José María Ruiz-Mateos delegó voluntad póstuma en sus amigos para pagar a los Inversores. Por Ignacio Fernández Candela

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Meses antes de morir , de ir a su destierro definitivo, en su feudo histórico de Alondra me dijo que estaba seguro de que tendría en mí un leal defensor y amigo después de que se marchara. Así se lo prometí, incluso por seguir luchando para que pudiera pagar. Luego todo cambió y me sentí minúsculo. Podía ser su defensor cuando me dieran ocasión para hablar de él, pero se me hacía imposible batallar por los Inversores cuando él ya no estaba. ¿Qué pasó con las negociaciones de aquel Holding Patrimonial con el que se firmaron una treintena de documentos, en apenas dos años, con el objetivo de ceder los derechos de litigio de Rumasa antigua por valor de 8.000 millones de euros? Lejos quedaba el frenético trabajo bajo la supervisión legal del jurista D. Antonio García Trevijano. Todo minado de severas claúsulas de confidencialidad que me impedían explicar los denodados y serios trabajos de carácter internacional. ¿Quién era yo sin él para prometerle una odisea irreal? Nadie, nada; la más infinita, absurda y contradictoria voluntad de la nada.

La reeditada lucha de David contra Goliat, la reiterada entre el Bien contra el Mal siendo el Mal camuflado tras el fingido Bien y viceversa. En España mucha envidia y no menos ignorancia; un espacio de batalla que dificultan los propios españoles descreídos con el justo y entregados con los canallas. No ha sido fácil, pero merecen la pena tantos sinsabores y esfuerzos porque la causa lo demanda por tantas personas ávidas de esperanza, como de Justicia D. José María, mucho Don ahora protagonista, siempre.

Sobre todo, estos últimos años se ha trabajado con discreción hasta que decidimos llevarlo a la luz pública. Agradezco a D. Álvaro Romero por publicar los casi 20 artículos que han removido las duras tierras que con el tiempo cubrían la inacción judicial, enterrando muchas esperanzas. Puedo decirlo, con la consciencia de la mucha demora que se materializó en los despachos judiciales después de trabajar jurídicamente la instrucción del caso Pagarés de Nueva Rumasa, que hace más de un año se forjó el propósito taxativo de crear un revulsivo público para que los Inversores pudieran tener la oportunidad de ser rememorados públicamente e intentar acceder a compensaciones si conseguíamos llegar al día en que dictaminen los tribunales. Pero todo estaba anquilosado sumando cuatro años de congelación. El objetivo marcado fue tirar del carro de la concienciación pública y judicial para desbloquear la paralización de un proceso interminable y agilizar los trámites. Y, a tenor de la fijación de fechas y la reserva de salas para enero hasta abril del 2024, se han despejado las dudas que Javier Navascués y en mayor medida el combativo Josele Sánchez me planteaban en sendas entrevistas de televisión y radio, con aplastante sentido común, sobre la voluntad de resolver. Pero el tiempo me ha dado la razón con expreso agradecimiento a los responsables de que siga en marcha el procedimiento.

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Un largo camino plagado de víboras y escorpiones

Para llegar hasta aquí, en que se abren nuevas expectativas, se ha tratado con buena gente y otra hipócrita de solemnidad. La estrategia humanista y de concienciación dio resultado a pesar de los incalificables-los calificaría pero sería soez publicarlo- que fueron indiferentes al llamamiento de solidaridad pública con absoluto desprecio a los damnificados, incluso advirtiendo del riesgo de suicidio. Recuerdo haber contactado con una tal Ana Roldán quien se excusó con la muerte de su padre para encubrir una torpeza moral difícilmente justificable. Hablamos de nuestras mutuas pérdidas y hasta pensé que era decente. Prometió al menos tratarlo para luego desaparecer con una caradura propia de una enferma insensibilidad y nula dignidad personal. Como Xavier Horcajo, embebido en los empeños de beneficiarse con los males de España y sus víctimas, importándole un carajo rimado la suerte de los desfavorecidos. A mí esa mirada inexpresiva y pasmada nunca me dio buenas vibraciones, aunque se le llene la boca de España y se la mastique como un chicle cuando entrevista a grandes personajes de nuestro panorama sociopolítico, judicial y empresarial. Excusas, pretextos patriotas…por delante vaya la pasta. En el escenario hasta convincente…entre bambalinas afloran las deficiencias inconfesables. El problema es que estos elementos van creando doctrina como defensores de no se sabe qué justicia, ni en lo elemental práctica. Luego nos preguntaremos por qué no se sale del agujero con semejantes adalides, dizque españoles.

Han comprobado Inversores abandonados a su suerte que Amigos de Toro TV, verbigracia, es un club demasiado interesado por el pecunio como para importarles un pepino España, lo que no obsta para encontrar otros grandes profesionales del Grupo que quizá ignoran las carencias de la conciencia de quienes escarban para sacar dinero, mendigando y pretextando tragedias para ignorar a quienes de verdad, con verdadero sentimiento, las padecen.

Y saliendo de las oscuras y hediondas grutas de la fingida función social, la sorpresa de carambola cuando el Tribunal de Justicia de Madrid ha roto la estrategia mezquina de los contenciosos administrativos e inacabables recursos para dejar en evidencia al Ministerio de Hacienda, ordenando que se recalculen las acciones y participaciones sociales que maliciosamente fueron valoradas en cero euros, cuando el Holding Rumasa expoliado criminal, delictivamente, por Felipe González, fue repartido de modo personalista para enriquecer a una camarilla de delincuentes tras la excusa política…casualmente las mismas siglas que arruinan sistemáticamente a España.18.000 millones de euros, 3 Billones de las pesetas de entonces, a punta de metralleta usando a las Fuerzas de Seguridad del Estado y encubriendo la estafa dando migas a cuantos perros se acercaron para nutrirse del festín.

Se percibe con el paso del tiempo que chochean los orquestadores del latrocinio y quizá pierden influencia para seguir encubriendo el crimen que el empresario y genial financiero siempre denunció hasta pocos días antes de su marcha. Felipe González ya se ve en la recta final con un pie en la tumba… Todo llega y mejor con la conciencia ligera, ¿verdad campeón de la buena vida y del engaño pagado?

En todo caso, estas dos noticias de esperanza vislumbran una Justicia rediviva y una oportunidad para los afectados, y si además, con un gesto de honra y dignidad que enorgullecería a D. José María, su viuda Doña Teresa Rivero y la Familia en pleno dan instrucciones a su Procuradora para que se ceda el montante de las posibles indemnizaciones a cuantos quedaron perjudicados por la deficitaria emisión de pagarés, pues mano de santo y nobleza obliga. Si parecen tiempos de prodigios que se cumpla la primera y última voluntad de D. José María Ruiz-Mateos y Jiménez de Tejada con los Inversores; voluntad por la que sus amigos han batallado en defensa de la Justicia que él mereció sobre esta tierra de sacrificios y también de milagros.

Esta labor no ha acabado pero hay señales de que algo se mueve y es bueno para la propia conciencia de España. Otro capítulo se escribe, Dios quiera con tan sorprendente premio como sería la Justicia de Dios sobre la tierra que martirizó a un justo que recitaba constantemente: «por muy duro que sea, si Dios lo quiere así, «AMÉN». Seguimos, con su inspiración y Dios mediante.

Autor

Ignacio Fernández Candela

Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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