22/11/2024 00:58
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Yo no sé lo que va a pasar hoy en las elecciones catalanas, ni tú lo sabes, ni él lo sabe, ni nosotros lo sabemos, ni vosotros lo sabéis, ni ellos lo saben…
               Pero yo sí sé, y tú lo sabrás, y él lo sabrá, y nosotros lo sabremos, y vosotros lo sabréis y ellos lo sabrán…
              Que aquí, en la España que se hunde, ya sólo quedan dos salidas: o Pablo Iglesias o Santiago Abascal. O lo que es lo mismo: Izquierda (en este caso dictadura marxista-comunista) o Derecha (en este caso democracia constitucional, católica y española).
               Todo lo demás es un cuento. Todos los demás son adornos , cómplices necesarios a un lado y otro. Como en el 36. Allí, al final, sólo hubo Comunismo y españolismo. Negrín y Pasionaria, Franco y José Antonio. Dictadura comunista o Dictadura nacional.
                 Lo que quiere decir que ya no caben términos medios, que ya no hay centro, que ya solo hay un río y dos orillas…y que se está a  un lado o al otro, pues al que quiera quedarse en el río se lo lleva la Corriente.
                 Es el río de Lorca. Una orilla de flores y otra de juncos. Por una caminan los que no tienen nada y por la otra los que lo tienen todo. En la de la izquierda los niños piden pan, en la de la derecha los niños visten con pajarita. A un lado charlotean los burgueses de postín, los monárquicos, los conservadores cobardes y egoístas, mientras dos guapas señoritas sirven jamón y langostinos en bandejas de plata… al otro, «proletarios del mundo, uníos» que hablan de huelgas y paro, de hambre y miseria, de venganza y revolución.           
                     O sea, lo de Agustín de Foxá: «Soy conde, soy gordo, fumo puros ¿como no voy a ser de derechas. Todas las revoluciones han tenido un lema: libertad, igualdad, fraternidad, fue la de la Revolución francesa. En mis años mozos yo me adherí a la trilogía falangista que hablaba de patria, pan y justicia…Ahora, instalado en mi madurez, proclamo otra: café, copa y puro». 
                    O lo de aquel Stalin de las purgas del 38: «Matad, matad, sin compasión a todo el que no aplauda lo que hacemos. Matad sin compasión a los embaucadores y acaparadores del pan…¡A Siberia, todo el que no obedezca al Partido!»

                        Así que las cosas ya están claras. O Iglesias o Abascal. O comunismo o nacionalismo. O milicianos descamisados fusil al hombro y «paseos» o camisas azules dispuestos a morir matando.
                        O España o Rusia.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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