"A cualquier precio el poder jamás es caro". Por Julio Merino

«A CUALQUIER PRECIO EL PODER JAMÁS ES CARO»

Podría pasar de todo con las declaraciones-o no declaraciones inculpatorias- de doña Begoña Gómez si salen a relucir los 475 millones de “Air Europa”

Este artículo que hoy reproduzco, tal cual, lo publiqué el 24 de octubre del 2011, y leído hoy me parece que nadie podrá negarme mi visión de futuro. ¿Dónde estaban en aquellos momentos mis compañeros demócratas de toda la vida? Porque si entonces se hubiese actuado con rigor no habríamos llegado a donde hemos llegado… y el autobús del desastre no habría caído al precipicio. No hubo visión de futuro, ni valentía, ni juicio político, y todos se dejaron caer en el precipicio, ya que, para desgracia de España, el actual gobierno se ha formado con aquellas mimbres.

SÍ, SÍ, SÍ, SÍ, SÍ, ciertamente, a cualquier precio el Poder jamás es caro. Y esa es la que se ha metido en su sangre y en su cerebro el actual y acorralado Sánchez y pendiente de la declaración-o no declaración-de su amada esposa Begoña Gómez, acusada incluso de apropiación indebida.

Pues, ni así, don Pedro Sánchez Pérez-Castejón (bisnieto del general franquista Castejón Hermosilla) no saldrá de la Moncloa si no es con los pies por delante.

Y al hilo de este pensamiento espontáneo se me viene a la memoria el final de aquel Presidente imaginado por el novelista que en circunstancias parecidas desapareció del mapa cuando intentaba huir en helicóptero desde la Moncloa a Torrejón a coger su Falcón para huir de España. Y al remover las alas para remontar el vuelo el helicóptero, con el Presidente del Gobierno dentro, estalló en mil pedazos.

“Miren ustedes, la Historia de la Humanidad es la historia de la ambición por el Poder. Desde Adán y Eva, que quisieron ser más que Dios, hasta los señores Rubalcaba y Rajoy, que están dispuestos a vender su alma al diablo por tal de ganar las elecciones del 20-N y entrar en la Moncloa. Desde Alejandro el Magno hasta el Presidente Sarkozy. Desde Julio César a Churchill. ¡ Y todos¡ ¡ El Poder¡ Tal vez por aquello que Séneca puso en boca de uno de los personajes de su tragedia «Las Fenicias». Luchaban a muerte por la corona y el Poder en Tebas los dos hijos de la Reina Yocasta, Eteocles y Polinice, y la madre, naturalmente, quiso frenar aquella lucha fratricida, porque sabía que venciese quien venciese era la muerte de su corazón. Entonces les rogó, les imploró, que abandonasen las armas y se dieran un abrazo de hermanos. Inútilmente. Porque ambos querían el Poder. «Reina pues, entre el odio de tus vasallos -le dice Polinice al hermano más fuerte- Poder aborrecido nunca se retiene mucho tiempo» (y es que Eteocles, el hermano, había sembrado de sangre la ciudad con los cadáveres de sus enemigos) » Mejor definirán los reyes los verdaderos principios del poder, tú confórmate con el destierro. Yo, por reinar estoy dispuesto a… (pero Yocasta, la madre, corta a Eteocles y le dice:) ¿Arrojar al fuego a tu patria, a tu esposa, a tu hermano, a tus penates, a tu familia, a tu pueblo? «Sí madre, A CUALQUIER PRECIO EL PODER JAMAS ES CARO» (y termina la tragedia).

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Miren ustedes, pues eso es lo que está pasando aquí y ahora. Los señores Rubalcaba (y el PSOE) y Rajoy (y el PP) ya no saben qué hacer o qué inventarse para ganar en las urnas o al menos no perder indignamente. Y en ese marco hay que situar lo que ha pasado con ETA. Si no no se explica la bajada de pantalones de unos y «el mirar para otro lado» de los otros. ¿Cómo puede decir el señor Rajoy que al acuerdo se ha llegado sin hacer concesiones a los terroristas? (Esas declaraciones le pueden costar un millón de votos el 20-N). Y miren que el señor Rajoy lo tenía fácil, con haber dicho, «De acuerdo, estoy dispuesto a negociar con ellos, pero nunca antes que Francia, que negocien con París y cuando hayan llegado a un acuerdo sobre el futuro del País Vasco francés, entonces me siento a la mesa que quieran, claro está si gano las elecciones. Antes, jamás». ¿Y cómo pueden celebrar los otros el final de la violencia si el comunicado famoso sólo ha sido el anuncio de otra batalla?. Dicen que ya no habrá más muertos cuando en el camino se han quedado más de 1.000 víctimas (porque en esa cifra de «caídos» hay que incluir los de Atocha, no lo olviden). Dicen que es el principio del fin de ETA cuando ahora comienza la verdadera guerra por la independencia.

Miren ustedes, y ahora contemplemos el paisaje que nos han puesto delante y el del futuro. El Gobierno socialista y el candidato Rubalcaba, que sabían y saben muy bien que la batalla económica la tienen super perdida, por el desastre al que nos han llevado, pactan «la paz de la deshonra» con los «aberzales», e incluso con los acobardados nacionalistas del PNV (que ven la que a ellos se les viene encima) para poder presentar algo a los electores: «Españoles, nosotros hemos acabado con la violencia. A partir de ahora ya no habrá más muertos» y salvar al menos los muebles. Pero, eso significa que antes de un mes la ETA se sentará en el Congreso de los Diputados (y encima cobrando) y comenzarán a reclamar lo suyo: de momento, la amnistía para sus presos; después, la autodeterminación para la independencia y luego sus ambiciones de anexionarse Navarra. Esa es la hoja de ruta, que ellos mismos no ocultan. ¿Y qué pasará entonces? Algunos dicen, entonces la Constitución y las leyes. ¿La Constitución cuando en el parlamento de Álava se apruebe por mayoría (que la tendrán en las próximas elecciones autonómicas) un Referéndum de Autodeterminación? ¿El Tribunal Constitucional, cuando ya se ha demostrado que es un Tribunal de adorno?

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Y si el Gobierno de España se pone duro ¿se quedarían quietecitos los «aberzales» o se enfrentarían a Madrid? ¿Volverían las pistolas y la violencia?. Pues, seguro que sí, sobre todo sabiendo lo que ya saben, que los Gobiernos de Madrid nunca se atreverán a emplear todas las armas del Estado de Derecho, ¡¡TODAS¡¡. Esto ya es aquello de Churchill: habéis caído en el deshonor por evitar la guerra y yo os digo, pues tendréis el deshonor y la guerra. Cuando se cede ante un chantajista estás perdido de por vida.

Pero, París bien vale una misa y a cualquier precio el Poder jamás es caro. ¡Veremos todavía tantas cosas!”

Julio Merino

Periodista y Miembro de la Real Academia de Córdoba

Autor

Julio Merino: Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.