13/06/2024 15:09
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La embestida del Gobierno Sánchez contra España tendría que ser la última del régimen del 78.

Más allá de esperar a que VOX alcance un resultado suficiente en las próximas elecciones generales, que le permitiese formar gobierno con el PP, lo que haría posible ciertas rectificaciones, la situación no debe esperar más. Todo lo verdaderamente importante en la vida de España está patas arriba, y la nación apenas resistirá la embestida del Gobierno Sánchez, cuyos criminales y rufianescos socios están marcando la desconexión definitiva con España, paso a paso y sibilinamente.

    Inaudito que cada día nos despertamos con una nueva ley, decreto, reglamento o disposición, a cuál más aberrante. Cuyo concepto del orden jurídico y del bien común está generalmente vinculado a un modo de querer limitar derechos en interés de un relato ideológicamente sectario; tan sectario, que llega al extremo de ser cainita.

    Inaudito que se intente controlar todo el aparato del Estado sin el más mínimo acuerdo de gobernabilidad, salvo el pacto con quienes trabajan para destruir España.

    Inaudito que el Poder Judicial colaboré con el Gobierno en la ley “solo sí es sí”, que ha rebajada innumerables condenas a agresores sexuales, a muchos de los cuales ha dejado ya en la calle, a merced de sus impulsos y condutas punitivas.

    Inaudito el silencio de las Fuerzas Armadas ante la decisión del Gobierno de derogar el delito de sedición, límite penal a la tropa terrorista y rufianesca a fin de frenar sus impulsos para alzarse contra España.

    No creo exagerar si digo que se impone la ruptura contra esta forma de gobernar. Una ruptura de inequívoco sentido nacional que habría que configurar y pactar a tenor de tres razones: por la supervivencia de España ante un continuismo suicida que lleva a los españoles al enfrentamiento, por el desbordamiento de la legalidad y por la creciente presión movilizadora por parte del pueblo.

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