La cuestión no es el acercamiento de Henri Parot y García Gaztelu, la cuestión es que sigan vivos… Por Pablo Gasco de la Rocha

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Sobra decir que era de esperar. El apoyo de los acólitos de ETA al Gobierno de Sánchez lo venía anunciando desde el comienzo de la legislatura. Es lo que pasa cuando el Estado, sus instituciones y la sociedad civil dejan hacer y deshacer a un tipo como es el caso de Sánchez, a juicio de expertos psiquiatras que lo han analizado, un psicópata narcisista, y puede que afectado de otras patologías psíquicas. Con todo, el sistema y sus gentes son tan perversos, que hoy tenemos a una legión de ellos, políticos, periodistas y masa que les sigue, despotricando de la medida tomada por Interior de acercar a dos de los etarras más sanguinarios: Henri Parot y García Gaztelu a Vascongadas.

Pero vamos a ver, ¿no está en la ley el acercamiento de presos a su lugar de residencia? Más aún, ¿no está en la ley tratar a todos los presos por igual, sea el caso de un terrorista irredento o un señor que no ha pagado a Hacienda? Entonces, de qué COÑO se quejan.

Sánchez, que puede que sea un psicópata, pero que es listo, de sobra sabe que el asunto importe muy poco a la inmensa mayoría de los españoles, toda vez que ETA está legalizada políticamente, Bildu. De ahí que la sociedad se desentienda, sobre todo en un contexto en el que millones de españoles pasarán próximamente frío y hambre, mientras los precios de las cosas suben y los alquileres rebrotan al alza especulativa.

Y ante este espectáculo de confusión máxima, ciertamente dantesco, se equivoca nuevamente la señora Marimar Blanco cuando dice sobre el asunto: “Hoy, de nuevo, las víctimas lloran y los asesinos celebran”… ¿De qué va esta señora?

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¿Acaso no ha sido así desde el comienzo de la democracia? O es que su partido, el Partido Popular, no negoció con ETA. Recuerda esta señora que Aznar concedió la medalla al Mérito Constitucional a un asesino convicto y confeso como fue el caso de Mario Onaendia, y que excarceló a uno de los asesinos más sanguinarios de ETA, miembro del terrible comando Madrid, Soares Gamboa. ¿De qué va esta señora?

Por decencia y dignidad esta señora debería haber dejado hace mucho de ser la voz de las víctimas de ETA, y centrarse sólo en su hermano, al que se ha tributado más reconocimiento que al resto de las víctimas, e infinitamente más que a Florentino García Siller (+ 29/07/1980), de 20 años de edad, mientras cumplía el Servicio Militar. Que es la víctima que pongo por caso, sin descartar a los niños asesinados.

Dicho esto. A mí la mediada del acercamiento no me afecta en absoluto, toda vez que es legal, y uno aprendió que la ley hay que cumplirla. Lo que me sigue afectando desde hace cuarenta y cinco años es que los asesinos, estos y los otros, sigan vivos. Que nadie les moleste. Que puedan pasear tranquilamente por sus pueblos con el descaró y la osadía que lo hace, entre otros, Valentín Lasarte, por las calles de Mondragón.