24/11/2024 13:16
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Qué difícil es transmitir el amor por la naturaleza, la ingeniería y el arte. Algo que sólo se puede aprender a apreciar viendo mucho, viajando mucho, aprendiendo mucho.

Hoy les hablaré de un arte escondido, un arte que hay que buscar, comprender y saber apreciar como las aisladas ermitas románicas. Un arte que se integró en grandes obras públicas del norte del país y que es casi desconocido, salvo por unos pocos.

UN POCO DE HISTORIA

Aunque no lo parezca actualmente, la fusión en ciertos ámbitos de pintura, escultura, arquitectura e ingeniería es relativamente reciente.

En los 60 se pone de manifiesto el interés por esta integración de las artes en España. La premisa era educar la mirada de los espectadores a una nueva forma de arte. Bajo esta filosofía se realizaron intervenciones artísticas en centrales eléctricas que se alejaban de los simples añadidos estéticos, hasta el punto de llegar a ordenar y revitalizar los espacios más singulares de estas moles enormes.

Planta y vista de la estación de Grandas de Salime, y exclusas diseñadas por Vaquero palacios

LOS AUTORES

El autor de las obras es el Arquitecto Joaquín Vaquero Palacios, junto con su hijo y académico Joaquín Vaquero Turcios, vinculados familiarmente con la empresa Hidrocantábrico, y pertenecientes a una saga de ingenieros y empresarios del norte del país, que supo integrar su arte en construcciones mastodónticas, como las presas.

En el artículo de su muerte en 1998, a la edad de 98 años, su hijo leía “»No soy, ni mucho menos, un ejemplo de arquitecto. Independientemente de la humilde calidad de mi obra, soy, por el contrario, un buen ejemplo de lo que no debería hacer un arquitecto que quiera de veras serlo…» para añadir más tarde que en el examen de ingreso en la Escuela de Arquitectura de Madrid fue suspendido doce veces en dibujo de estatua y conservaba una comunicación oficial en la que decía»se me negaba la posibilidad de cursar la carrera de Arquitectura «por inepto para las Bellas Artes«

En una exposición del ICO, la Belleza de lo Descomunal, a las que pertenecen algunas de las fotos de este artículo, permitía apreciar juntas las obras de este autor, las actuaciones en salas de turbinas, el verdadero corazón de una presa hidroeléctrica, los accesos y edificios anexos. La implicación del autor en los proyectos es total, diseña fachadas, colores, barandillas, salas de turbinas, elementos de remate, ménsulas, grandes murales, etc…

Imágenes de la exposición “LA Belleza de los Descomunal” de Fundación ICO

Vaquero Turcios nació en Madrid, en 1933, de su padre heredó y compartió el amor al arte y sus viajes, desde desde muy joven, por lugares que le influyeron profundamente en su formación, como México, Egipto o Italia donde se establecieron en 1950. Allí estudia arquitectura, pintura al fresco, grabado, mosaico y vidriera.

Su curiosidad y la pasión por los materiales le llevará a experimentar con todas las técnicas y soportes destacando en la pintura, el muralismo y la escultura pública. Ha recibido numerosísimos premios y reconocimientos. Académico de Bellas Artes de San Fernando, impartió cursos y conferencias, y frecuentó la escritura de artículos y libros.

Vaquero Turcios destaca por su maestría en la pintura, escultura y arquitectura, artes integrales que elevó en síntesis a una cuarta dimensión “al remitirlas a la creación de un espacio urbano con la intención de que llegara o perteneciera más a la sociedad, de que fuera más comunitario”

Trabajó sobre la idea del arte para usar, del arte necesario, del arte que muestra la naturaleza de las cosas, dirigiéndose “al observador inteligente y sensible arrebatado por la pasión y la curiosidad hacia el mundo y el hombre”.

Su colaboración con su padre comenzó en 1955 en la central eléctrica asturiana de Grandas de Salime, en Navia, realizando también dos frescos paralelos de grandes dimensiones que ocupan toda la longitud de la sala de máquinas. Años más tarde trabajaron de nuevo juntos en otra central eléctrica, la de Tanes, en la que decoró la bóveda de una gran nave subterránea a trescientos metros de profundidad en el interior de la montaña.

Del pintor se describe “ fabrica unos objetos planos, silenciosos, inertes que, en la mayor parte de los casos, permanecen así. Pero, excepcionalmente, parecen irradiar una cierta energía inefable creando un campo de influencia, un área emocional en la que nos sentimos involucrados y que da la sensación de extenderse a ambos lados de la membrana osmótica de su superficie. Esos trozos de tela o de tabla coloreados resultan entonces algo más complejo y misterioso de lo que parecería a juzgar por su aspecto, pues no son necesariamente portadores de mensajes, ni resulta seguro que los mismos sentimientos que su autor vertió en ellos puedan ser transmisibles. Actúan más bien como catalizadores de emociones y sensibilidades que llevaba el espectador en suspensión sin saberlo”.

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LAS OBRAS

Las obras sirven para aquello a lo que no damos importancia pero que es tan necesario como la vida, el suministro de agua y electricidad a poblaciones del norte peninsular, que parecen siempre verdes, pero con cada vez más problemas de abastecimiento, como el resto del país.

De ríos caudalosos, cortos, y con gran desnivel, tratar de regular los ríos del norte de España supuso en su momento un enorme desafío a la ingeniería de obras públicas, un germen de empresas ahora exitosas que participan en obras como las del Ave a la Meca o el segundo Canal de Panamá.

 

Actuaciones en las estaciones de MIRANDA, PROAZA, ABOÑO Y TAMES (Fuente Fundación ICO)

No hay que olvidar su función, dotar a la población de agua y energía, regular los otrora dañinos y letales cursos de agua. Cumplir el control de control de la naturaleza que nos es imprescindible para la vida.

GRANDAS DE SALIME

El proyecto general de la obra fue llevado a cabo por el ingeniero de caminos, canales y puertos Enrique Becerril y el arquitecto ovetense Joaquín Vaquero Palacios, que será quien se encargue de la parte arquitectónica del proyecto y dotará a la obra de una dimensión artística, convirtiendo un complejo industrial en una obra de arte, donde arquitectura, pintura y escultura formaran parte de un mismo todo. En su momento, la construcción fue considerada una obra de absoluta prioridad para el país e indispensable para mejorar el suministro de energía en las zonas de Galicia, Asturias y Cantabria, territorios en donde se extendía el mercado de las dos empresas promotoras, Hidroeléctrica del Cantábrico y Electra de Viesgo.

La presa construida fue del tipo gravedad, de planta curva, con radio de 400 metros. Tiene una capacidad de 265,60 hectómetros y 128 metros de altura.

El cemento necesario para la fabricación del hormigón requerido se producía a pie de obra, así que se construyeron varios silos y tolvas y se hizo necesaria una cantera en las cercanías que les abasteciese con piedra suficiente. Para el aprovisionamiento de otros materiales se tuvo que proyectar un teleférico que cubriera el trayecto desde la costa y así evitar el tránsito de unos cien camiones de diez toneladas a través de la deficiente carretera. El teleférico arrancaba desde el puerto de Navia, tenía 36 km. de longitud y en su momento fue el mayor de España.

Por supuesto, también fueron necesarios la construcción de almacenes, carreteras, planos inclinados, y otros elementos complementarios para la buena ejecución de las obras. En las cercanías, se construyeron cuatro poblados para albergar a los más de 3.500 obreros -en realidad, presos condenados a trabajos forzados- venidos de otras regiones España, principalmente de Andalucía.

Sea un privilegiado sin salir del país.

 

FUSION DE ARTE, INDUSTRIA Y ARQUITECTURA

Bajo el aliviadero de su presa se sitúa una central hidroeléctrica a la que el genial arquitecto, pintor y escultor puso todo su arte. Además, en el empeño de unir funcionalidad y estética, involucró también a su hijo, Vaquero Turcios, que trazó murales descomunales en el interior de la sala de turbinas, colgado de una plataforma desde el puente grúa de la central.

El éxito de dicha intervención, que se finalizó en 1955, supuso el comienzo de una serie de proyectos en Asturias que convirtieron varias centrales hidroeléctricas en poco menos que espectaculares museos de arte contemporáneo.

Si en Grandas de Salime Vaquero Palacios se encargó de los relieves de fachada, de los escultóricos miradores sobre la presa y del mobiliario, en la central de Miranda (1958), en las aguas del río Somiedo, fue el responsable de esculpir enormes figuras de titanes sobre las chimeneas de ventilación.

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Unos años después, el mismo autor creó en Proaza (1961/64) una obra de arte total, diseñando fachadas plegadas, incrustando relieves simbólicos y creando interiores futuristas.

En resumen, un inmenso legado artístico ubicado en lugares recónditos, pero accesibles, y que es visitado cada año por miles de personas interesadas en unas instalaciones que siguen operativas hoy en día.

Comprobamos por lo tanto que además de la colaboración formal entre arquitectos e ingenieros durante los años sesenta, todas estas obras hidroeléctricas presentaban una particularidad estética, que incluía la participación de destacados creadores de la segunda mitad del siglo pasado.

Así, los arquitectos se convirtieron en promotores y protectores de los artistas, demandando que el arte contemporáneo ocupase una posición clave dentro del proyecto y trabajando conjuntamente para la elaboración de una obra integradora y total. Algo no demasiado complicado en el ámbito industrial, donde incluso las corrientes estéticas más vanguardistas, ligadas a la geometría y las teorías matemáticas, fueron bien asimiladas por todos sus actores.

Mientras los artistas daban solución a determinados aspectos del diseño, como la escala, la economía de medios y las demandas programáticas del edificio, los arquitectos e ingenieros favorecían la generación de recintos con significado a través del arte

PROPUESTA DE BIC

En el año 2002, se procedió a la selección de cuarenta y nueve bienes industriales de entre las propuestas presentadas por las diferentes Comunidades Autónomas. En el caso del Principado de Asturias fueron seleccionados tres: el Salto de Grandas de Salime, el Pozo Santa Bárbara (Valle de Turón) y la Fábrica de gas y electricidad de Oviedo. Con carácter previo a la mencionada selección, el Salto de Grandas de Salime había sido catalogado e incluido en el Registro de la Arquitectura Industrial de Asturias, adscrita al Movimiento Moderno. Asimismo, la Central de Grandas de Salime ha sido también incluida en el Catálogo Urbanístico de Grandas de Salime, elaborado en el año 2006.

Con respecto a la intervención desarrollada por Joaquín Vaquero Palacios en la Central de Grandas de Salime, “se desprende de la misma una complacencia en las tecnologías de la industria, a partir de la sabía combinación de lo estético y lo utilitario, así como una conjugación de los fines prácticos, económicos y armónicos, en aras de una revitalización del arte, la arquitectura y la ingeniería”.

No es nada fácil llegar hasta las diferentes ubicaciones de las presas y centrales eléctricas de SALIME, MIRANDA, PROAZA, ABOÑO y TANES, construidas entre 1954 y 1980 (cada una merecería un artículo), pero desde luego si merece la pena llegar hasta ellas, por la naturaleza, la historia, la ingeniería, la arquitectura y el arte.

Un arte apreciado sólo por los operarios de mantenimiento, ingenieros, y los ocasionales visitantes, una puesta en valor de la ingeniería que podría ser sólo funcional, pero que resulta espectacular y hermosa.

Si pueden viajar a estos espacios, la ingeniería el arte y la naturaleza que podrá disfrutar hará que disfrute un lujo, reservado sólo para unos pocos.

Santiago Durán García

Arquitecto Técnico (UPM) MDI Máster En Dirección Inmobiliaria (UPM) EEM Gestor Energético Europeo (UPM European Energy Manager)

618.519.717 www.sduran.es /santiagodurangarcia@gmail.com /LinkedIN Santiago Durán

BIBLIOGRAFIA y SITUACION DE LAS OBRAS:

Tesis Doctoral PATRIMONIO INDUSTRIAL HIDRÁULICO. PAISAJE, ARQUITECTURA Y CONSTRUCCIÓN EN LAS PRESAS Y CENTRALES HIDROELÉCTRICAS ESPAÑOLAS DEL SIGLO XX Javier MOLINA SÁNCHEZ Arquitecto.

 ARTE, DISEÑO Y ARQUITECTURA INDUSTRIAL EN LA LABOR DE JOAQUÍN VAQUERO PALACIOS (1900-1998)

Natalia TIELVE GARCÍA   NORBA, Revista de Arte, vol. XXXI (2011) / 111-131

Narciso Hernández Vaquero Salto y Central Hidroeléctrica de Grandas de Salime 20 ENERO, 201723 FEBRERO, 2017

Discursos Real Academia de Bellas Artes de San Fernando Joaquín Vaquero Turcios
Registro de patrimonio industrial en Asturias

CARTEL de Asturias, sus paisajes y Monumentos de Joaquín Vaquero Palacios.

CARTEL de Asturias, sus paisajes y Monumentos de Joaquín Vaquero Palacios.

 

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Santiago Durán
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