22/11/2024 03:40
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A tenor de las declaraciones que ha hecho al diario “Público” con motivo de volver a traerse al plano de la actualidad su pasado, en esta ocasión por la diputada del Partido Popular, doña Cayetana Álvarez de Toledo, que en sede parlamentaria se lo recordaba a su hijo, me ha surgido la necesidad de escribir esta carta, que no soy capaz de encabezar con una fórmula amable por su condición de ex miembro del grupo terrorista FRAP, de ideología marxista-leninista, rama desgajada del PCE dirigido por el asesino de Paracuellos y la Fulana de “¡hijos sí, maridos no!”.

Dos cosas me parece obligado decirle. La primera, que su pasado terrorista no se reduce, como usted dice, “a haber repartido tres panfletos en el Primero de Mayo”, sino por su pertenencia al FRAP, que es por lo que le retuvieron varios meses en la cárcel y estuvo pendiente de juicio. Y fíjese que a lo mejor fue lo que le salvó de llegar a mayores, que es bien sabido que se sabe cómo se empieza, pero no cómo se termina. Y la segunda, que miente y tergiversa la verdad, y hasta confunde fechas. En resumidas cuentas, que sigue echando mierda por la boca. Lo que me lleva a considerar que sigue siendo el mismo tipejo que fue, aquel iluminado que quiso plasmar un reino de redención y gracia en la España de los años 70, sostenido por los escombros del comunismo. Cosmovisión que ha heredado su hijo, que, impedido de sostener algunos argumentos que se han quedado anticuados, apuesta por un realismo maquiavélico. Nada por otra parte extraño o que sorprende, que ya se sabe que de tal palo tal astilla. Y por cierto, Cipriano Martos fue un terrorista que tuvo que ser fusilado, pero que se murió antes.

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¿Cómo puede ser que el acceso a la verdad sea tan complicado tantos años después de los hechos que comentamos, y que no haya aprendido nada? Más aún, ¿dónde se esconde cuando todo lo que circunda su justificación no es otra cosa que un modelo que llevó a miles de seres humanos a la muerte, a la deportación y a la falta absoluta de libertad, y a los pueblos sometidos por la bota comunista a un callejón sin salida?

Es cierto, como dice, que han pasado muchos años, aunque ni uno sólo, porque el tiempo se les detuvo, para los familiares de las personas que su grupo asesino, y hete aquí que algunas bocas han vuelto a abrirse. Qué gran fastidio recordar, ¿verdad? Que fastidio ahora que vive tranquilamente jubilado en Zamora, que está enfermo y acojonado por el virus, y que sólo quiere ver crecer a tus nietecitos alegres y dicharacheros en su hotelito de Galapagar. Lo comprendo perfectamente, pero ya sabe la historia del cerdo y de San Martín…

Por mi parte le contaré una historia. La historia resumida del grupo al que pertenecía, porque por repartir propaganda a nadie se le metía en la cárcel y mucho menos se le procesaba. Con dos galletas de la policía era suficiente. Que es lo que hacía, entre otras funciones de investigación, el policía Don Juan Antonio González Pacheco, más conocido como Billy el Niño (Q.e.p.d.).

Comencemos. Según todos los datos que constan. Usted se afilió al grupo terrorista de ideología maoísta o marxista-leninista Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) en 1972, que se había constituido en 1971, y que, rechazando cualquier tipo de pacto con otros grupos de oposición política como la Junta Democrática de España, apostaba por un discurso a favor de las acciones terroristas como estrategia de oposición y respuesta a la dictadura (?). Cuyo resultado fueron los asesinatos de: Don Juan Antonio Fernández Gutiérrez, miembro del Cuerpo de la Policía Armada; Don Francisco Jesús Anguas Barragán, miembro del Cuerpo de la Policía Armada; Don Lucio Rodríguez Martín, miembro del Cuerpo de la Policía Armada; Don Antonio Posé Rodríguez, miembro de la Guardia Civil; Don Juan Ruíz Muñoz, miembro del Cuerpo de la Policía Armada, y Don Diego del Río Martín, miembro del Cuerpo de la Policía Armada.

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Así que el porvenir por el que luchaba era ese… Por cierto, ¿sacó por méritos propios las oposiciones para inspector de Trabajo y Seguridad Social o se las regalaron por servicios prestados? Siempre nos quedará esta duda.

Y una última cuestión. No se confunda, su hijo ni tiene valía ni tiene talento. Simplemente es un aprovechado y más falso que Judas. Ya verá cuando sus propias compañeras de partido se constituyan en «#MeToo: “Yo también”, y comiencen a largar. Nos vamos a reír todos.

Pues nada, a ver si le vemos alguna vez bañándose en la piscina del bicho.

Autor

Pablo Gasco de la Rocha