Rosario en Ferraz convoca Rosario Nacional, en 53 ciudades, en defensa de España y del cristianismo. Por Javier Navascués

Los católicos tenemos el deber, enseñado por Jesucristo Nuestro Señor, Dios y Hombre verdadero, de no ser hipócritas fariseos, como los que le condenaron a morir en la cruz, los políticos de la época, malditos siete veces por su hipocresía y fe vana según el capítulo 23 del evangelio según San Mateo, que tantos católicos falsos odian leer y, mucho menos, meditar antes de hacer llamamientos interesados. Por tanto ese «deber» de «participar en la vida pública» es propio de herejes políticos pelagianos que quieren instrumentalizar el rezo del Santo Rosario en favor de su partido político, engañando a los católicos para que les voten en las siguientes elecciones. A buen seguro que su partido político es tan criminal, incluso en la oposición, como todos los que intentan destrozar España y la Santa Iglesia Católica Apostólica. Que pierdan toda esperanza. Nadie triunfará sobre el Sacratísimo Corazón de Jesús y sobre el Inmaculado Corazón de María, por muchos mártires que generen. Y que ningún católico desespere, sino justo lo contrario. Cuanto más arrecian los vientos infernales, más se aproxima la hora de la Justicia de Dios y nuestro triunfo junto al Señor. Así que, como afirma Lc 21, 8, cóbrese ánimo, pues el demonio y los suyos ya están juzgados y condenados.

Por supuesto que se debe rezar el Santo Rosario todos los días, con gran fervor, amor a Dios y a su santísima Madre y devoción incondicional, aceptando la cruz sea cual sea, como nos lo pidió la Santísima Virgen María en Fátima y por medio de innumerables santos y santas de todos los tiempos, en casa y en familia o en grupo, por parroquias y en público y en cualquier lugar, cuarteles militares incluidos si hay valentía entre los que debían ser los primeros en dar gloria a Dios y a España, que es lo mismo. Pero no se puede ofender a Dios con ofrendas vanas que solo honran a Dios con los labios y que persiguen fines muy distintos a la gloriosa unidad de España y su fe católica de siglos, ejemplar entre todas las naciones de la tierra. No se debe ofender a Dios con proclamas políticas del partido político conservador VOX, que no defiende a España, sino a los ricos y a los empresarios. No se ofenda a Dios más, y mucho menos entre católicos, que ya está muy ofendido. ¿O es que se olvida deliberadamente el mensaje de la Santísima Virgen María en Fátima?

Por cierto, lo que a los españoles nos enseñaron en un cuartel del Ejército español, donde juramos defender España besando su santa bandera rojigualda, siendo soldados de reemplazo (no a sueldo) de la gloriosa Infantería española, es que a España hay que defenderla MILITARMENTE como la han defendido generaciones y generaciones de españoles militarizados, incluso dando la vida por ella, como la defendieron los insensatamente odiados como buenos cristianos (como se odia a Cristo por la cizaña de la tierra y los anticristos) de ultra extrema derecha del glorioso Requeté y de la gloriosa Falange de Franco (FET de las JONS), así como de la gloriosa Legión española, los gloriosos tabores de regulares y demás cuerpos militares, en los frentes y derramando la sangre y dejándose la vida, fusil en mano en nuestra Cruzada iniciada valientemente en julio de 1936. El ejército tiene la sagrada misión de defender la unidad territorial de España de todos los ataques internos y externos que sufra por parte de sus enemigos antiespañoles. La defensa MILITAR de España es CONSTITUCIONAL, legítima, votada en urnas por una mayoría de españoles en referéndum de diciembre de 1978 y sin ningún alegato en contra por parte de nación alguna. Si el ejército opta por mantenerse al margen de la salvaje agresión a la que los que odian a España la están sometiendo, por conveniencia, por la nómina, por privilegio de cualquier tipo material, por comodidad, etc., es su gravísima responsabilidad, cobardía y altísima traición de la que tendrán que responder incluso ante el Altísimo el Día del Juicio Final. Así que generales, oficiales y soldados, si servís a España de verdad, no se tolere ésta situación ni uno solo día más. Que la gloriosa sublevación española de julio de 1936 sirva de ejemplo, como la lucha del pueblo contra el invasor napoleónico y otras muchas otras ocasiones en que nuestra santa patria estuvo en peligro. La defensa de la unidad de España lo establece la Constitución Española de 1978 en su artículo 8.1. ¿O es que acaso se apela a tal documento solo cuando conviene a los intereses políticos electoralistas de cada cual? ¿O es que acaso la Constitución admite «interpretaciones» subjetivas como los herejes protestantes y pelagianos pretenden respecto a las Sagradas Escrituras a conveniencia del ídolo de cada cual? No debe haber lugar a la cobardía y a la alta traición, por muy bien remunerado y funcionarizado que hoy esté el ejército español.

ARRIBA ESPAÑA Y VIVA CRISTO REY. ESPAÑA, UNA, GRANDE, LIBRE Y BAJO REINO CRISTIANO DE DIOS NUESTRO SEÑOR.