Por fin se decidió. Begoña Gómez ya se ha puesto en manos de un abogado; que como no podía ser de otra forma es uno de su banda, el tal Antonio Camacho, sociata recalcitrante, exsecretario de Estado y exministro, siempre en Interior, con José Antonio Alonso y Rubalcaba respectivamente, y amigo muy personal del dictador Sánchez.
El significado de lo anterior está claro: Begoña Gómez comienza a tomarse por fin muy en serio lo que consideró una tontería, así como su pareja también, al darse cuenta de que la querella va adelante porque, al parecer y presuntamente, claro y siempre, las pruebas aportadas por Miguel Bernad y Manos Limpias, que no por la oposición, ni PP, ni VOX, que ni están ni se les espera, son contundentes, y nada de recortes de prensa u otras tonterías de las que el fango real les ha acusado, de forma que muy posiblemente, al menos, se pueda sentar en el banquillo, aunque otra cosa es que la veamos entrar en chirona, que ya se sabe que eso en España está reservado para los libreros octogenarios de Ciudad Real.
Para que sepan en qué consiste la acusación de Miguel Bernad, todo un héroe, contra Begoña Gómez por presunto tráfico de influencias, les sintetizo a continuación la cronología de los hechos sobre los que, al parecer, las pruebas de la culpabilidad de la “segunda dama” son abrumadoras:
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Con motivo de la cosa aquella del Covid, muchas empresas tuvieron que suspender sus actividades. Para paliar de momento los perjuicios se articuló por el Gobierno un fondo de ayuda de 10.000 millones de euros nacionales (se hizo en toda la Unión Europea), fondos no europeos, o sea, de nuestros impuestos, al que podían acudir las empresas afectadas; las ayudas que se concedieran eran a devolver posteriormente… bueno, aunque ya se sabe que en España, devolver, devolver…
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La criba de las cerca de 70 empresas que solicitaron ayudas se encargó a la SEPI, la cual contrató una UTE de varias empresas privadas para hacerle el trabajo, al tiempo que asegurar la imparcialidad y pulcritud del proceso.
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De las presentadas, fueron rechazadas unas 40, concediéndose ayudas a unas 30 por un valor máximo de unos 50 millones de euros.
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Una de las primeras rechazadas fue Globalia (grupo compuesto por Air Europa, Globalia Handing, Halcón Viajes y otras menores del mismo sector). Y lo fue porque, entre otras cosas, no cumplía con el primer requisito exigido que era estar al corriente con Hacienda a la cual debía unos 50 millones de euros.
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Pero… cuando los expedientes para concesión de las ayudas fueron al Consejo de Ministros para su aprobación definitiva… en la lista, la primera estaba… sí, lo han adivinado, Globalia, además con dos ayudas, una de unos 400 millones de euros y otra de unos 350 millones. Ahí es nada, también, la diferencia con las demás.
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Y… ¿por qué? Pues al parecer, supuesta y presuntamente siempre, el milagro lo había logrado una tal Begoña Gómez con sus buenas artes de… ¿su marido?
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En aquel Consejo de Ministros se aprobaron las ayudas a Globalia; por cierto, y además, sin que el dictador Sánchez se inhibiera por existir un más que evidente conflicto de intereses.
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Asimismo, y como quiera que la Comisión Europea había decretado que debían comunicársele para su conocimiento las ayudas de más de 200 millones de euros que se concedieran, a fin de evitar tal hecho, los casi 750 millones de euros concedidos a Globalia se trocearon para no superar ese límite, evitando así tener que informar a la UE.
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Pero es que, además, tan monumental ayuda se concedió no a Globalia, sino a Globalia Handing, una empresita que se había constituido –qué casualidad– diez meses antes, con un capital de tan sólo 3.000 euros y que no tenía ni actividad ni trabajadores; para más inri, sepan ustedes que la empresa más importante del grupo, Air Europa, siempre estuvo en déficit, por lo que era de suponer que jamás podría devolver lo prestado.
Miguel Bernad y Manos Limpias han aportado pruebas, al parecer contundentes, del citado proceder, extraídas, además, de fuentes de acceso público e incuestionables como son las actas y otros documentos oficiales de los organismo implicados, incluido el propio Consejo de Ministros; por cierto que a todo ello podía haber accedido la oposición, PP y VOX, con mayor facilidad que Miguel Bernad, al disponer de más medios y canales, lo que al no haberlo hecho les deja aún más en evidencia de a qué se dedican y qué son en realidad.
¿Comprenden ahora por qué Begoña Gómez ya, por fin, se ha decidido a ponerse en manos de un abogado? Y es que, si quieren parar el asunto, además de convertir a la fiscalía en parte de la defensa de la “segunda dama”, lo que ya han hecho como hicieron con aquella Infanta, tendrán que articular una cacicada de tal calibre que puede que, aún con su poderío, no sean capaces o incluso no les interese, prefiriendo que Begoña Gómez se siente en el banquillo… otra cosa es que, como he dicho, la veamos entrar en Alcalá-Meco.
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Que ganas tenemos de verla entre rejas muchooooooooooooooooooooooooos añoooooooooooooooooooooooos
Que bajo ha caido, Esperemos le caiga muchos años.
A lo mejor tiene la suerte que la indulten ?
¡ Hombre ! VOX se persona como acusación popular, algo es algo.
Esta banda debería estar ya en la cárcel, con Conde Pumpido a la cabeza.