21/11/2024 16:56

Después de la noche viene el día.

Pero también, después del día viene la noche.

Después de la Hispanidad, tenemos un novedoso panorama político.

Una vez que caiga Sánchez supongo que el país volverá a dividirse estúpidamente entre quienes pretendan hacer caer a Feijoo y los que procuren su mantenimiento. Es decir, justo lo contrario de quienes ahora sostienen a Sánchez y desprecian a Feijoo.

Desde periodistas del régimen (la peor lacra de ‘intelectuales’ deshonestos y sectarios habida y por haber) hasta pensadores, profesionales, sindicalistas, etcétera todos participarán en este nuevo aquelarre/celebración perpetuo e incesante que proclama la caída de un líder y la exaltación del otro. Es el ciclo de la política que no aspira a mejorar la nación sino a servirse de ella en el ciclo de su propia repetición.

¿No te das cuenta, apreciado lector, que al posicionarte a favor de un líder político haces el juego al otro cuando ambos, sin matices, son idénticos, son los genuinos representantes del pérfido poder de una Agenda 2030, la de la burocracia europea, que se perpetua en este tío vivo político permanente?

Fíjate en otro dato: desde la caída de González lo que mueve la alternancia política gira en el epicentro del argumento nudo de la corrupción y que desde entonces ha ido aumentando sin cesar. La escena política, tanto su contenido como su forma (mass mediática e informativa) voltea siempre y en exclusiva en torno a la corrupción como medio de expresión y de ‘lucha’ política.

Ya no hay debates políticos sobre las grandes ‘cuestiones nacionales’ sea la subsistencia del sistema de pensiones, el mejoramiento de una educación imposible, los impactos de la tecnología digital en el mundo del trabajo, de las actividades económicas, etcétera.

¿Qué urgencias o prioridades tiene la nación? Todo se sustituye por un rosario de corrupciones sistemáticas que siempre son las del otro. Por tanto, sigue siendo de principal urgencia la eliminación del sistema de partidos políticos, pero ya sabemos que se trata de un oxímoron político. Sin embargo, mientras no se asuma de cara esa cuestión radical y sustancial, nos asiste solucionar los gravísimos problemas que engendra la política de los políticos y su sistema de partidos políticos. Lo que resulta inviable mientras subsista esa forma arcaica (el sistema electoral de partidos políticos) de apropiarse la representación política de la nación.

¿Y mientras qué? Nada, en silencio, subrepticiamente, viene imponiéndose las líneas estratégicas de la Agencia 2030 que, en su expresión material concreta, se traduce en una política de desaceleración generalizado del orden analógico. Tal vez sea una forma de distraer la atención (si es que existe) y mientras tanto se habla de políticos y de sus corruptelas, la acción política de consuno de todo el sistema de partidos políticos va plasmando una sociedad anti analógica.

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Así tenemos, a modo de ejemplo, la digitalización de la relación de los ciudadanos con las administraciones públicas y los agentes económicas, la desaparición en progresión del dinero en efectivo; la generalización de un feminismo improductivo, aliado de la doctrina del género, que propende a la desaparición de la ‘mujer’; una apuesta, sin debate, por la imposición de formas anti-producción (agrícolas, industriales, etcétera) que no satisface el abastecimiento de la población (he ahí la clave central de la inflación); la implantación de formas y contenidos de una educación que pugnan con el desconocimiento; la creencia de un ecologismo radical e ignorante que atribuye a la especie el estigma de asesina del medio; la apuesta por un sistema de atención sanitaria y de salud que se resuelve por la imposición de protocolos y mediante la farmacopea sistemática que sostiene intoxicada a de una población enferma física y mentalmente …

La corrupción no es únicamente económica. Es seguramente la más bochornosa, espectacular y esperpéntica (comparada con los importes de los presupuestos de todas las administraciones es ínfima, calderilla). Y en los pocos lectores que siguen los hechos políticos se proyecta una especie de reacción emocional que hace adherirse al bueno, al honrado, al personaje ético … un verdadero asalto a la inteligencia: porque en política no hay político con esas cualidades, porque la política no es del orden ni de la ética ni de la moral.

El problema radica en la corrupción moral que no es otra cosa que esa disposición humana de servir al poderoso a cambio de mejorar la situación personal o de los suyos. Todos quienes están dentro de las instituciones de la administración, como una tentación insoslayable, están dispuestos a servir al poderoso a cambio de prebendas, ascensos, cargos … así aspiran a una vergonzosa realización de su actividad como funcionario o como profesional de éxito (dando el pelotazo).

Pero fuera de lo público, sin duda, también tenemos formas de corrupción que van desde los favores sexuales, aceptar condiciones infames, facilitar lo imposible o someterse al señor de turno. Aquí, en el ámbito privado, la corrupción sea o no producto de una inteligencia menor y aspire o no a una ganancia, no afecta siempre al funcionamiento normal de lo público y por eso debe mantenerse al margen de lo público y de las consideraciones políticas.

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Pero también hay una corrupción moral de masas, perversa, que se extiende a quienes apoyan a uno o a otro del grupo de los líderes de los corruptos políticos puesto que son quienes sostienen todo el funcionamiento del juego y lo legitiman con sus supuestas críticas (¿?) y el voto palmario en las elecciones. Son el necesario abono, el guano, para que crezca y prospere la corrupción política y todas las demás sobre las que se edifican el universo público y privado.

Las religiones, desgraciadamente, aquí no operan como mecanismos de freno. Ni las ideologías políticas con argamasa teológica (el comunismo, el socialismo, el anarquismo, el liberalismo, etcétera) que aspiran a un orden perfecto e ideal, son capaces de contener, cuando no incentivan, la corrupción generalizada de la sociedad desde el momento en que la realización de sus proyectos se deja en manos de dirigentes corruptos (a lo que hay que añadir, ignorantes y sectarios).

No hay políticos corruptos sin seguidores más o menos fanatizados que, abajo, como verdaderos pringados, sustentan a los corruptos de arriba. Y así se cierra el ciclo y el círculo de la política en España: la una democracia muerta y decorativa.

Por tanto, a la pregunta de si es posible que exista honestidad en quien confía en las elecciones, es decir, lo quiera o no, en los partidos políticos, hemos de contestar: que todo es resultado de una creencia nefasta, de la que es el único responsable. Si reconoce el error, bienvenido sea. Pero persistir en el error es de estúpidos.

Esa es la corrupción, la íntima y personal, la que ha eliminado la mínima honradez de la acción política y el sentido ético de una democracia autoritaria y corrupta. Pero esperar otra cosa, sinceramente, sería una alucinación, resultado de un tripi psicodélico.

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Jose Sierra Pama
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Lorenzo

Rutinas del marasmo en el que está sumida España

Lrf

La corrupción subyace en toda cultura, ahora está más a la vista por su difusión. Más de lo mismo, “ compadreo “. La pregunta es, su conducta sería la misma si estuviera en igual posición ?

Alberto

Prácticamente de acuerdo, pero la corrupción existe y existirá siempre sobretodo a nivel político porque son los que tienen más oportunidades, para enriquecerse, porque nunca tienen bastante y solo tienen intereses personales, en contra de la realidad, ya que ellos están para servir al pueblo y no para burlarse de todos, y ese es el mayor problema, que “trabajan” más para ellos que para la sociedad.
No existe un partido político limpio y honesto, sin contar que todos los políticos son unos “charlatanes” y unos “comecocos” de los ignorantes que se los creen.

navarjm

Análisis complejo este de la corrupción enfocado particularmente al espectro político y de difícil solución, aunque una vez más, sería conveniente un estudio en profundidad de aquellos países, generalmente los occidentales, donde el índice de corrupción es realmente bajo (ya sabemos que perfecto lo que se dice perfecto… no hay nada) comparado con el resto del mundo en general. Realmente estamos alejados de un sistema político donde prevalezca lo íntegro pero estoy convencido que luchar contra los desmanes del poder político corrupto ha de tener los días contados, ejemplos tenemos en esos países que por poner un ejemplo, sus ministros dimiten por cosas tan nimias como una multa de tráfico y ese es el camino a seguir; no hay otro. Recuerden lo que dijo Platón: «El precio de desentenderse de la política es el ser gobernado por los peores hombres».

Fernando

Es lo que tiene la democracia elegir a unos representantes del pueblo libremente, aunque bien es verdad llevamos tiempo que estos políticos solamente buscan mantenerse en el poder sacando a relucir la mierda del contrincante
Aunque lleven razón en algunos casos y que suponen un desfalco en cuentas que luego siempre pagan los mismos, todos menos ellos, y se lucren y deshonren la clase política que nos representa.
Es verdad que están más preocupados en mantenerse a costa de todos nosotros, sin escrúpulos y tirándose mierda más que de los problemas reales de este nuestro país…..
Pero confiemos que
Alguien llegue y cambie esto es lo que tiene la democracia

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