20/05/2024 21:52
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Que los políticos, principalmente en España, no son un buen ejemplo por sus valores y virtudes para los jóvenes, lo sabemos de sobra. Ahora bien, también en la escala de la incompetencia y de la irresponsabilidad hay grados, y el Muñeco de Castilla-León está entre los escapados con varios kilómetros de ventaja sobre el pelotón.

    Y es que, después de haber estado en la poltrona de Castilla-León desde 2017, el señor Muñeco descubre que la comunidad que ha presidido es de las tres comunidades de España con menor índice de natalidad, siendo que ha prometido en campaña dar un cheque de 1.500 euros por cada niño que nazca. Ya me dirán si no es reírse de los castellanos-leoneses, y muy particularmente de sus votantes.  Reírse, y sobre todo, por considerar que la política a favor de la natalidad y ayuda a la familia pueda cifrarse en un cheque de 1.500 euros por hijo, y una sola vez. Dinero que además aprovecharan algunos extranjeros para comprarse la TV LG OLED65C14LB-UHD 4K.

    Y ojo, que niña Díaz Ayuso, soltera y entera por no haber sido madre, busca, dice, la “complicidad” de los empresarios (que no han hecho nada durante cuarenta años a favor de la familia) para revertir el invierno demográfico y reivindicar la familia… Y yo me pregunto, ¿contrataran los empresarios de este país mujeres en edad de procrear, estando embarazadas o en proyecto de estarlo? ¿Darán las empresas permisos, o al menos flexibilizarán el horario laboral, a las madres para poder ocuparse mejor de sus hijos, no descontándoles dinero de sus nóminas?

    Seguro que no, y además sería una discriminación hacia la mujer que denunciaría el Ministerio de Asuntos Sociales y el mequetrefe de Pablo Manuel Iglesias que no tuvo esas prebendas para cuidar a sus gemelillos.

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    El asco que algunos tenemos al Partido Popular no es una patología que todo patriota tiene en su ADN. Para nada. Más bien ha sido algo que el partido se ha ganado a pulso, y que lejos de enmendar, sigue erre que erre. Y ha sido igual que estuviera Fraga, Aznar o Rajoy, porque ahora ese mismo asco lo seguimos sintiendo con Casado.