El dieciocho cumpleaños de la joven Leonor Borbón Ortiz, que ha supuesto su puesta de largo en la vida pública-institucional, tras jurar la Constitución, ha desatado la “leonormanía” en esta España que perdió la oportunidad de rectificar y rectificarse la mañana del 24 de febrero de 1981 (1), y desde entonces anda a bandazos entre el conflicto y la corrupción, sin proyecto de nación ni capacidad de salir por sí sola adelante.
Pese a que la Corona se sostiene sobre el engaño por los mismos que defienden nuestro modelo territorial, “una excepcionalidad constitucional y cuestión crucial” para el profesor Luis Sánchez Agesta (2) y “el mayor reto de España desde el fin del antiguo régimen” para el profesor Eduardo García de Enterría (3), no por ello deja de tener su cuadrilla. Cuadrilla que, obviando a los pijos con los que siempre se cuenta y a las gentes más sencillas y descerebradas del país, comienza por los “ilustrados”, encargados de dar brillo al personaje real, a la que el juancarlismo aportó magnates de medio mundo, empresarios y banqueros corruptos, altos mandatarios de países nada respetuosos con los derechos humanos y traficantes de armas.
Centrándonos entonces en la leonormanía, habiendo visto y escuchado a los pijos y a las gentes más sencillas y descerebradas de nuestra España, las mismas que esperan horas y horas para ver pasar el cortejo real, cortejo al que incluyen a los papas de Leticia Ortiz y antes también a los abuelos. Demos cuenta de la cuadrilla “ilustrada”, encargada de dar brillo a la joven Leonor Borbón Ortiz.
El primero de sus componentes es el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, que destaca el acontecimiento en dos dimensiones: 1º. Porque “muestra la vitalidad de la Constitución”. 2º. Por “el ingenio de la solución política (Monarquía) elegida por el pueblo español”.
Ahora bien, para quienes no formamos parte de la cuadrilla, la Constitución no muestra vitalidad alguna, siendo más correcto decir que está permanentemente vulnerada y es fuente de graves problemas. En cuanto a la elección de la Monarquía como nuestra forma de Estado, recordemos que lo decidió Franco y que la izquierda no tuvo, en aquel momento histórico, capacidad para revertir esa decisión.
El segundo componente de esta cuadrilla es Carmen Iglesias, directora de la Real Academia de la Historia, la misma que a día de hoy no ha tenido a bien decir nada sobre la ley de memoria histórica socialista (“Ley de Memoria Democrática”), a no ser que lo haya dicho en la junta de vecinos de su comunidad. Pues bien, de ella destacamos tres afirmaciones contundentes: 1º. “El acto del juramento de la Princesa Leonor es un hecho histórico fundamental para los españoles”. 2º. “Merece destacar (se refiere a la Niña) su libertad de aquiescencia”. 3º. Y supone “la continuidad de nuestro sistema monárquico”.
¿Qué le podemos decir a esta señora? Pues, que nos diga, por qué el juramento de la Constitución de Leonor Borbón Ortiz es un hecho histórico fundamental para los españoles. Que cualquiera recibiría todo lo que se le está dando a la Niña con “aquiescencia”. Y que mejor sería que antes de hablar de “la continuidad de nuestro sistema monárquico”, auscultase la opinión del pueblo español, fundamentalmente la opinión de los jóvenes.
El tercero es Pablo Hernández de Cos, Gobernador del Banco de España, que habla de la Constitución y habla de la Niña. Respecto a la Constitución dice que “nos ha proporcionado la base de estabilidad institucional y convivencia pacífica”. En cuanto a la Niña, se congratula de que “nos ampare a todos”.
Y es que, aunque vaya en el sueldo, lo que dice el señor Cos parece lo propio de un retrasado mental. Se le olvida al señor Cos que tuvimos una transición y un largo periodo posterior enormemente sangriento, y que al unísono se perdió una generación de jóvenes españoles como consecuencia de la droga. En cuanto a lo que dice de la Niña, mejor lo olvidamos.
No falta en la cuadrilla Ana de la Cueva, presidenta de Patrimonio Nacional, cuyo cargo, muy seguramente, la obliga a decir que el patrimonio nacional de España “se debe a que los Reyes compraron aquí y allí, y a lo largo de la historia fueron reuniéndolo” para el pueblo.
Huelga hacer comentarios.
Y como no, Javier Solana, hoy presidente del Patronato del Museo del Prado, cargo remunerado y con enormes prebendas. El hombre que más veces ha cambiado de opinión en España. Del ¡no a la OTAN”, a ser su secretario. De republicano de la masónica y roja Segunda, a enchochado con la Niña.
Un perfecto gili.
Y como en toda cuadrilla real no puede faltar el bufón de corte, ahí tenemos a Federico Jiménez Losantos, personajillo muy parecido a Francisco Lezcano, el Niño de Vallecas, cuyo cometido es hacer creer y sentir a los españoles desde su emisora es.Radio, que la Niña es un ser paranormal por sus cualidades físicas y mentales, por sus virtudes innatas en su naturaleza y por su disposición cuasi heroica a servir.
Ahora bien, más allá de lo que digan o estén obligados a decir estos de la cuadrilla “ilustrada”, lo primero que habría que analizar es, en qué medida la Corona contribuye hacer mejor a España. Sobre todo, porque vivimos un proceso soterrado de destrucción similar al que se produjo en el pasado con el “cantonalismo”. Proceso de destrucción de la unidad de España que no es improvisado, porque se inscribe plenamente en la trayectoria del separatismo, que expresa su querencia y propósito por un nuevo modelo político-territorial diferente al autonómico, respecto a los derechos que es preciso satisfacer.
Hablamos de un proyecto que se ha ido tejiendo a partir de las transferencias que el Estado ha ido dando a las autonomías y de los pactos que los diferentes Gobiernos de la Corona han ido estableciendo con los separatistas.
Ante esta situación, ¿por qué la Corona, máxima institución del Estado, no convoca un Referéndum sobre el tema de la Amnistía a los golpistas de Cataluña? O más concretamente, ¿por qué el Rey, Felipe VI, Jefe del Estado español, no echa a Pedro Sánchez?… O no puede hacerlo. O le importa un bledo.
De lo que se trataría, en definitiva, es que el Jefe del Estado, como máxima figura de la nación española, impusiera la autoridad necesaria para restablecer el orden que está siendo socavado por minorías radicales y lunáticas que gozan de absoluta legitimidad con el beneplácito del Tribunal Constitucional, y facilitase un Gobierno que impusiera la idea de nación como valor supremo e integrador. Devolviera al Estado competencias transferidas a las Comunidades Autónomas. Tutelase y regulase a los organismos sociales. Implementase una política tecnocrática en favor de los intereses nacionales. Y reprimiera el separatismo y el crimen.
Y esto que es absolutamente necesario para la supervivencia de España… ¿Lo puede hacer la Monarquía parlamentaria, lo puede hacer Felipe VI, lo podría hacer Leonor?
El pueblo español lleva muchos años engañado y engañándose, es hora de despertar y comprender que más allá de lo que diga la cuadrilla “ilustrada” de Leonor, siendo la Monarquía un contrasentido de razón democrática, una antigualla no reconocida por las nuevas generaciones de españoles y una forma de Estado absolutamente ineficaz, lo que sostiene a la Monarquía son los efectos especiales, el atrezo, los extras y la cla.
Ahora bien, la esperanza que a algunos nos queda, es que el “momento” histórico que nos está tocando vivir por sus condiciones políticas, culturales y morales, configura un medio particularmente potenciador de una REPÚBLICA NACIONAL al servicio de la UNIDAD, GRANDEZA y LIBERTAD de ESPAÑA.
NOTA. Respecto a esa idílica Monarquía católica, social y representativa (tradicional) en la que algunos creen y otros se unen por simple dandismo estético diferenciador, proponiendo de momento a Don Sixto de Borbón-Parma y Borbón-Busset, decir que el personaje es un componente de la misma dinastía que ha sido nefasta para España, la dinastía francesa Borbón. La misma que se vendió a Napoleón, la causante de tres guerras civiles (mal llamadas “guerras carlistas”) provocadas en función de los intereses de sus miembros, la cooperadora necesaria de la masónica II República, y la que traicionó al artífice principal de la Cruzada de 1936-39 y Estadista de la paz y prosperidad de España, Francisco Franco, Caudillo de España por la gracia de Dios.
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Espero y deseo que cuando fallezca el gran protagonista de aquello, Don Antonio Tejero, reciba el homenaje que sin duda alguna se merece.
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“Algunos caracteres generales de la Constitución de 1978”. Revista de Derecho Público, núm.74. 1979, p. 17.
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“Estudio preliminar” al vol. col. La distribución de las competencias económicas entre el poder central y las autonomías territoriales en el Derecho Comparado en la Constitución española. Instituto de Estudios Económicos. Madrid, 1980, p.13.
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Este régimen no da mas de si, los socialistas y sus colegas terroristas comunistas y separatistas lo decidieron hace tiempo y en la actualidad España esta en un proceso de cambio del régimen que ha arrumbado el sistema político salido de la Transición
La jura de bandera y despues de la Constitucion que ha hecho la Princesa de Asturias no revitaliza nada de nada y asegurar que con ella esta asegurada la continuidad del régimen es un brindis al solo que no tiene fundamento.
Si Francisco Franco creyo que el régimen salido del 18 de julio estaba asegurado con la juramento al régimen y las leyes fundamentales del estado del Juan Carlos de Borbon y después con la presidencia de Luis Carrero Blanco, sin que evidentemente fuera cierto,creer que el actual régimen, cogido con alfileres, esta perfectamente asegurado con el acto del otro dia, es que o miente con toda la cara o sencillamente deben meterlo en el Cotolengo
Cierto todo y lo ha expresado con suma claridad, pero en ESPAÑOL es el «decimoctavo cumpleaños». Eso sí, le felicito por haber afirmado que el pueblo español lleva muchos años «engañándose» y no «auto-engañándose». Y me ha entusiasmado la referencia a «la cla».
Mi querido amigo y compañero tertulino Don Pablo:
¡AMÉN!
Un fuerte abrazo,
Miguel Sánchez
¡Madre mía, vaya personajes que ha citado! Losantos, Solana o Cos, unos auténticos lamebotas incapaces de decir algo con interés.
La monarquía bubónica es una castaña, la Prostitución del 78 una p*** mier** y este «país», antes España, está lleno de pelotas, trepas, zombis e indigentes intelectuales.
De la «niña» disfrazada, ni hay que hablar. Es como Doña Rogelia, otros hablan por ella y ella sólo lee y/o mueve los labios.
En cuanto a la «Leonormanía», no existe. Es un nuevo invento para justificar el Régimen del 78. Fuegos de artificio. El personal está a lo que diga el móvil y les da igual si «jura» Leonorcita o un pingüino del Polo.
Desde hace algún tiempo me ha preocupado el pprogresivo abandono de los ordinales (‘cuarenta y dos congreso’, ‘el quince curso’…)
Pero en el caso del cumpleaños de Leonor es la primera vez que a ni un sólo periodista/medio et… he escuchado/leído la construcción ‘decimo octavo cumpleaños’.
La Monarquía representa 1600 años de historia de España.
La Monarquía Española está por encima de las personas que la encarnan. Por encima de la gente que la intenta usar. Está muy por encima de las dinastías, de los gobiernos y de todas las malas personas que la atacan para destruir el espíritu y origen que nos mantiene juntos a los españoles.
Siempre atacan a la Monarquía los que sienten odio a la Verdad y la Libertad.
NUESTRA Monarquía Española es muchísimo más que una institución, al ser la razón de ser de la Patria, el Origen de la primera y última unión de todos los reinos que hicieron Uno e Indivisible: EL REINO DE ESPAÑA.
La Monarquía es el Pueblo Español, la Bandera o la Tierra Patria: permanece por encima de la gente pequeña que no está ni podrá estar nunca a la altura de la esencia y el Alma de España.
Álvaro de Marichalar y Sáenz de Tejada
«Decir que…»
¡¡¡ Es digo que», cojones !!! ¡¡¡ Ya está bien de tarzanismo, coño, joder !!!
Sí, pero sigue con lo de «decir que…» en vez de «digo que…». Tarzanismo se llama eso. Y ya está bien.
Y como ejemplo, dejando aparte los actuales titulares de la monaquia, supongo que podremos elegir entre Fernando VII, su papá Carlos IV, el austria Carlos II y etc.. pues yo amo a mi patria, y por eso que la amo, estos entes, se llamen como se llamen, no me representan, y creo que tampoco representan a España.. con entes como estos nunca hubiéramos llegado a ser grandes.. es más, entes como esos son los que están hundiendo a la nación. Desde el respeto a sus ideas.
Eso sí.
Pero no todos los que atacan a su monarquía de usted sienten odio hacia la verdad y la libertad. Usted no es quién para repartir diplomas de buen español ni calificar, alegre y prepotente de «malas personas» a quienes no comulgamos con sus ideas ( de usted ) ni con su parasitaria institución. Tampoco va a tener razón por mucho que declame con palabras altisonantes en su vacuidad y trate de apabullarnos con tantas letras mayúsculas. Lamento su disgusto, pero ya no estamos en los tiempos en que, no sólo un monarca, sino un noblecillo de tres al cuarto podía enviar al díscolo a galeras, al cadalso, al destierro o a un monasterio, sencillamente porque había tenido la ocurrencia de razonar. Lea las terribles palabras de Quevedo al conde-duque de Olivares en vez de derretirse tanto con la idea del besamanos.