«Este partido (el PSOE y su apéndice sindical la UGT) no ha cambiado de opinión respecto a este particular; estará en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad, (…), cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones» (Pablo Iglesias Posse, Congreso de los Diputados, 1910)
Nada ha cambiado desde entonces. La máxima del fundador del PSOE sigue vigente y ha permanecido invariable a lo largo de toda su historia. Desde entonces, esa historia demuestra con sus hechos que no es un partido político, y mucho menos “español”, o sea, nacional, sino, por un lado, una organización históricamente criminal que no hay crimen, por abyecto que sea, que no haya cometido mil veces, que no esté dispuesto a repetir y de los que nunca ni se ha arrepentido, ni se arrepentirá; por otro lado, es una sociedad comercial irregular, es decir, mafiosa y gansteril, cuyo fin es la apropiación del patrimonio nacional especialmente de sus recursos financieros porque “el dinero público no es de nadie” (Carmen Calvo dixit); y también del particular cuando las circunstancias lo permitan.
No ha existido, ni existirá un socialista en España que, en mayor o menor medida, con ocasión o sin ella, y según las circunstancias con fingimiento o descaro, no se conduzca siempre, sólo y exclusivamente por lo dicho. Sus líderes así lo acreditan, pues todos sin excepción han estado siempre cortados por el mismo patrón: Pablo Iglesias, Largo Caballero, Indalecio Prieto, Juan Negrín, Rodolfo Llopis, Felipe González, Alfonso Guerra, Rodríguez Zapatero o Pedro Sánchez. Quien no sea capaz de analizar bajo los parámetros citados todo el pasado, el presente y el futuro del PSOE y de la UGT o es un ingenuo o es tonto, que para el caso es lo mismo.
La conclusión de semejante seña de identidad es la necesidad de imponer un totalitarismo (sea dictadura o, mejor aún, su extremo, una tiranía) que permita a los socialistas llevar a cabo sus fines, pues de otra forma saben que les sería imposible. Necesitan el poder y el poder total. Cómo lograrlo da igual, porque para los socialistas sus fines justifican siempre los medios, sean los que sean, sin excluir los más aberrantes.
Durante el siglo XX lo intentaron mediante la revolución, de las cuales propiciaron tres: la de 1917, 1934 y la de 1936 que tenían en puertas, esta última con guerra civil incluida. Las tres fracasaron. De vuelta a la vida, gracias, todo hay que decirlo, a la traición más grosera y extendida que ha conocido nuestra historia, el PSOE ha conseguido el poder tras sendos traumáticos eventos: el autogolpe de Estado del 23-F, los atentados del 11-M y la estafa de la moción de censura pactada con Rajoy; eslabones los tres de una misma cadena y plan diseñado para ponerlo en marcha tras la ruptura y demolición del régimen del Caudillo, con el objeto de transformar nuestra sociedad hasta hacerla dócil a sus objetivos que no son otros que los dichos: hacerse con todo el poder para hacerse con toda la pasta y utilizar la pasta para hacerse con todo el poder.; esos sí, que una minoría, una nomenclatura, viva a cuerpo de rey de los demás, de todos nosotros.
Entre medias, en la larga marcha de ya medio siglo hacia la consolidación del socialismo, han permitido según el momento, una alternancia que ha suministrado una máscara pseudo-democrática necesaria para los tiempos que vivimos, bien que, llegados a estas alturas, ya no les es necesaria o al menos imprescindible, pues los españoles, por unas u otras excusas, que no razones, están preparados para someterse hasta lo indecible con tal de… simplemente vivir; como ocurre en toda dictadura o tiranía una vez que se consolida. Y es que ya la reacción es imposible, porque a esta clase de dictaduras y menos aún cuando como es el caso alcanza nivel de tiranía, sólo se las combate y derrota con agua caliente y en España no hay nadie, nadie, dispuesto a calentar el agua y menos aún a hacerla hervir.
La tiranía socialista, el socialismo, es siempre fuente de toneladas de miseria y no pocas veces de ríos de sangre, pero eso da igual, porque no habiéndolo evitado cuando se pudo y debió, ahora ya es imposible; y es que en su triunfo ha tenido muchísimo que ver, más de lo que se imaginan, los otros, esa derecha que proclama a un Dios en el que no cree y a una Patria a la que no ama y sólo busca siempre conservar sus privilegios e incluso, como es el caso hoy en día, conformarse con el trozo del pastel que el PSOE le deje según le convenga a él, claro.
Se celebra este fin de semana un nuevo congreso del PSOE. Quienes por ingenuidad o estupidez no tienen en cuenta lo dicho hasta aquí, no saben lo que son los socialistas. Ni el sátrapa Sánchez se va a ir, ni los demás lo van a echar, ni nadie entonará un mea culpa, ni harán nada por corregirse, ni renovarse. Todo lo contrario, cerrarán filas y harán alarde de audacia y descaro, no sólo porque son así y no pueden ni lo quieren evitar., sino porque saben también que dominan tofos los resortes del poder, que enfrente no tienen a nadie y que el pueblo español está ya preparado para tragar cuantos sapos sea menester; nada más hay que ver cuántos lleva tragados ya.
Que España haya caído en este pozo con los antecedentes históricos que poseemos tan cercanos, lo dice todo de los españoles de estos tiempos que tienen lo que se merecen; excepción hecha, que confirma esa regla, de algunos que creemos no merecerlo, motivo por el cual nos jo… aún más.
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Mi querido amigo y compañero articulista Don Francisco:
Sobre tu artículo, razón tienes, razón no te falta: ¡AMÉN!
No obstante, debo decir, que esto no es socialismo, es una amalgama de socialismo + comunismo criminal. Como lo fue aquella II República bolchevique que desde su fundación, el 14 de Abril de 1.931, empezó a asesinar a inocentes por el solo hecho de ir a misa o no decir “Salud”, en lugar de “Adiós”. Las profanaciones, quema de iglesias, conventos y bibliotecas, se llevaron acabo de inmediato.
Sin embargo, los españoles de bien tardaron 5 largos años para salir a los campos arrasados por los rojos, para dar la batalla. “Eran los sublevados a una muy democrática República”. Eso dicen.
No debemos olvidar, mi querido amigo, que como bien dices estamos en una tiranía impuesta, una más, pero dentro del paraguas de una supuesta monarquía, en la que un pelele, sigue coronado, porque firma y rubrica cuantas Leyes y Decretos le sean puestos por estos déspotas, criminales y diabólicos engendros, cuyas madres se encamaron con Satanás.
Pero no debemos olvidar, que este edificio “democrático”, se construyó con las bases de una monarquía perjura, mentirosa y falaz. Una monarquía que derrocó al Régimen católico y patriótico anterior, con la llamada, por mí; “La Gran Traición”
Luego vino la suelta de criminales de ETA, GRAPO Y TERRA LLIURE, con los 1.300 inocentes asesinados, eso sí, muy “democráticamente”
El aborto de niños que nunca verían la luz. El autogolpe perpetrado por el más maldito de toda la Dinastía borbónica. La matanza de Atocha, para ganar unas Elecciones. …. Y ahora esta otra matanza de inocentes en Valencia, un genocidio ejecutado con frialdad absoluta, para desbancar a un enemigo político, que a su vez éste, se puso a su disposición con halagos incluidos.
El PSOE, es un partido genocida, siempre lo fue, pero no olvidemos que se mueve a su entero gusto, entre un Panfleto del 78, redactado e impuesto por todos los politicastros y la corona, para sangrar y destruir a España.
Ellos se mueven a las anchas en un País “democrático”, porque disponen a placer de una derechona masona, infame e indecente y un Jefe Supremo de las FFAA, que es un pelele, porque salvo la corona, nada le han dejado y lo peor, nada es capaz de hacer para salvar a la Patria.
Para destruir al comunismo tirano que padecemos, no solo vale agua caliente o hirviendo, esta gentuza solo entiende una cosa y es la derrota.
Recibe un fuerte abrazo, con mi agradecimiento,
Miguel Sánchez
Caballero Legionario