Continúa la lucha del Bien contra el mal. El mal que lleva en la cara Ángel Gabilondo.
El excura y Defensor del Pueblo Gabilondo pide la retirada de una cruz por considerarla contraria a la «memoria democrática», mientras que el Tribunal Supremo ha dado la razón a Abogados Cristianos y ha emitido una sentencia a favor de reponer la cruz de Betxí en su ubicación original, en una batalla contra la «cruzfobia» en España.
En estos tiempos de extravío moral conviene recordar que las definiciones del Bien y el Mal están universalmente constatadas pese a que pretenden tergiversarlas con el fin de imponer criterios aberrantes y consentidos para validarlos, cambiando así los órdenes de la ética y la integridad. Resulta asqueante a la par que ridícula la estrategia del derrumbe de los valores civilizados, pero asaz efectiva por la proliferación de los ignorantes. Contrarrestar a estas manadas carroñeras, auspiciadas por no menos carroñeros magnates como Soros, se convierte en una misión cuando las afrentas son directas contra Dios.
Y luego están los otros del desgobierno criminal con la pretensión de dinamitar la Cruz de los Caídos, monumental homenaje a la reconciliación. Siempre los mismos miserables.
España no podrá perdonarse haber permitido la irrupción de la baja estofa social, el poder tiránico de los mediocres con base central en Galapagar y la secuestrada Moncloa mediante, para más inri, un fraude electoral. Siembra de cizaña por método de implosión, todo en virtud de esa memoria histérica a propósito de pescar a río revuelto en una sociedad otrora, durante cuatro décadas, pujante y pacificada. Los muy sinvergüenzas del averno.
En tanto nuestro país es destruido, sigan estos ocurrentes íncubos-trabajar no es lo suyo-con sus odios disfrazados de justicia social, erijan culto a Satanás elevando oraciones aburridas de la oscuridad permanente y la cansina monserga de “fascistas son los otros” para vivir del cuento. Ricos epulones de Satanás que darán alaridos de terror, escuchados por los muchos lázaros terrenos que aquí los soportan.
Afortunadamente, dando una perspectiva holística a nuestras cuitas nacionales, el mundo está destinado a la Luz-Dios es el Alfa y el Omega-y cada uno de estos gilipollas al polvo.
“Vanidad de vanidades y solo vanidad”, como decía el sabio Cohelet. Son imbéciles, Señor, solo malintencionados imbéciles del Demonio que con el último suspiro de sus infames vidas se cagarán, con perdón, en los pantalones del alma. Amén.
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Panda (piara) de subnormales los «destrozacruces»…
Bueno, ya estamos como siempre, o la culpa de todo la tiene Sánchez o la tiene Podemos; pero ustedes ¿deliberadamente? olvidan un día sí y otro también que este proceso, tal cual está ahora mismo, empezó con la Ley de Memoria histórica de Zapatero, y aventuras tales como arrancar de su pedestal en Madrid, plaza de San Juan de la Cruz, una estatua de Franco durante una noche de jolgorio en que Peces-Barba le dijo a Carrillo, en plena francachela, que allí estaban sólo «los buenos». Ítem más, «olvidan» ustedes ¿deliberadamente? que ya el querido de ustedes Felipe González cambió los nombres de las calles – incluida la Avda del Generalísimo QUE NO EXISTÍA en 1939 – y de hospitales, como el Francisco Franco o el Primero de octubre, que hizo levantar las horrendas estatuas de Prieto y Largo Caballero, que aisló la tumba del General Moscardó para que no pudiera visitar, que anduvo revolviendo en el Valle de los Caídos ( Martín Ynestrillas lo ha contado ) y que hasta se subió al «Azor». Para que vean, entre sus aspavientos, que «esto» se debió haber impedido hace décadas, cuando demasiados – incluso en este medio – estaban que arrullaban con la Transición, la «libertad» y la «reconciliación» que en realidad había tenido lugar años atrás.