal fue la importancia de la Iglesia.

La descristianización revolucionaria no solo derribó altares y símbolos religiosos, sino que también desmoronó la influencia política y social de la Iglesia, hasta entonces omnipresente. Aunque este cambio generó un vacío espiritual que muchos consideran aún no resuelto. La eliminación del calendario cristiano y su reemplazo por uno revolucionario, con años contados desde el derrocamiento de la monarquía, fue un golpe simbólico, pero también un acto de arrogancia histórica.

¿Por qué decidió novelar esa época a través de un personaje histórico como Jean Paul Marat?

LEER MÁS: Luis Del Río: “Soy católico porque el protestantismo no podía tener sus raíces en la cristiandad”. Por Javier Navascués

Sencillamente porque Jean Paul Marat —sus contradicciones— encarna, en sí mismo, en su propia persona, la completitud de la Revolución convirtiéndose, a la sazón, en uno de los personajes más ricos de la Historia Universal. Marat era un señor ácido, cáustico, que venía de toda una serie de dolorosos fracasos profesionales, convirtiéndose así en una suerte de amargado: cierre de un consultorio, abandono de la Medicina, cuidado y enseñanza como preceptor de las hijas de un tal Paul Nairac. Desesperado, Jean Paul opta por cobijarse en las alcantarillas, ahí donde los acreedores a quienes ha dejado enormes deudas difícilmente podrán dar con él, tornándose así en una suerte de mendigo errante. En primer término Marat se transforma en La Voz del Pueblo, dando así vida a los ideales Ilustrados, al Enciclopedismo. Posteriormente, en una segunda instancia este ya no será su Voz, sino su amigo. Sencillamente no pudo conformarse con eso. Ha nacido El Amigo del Pueblo —Que así iba a llamarse su periódico—, quien siempre lo acompañará y velará por él.

Observamos, en una tercera instancia, como El Terror lo lleva a perder la cabeza gestando sin parar listas de sospechosos. Tal sería el frenesí que incluso llegará a gritar: «Hace seis meses, cinco o seiscientas cabezas hubieran bastado para libraros del abismo. Hoy, cuando habéis dejado estúpidamente a vuestros enemigos establecer conjuraciones y fortalecerse, quizás sea necesario abatir cinco o seis mil; pero aunque fuera necesario abatir veinte mil, es preciso no dudar ni un momento», clamará en su artículo Hacia una teoría del terror, publicado en El Amigo del Pueblo.

Vemos, como guinda del pastel, como el famoso asesinato perpetrado por Charlotte Corday, oriunda de Caen termina por elevarlo a la categoría de leyenda para tornarlo finalmente en una suerte de Dios para su pueblo, el francés, llegando incluso a convertirse en objeto de obligado culto en las Iglesias, transformándose así en el hombre más influyente de Francia. Su evolución, desde un médico fracasado hasta convertirse en un líder revolucionario temido y venerado, muestra tanto la fuerza transformadora de los ideales como el lado oscuro del fanatismo político.

Pareciera una vida sacada de un personaje de Dickens, alguien que desde las sórdidas alcantarillas llegó a ser el hombre más influyente de Francia…

Es cierto, aunque la comparación se queda corta. La vida de Marat es más trágica y extrema que cualquier relato dickensiano. En sus años más oscuros, vivió prácticamente como un paria, refugiado en las cloacas, antes de emerger como una figura central de la Revolución. Su ascenso fue meteórico y también destructivo. Su historia, en el fondo, tiene algo de fábula y de advertencia.

Y dirigió un periódico que fue un gran instrumento de propaganda del terror revolucionario… ¿Cómo llegó a tener tanta influencia?

«L’Ami du peuple» no era solo un periódico; era un arma política en manos de Marat. Sus artículos inflamaron a las masas, movilizaron a los sans-culottes y legitimaron el uso de la violencia como herramienta de cambio. Desde sus páginas, Marat se convirtió en juez, jurado y verdugo, denunciando a enemigos reales e imaginarios con igual vehemencia. Su influencia radicaba en su capacidad para conectar con las frustraciones del pueblo, aunque su discurso estuviera cargado de un resentimiento que a menudo desembocaba en paranoia. Fue tanto el artífice como la víctima del clima de terror que ayudó a crear.

¿Por qué hoy se blanquea este terror en aras de la supuesta libertad?

LEER MÁS: Es sencillo ver dónde ha echado raíces el dinero de todos. Por Eloy R. Mirayo

Es una cuestión incómoda pero real. La Revolución Francesa ha sido canonizada como el origen de las democracias modernas, y en ese proceso se ha suavizado o directamente ignorado el costo humano que tuvo. Más que un «blanqueo», podría hablarse de una narrativa sesgada, donde los ideales de libertad e igualdad opacan los ríos de sangre derramados para alcanzarlos. El terror, con sus ejecuciones sumarias y su lógica despiadada, fue una herramienta política para mantener el poder, no un mal necesario. Sin embargo, los vencedores de la historia rara vez reconocen los excesos que cometieron.

Su sed de sangre se le volvió en su contra y acabó asesinado… ¿Justicia poética?

Sin duda, la ironía de su muerte no pasa desapercibida. Marat, que había hecho del terror su bandera, cayó víctima de una joven que, paradójicamente, lo consideraba una amenaza para la libertad. Su asesinato, sin embargo, no lo desacreditó; al contrario, lo consagró como “mártir”. La Revolución convirtió su bañera en un “altar”, borrando en parte las sombras de su legado.

¿Esperaba tan buena aceptación de la novela?

La verdad es que siempre puse todo mi esfuerzo y pasión en esta novela, así que sí esperaba que conectara con los lectores. Sin embargo, la magnitud de la aceptación ha sido algo que me ha sorprendido y emocionado profundamente. Es un gran honor que la historia haya llegado tan lejos y haya resonado con tantas personas.

¿Por qué merece la pena leerla?

Porque no es solo una novela, sino una reflexión sobre el poder, la ambición y las contradicciones de la condición humana. Más allá de eso, parte de los derechos de autor se destinan a causas solidarias, apoyando a personas con discapacidad física e intelectual severa a través de UNICAP, una ONG comprometida con su bienestar.

Además, ha contado con el respaldo de figuras literarias de peso como Roger Domingo y Jorge Eduardo Benavides, quienes avalan la calidad de la obra. Creo que es una oportunidad para comprender mejor los dilemas de nuestro presente a través de la mirada a un pasado fascinante y aterrador. Al fin y al cabo, «entender a Marat es entender la naturaleza humana, con toda su grandeza y sus miserias.»

https://www.kobo.com/es/es/ebook/el-espiritu-de-marat-1

Autor

Javier Navascués: Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.