22/11/2024 06:48
Getting your Trinity Audio player ready...

De las rutas comerciales primitivas conocemos nombres como Zhang Qian, pionero en la colonización y conquista de la Región de Sinkiang y que abrió la ruta de la seda; Marco Polo; Vasco de Gama o Cristóbal Colón, entre otros. En este artículo hablaremos de aquellas otras rutas, no tan famosas como la de la Seda, pero que sirvieron para que el comercio se desarrollara en todo el mundo. Con ellas Oriente y Occidente intercambiaron productos y globalizaron el comercio mundial.

La ruta del incienso iba de Egipto a la India a través de Arabia. Ya aquí, en barco por el mar Mediterráneo, llegaba a Europa. Hay evidencia de que comenzó en el siglo III a.C. Además del incienso, también se transportaba mirra árabe, especias indias, ébano, seda, oro, pieles y tejidos finos. Esta ruta tuvo una extensión de 2.400 kilómetros. En total se contabilizaron 56 paradas para descansar y recuperar fuerzas. Fue un viaje de 6 meses. La ruta desapareció en el siglo II d.C. 

Se sabe que esta ruta era movida por caravanas de camellos. Algunos con más de 3.000 camellos. Podemos hacernos una idea de estas macro caravanas que deberían ser espectaculares. Leemos en The Cambrige History of Africa… 

“El comercio con Arabia y la India de incienso y especies se hizo cada vez más importante y los griegos por primera vez comenzaron a comercializar directamente con la India. El descubrimiento o redescubrimiento de la ruta marítima a la India se atribuye a un tal Eudoxo de Cizo, que fue enviado para cumplir este propósito hacia el final del reinado de Ptolomeo VII (fallecido en 115 a. C.). Eudoxo hizo dos viajes a la India y después de luchar con sus patrones ptolemaicos, pereció en un intento fallido de abrir una ruta marítima alternativa a la India, libre del control ptolemaico, navegando alrededor de África. El establecimiento de contactos directos entre Egipto e India probablemente fue posible por el debilitamiento del poder árabe en este período, por el colapso del reino sabaco del suroeste de Arabia y su reemplazo por el reino himyarítico alrededor del año 115 AC. Las importaciones en Egipto de canela y otras especias orientales, como la pimienta, aumentaron sustancialmente, aunque el comercio en el Océano Índico se mantuvo en este momento en una escala bastante pequeña, no más de veinte barcos egipcios se aventuran a salir del Mar Rojo cada año”. 

El declive de la ruta del incienso se debió a la evolución del comercio, ligado al tráfico marítimo. Este factor nos lo demuestra Estrabón asegurando que, a finales del siglo I a.C., hasta 120 barcos romanos viajaron desde el puerto egipcio de Myos Hornos hasta los puertos de la India.

LEER MÁS:  Porfirio Rubirosa Ariza. Por César Alcalá

 

La ruta de la especie está vincula a Vasco de Gama. En un primer momento el comercio de la especie estuvo ligado a los árabes. Estos se encargaban de transportar o actuar como intermediarios. Tal era el mercado con estos productos, como la pimienta, la canela, la nuez moscada, que se vendía a precios desorbitados. El comercio de la especie enriqueció a muchos comerciantes. 

Es por ello que en el año 1497 la corona portuguesa pidió a Vasco de Gama que buscara una ruta para llegar a la India y poder traer directamente estas preciadas especies. Partió el 8 de julio de 1497 al mando de cuatro barcos y doscientos hombres. Los barcos siguieron la costa africana a través de la isla de Tenerife y del archipiélago de Cabo Verde hasta alcanzar la costa de la actual Sierra Leona. Desviándose de la ruta habitual, Vasco de Gama giró sus naves hacia el sur, a océano abierto, cruzando la línea del Ecuador y buscando los vientos del oeste del Atlántico Sur. 

Después de más de tres meses de navegación, y más de 6.000 kilómetros en mar abierto, los expedicionarios llegaron a la isla de Santa Elena, casi en el extremo de África, donde repararon las naves, seriamente dañadas por las tormentas, y se aprovisionaron de víveres y de agua. 

Vasco da Gama logró llegar a algunos acuerdos comerciales con el reino de Calicut y obtuvo una carta escrita en hoja de palma por el propio zamorín dirigida al rey de Portugal. En ella, el monarca indio ofrecía al rey Manuel I canela, pimienta, clavo, jengibre y piedras preciosas a cambio de oro, plata, coral y telas purpúreas. 

A partir de ese momento, Portugal se convirtió en el único importador de especies. Su monopolio se extendió desde 1506 hasta 1570. Era un negocio muy suculento, pues durante esos años se importaron 1.000 toneladas. Por eso británicos, holandeses y españoles intentaron romper el monopolio portugués. Hubo diferentes enfrentamientos por la hegemonía de la ruta hasta que, en 1663, los holandeses se apoderaron de la ruta fundando la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. Distribuyeron, vendieron e impusieron el precio. En 1769, un francés tomó una plántula de nuez moscada de la Isla de las Especies y la plantó en las Islas Mauricio. Allí empezó a cultivarlo y rompió la hegemonía holandesa.

LEER MÁS:  Juana Enríquez, reina castellana de Aragón, madre de Fernando el Católico y "bestia negra" de Cataluña. Por Rafael María Molina

 

La ruta Nueva España también era conocida como el Galeón de Manila, ya que así se llamaban los barcos españoles que cruzaban el Océano Pacífico. Esta ruta fue descubierta por Andrés de Urdaneta en 1565. Partía desde las Islas Filipinas, cruzaba el Pacífico, llegando al puerto de Acapulco. Por vía terrestre el material fue transportado hasta el puerto de Veracruz. De allí a La Habana para terminar en los puertos de Sevilla o Cádiz. Se realizaban dos viajes al año, trasportándose especies chinas, japonesas, porcelanas, sedas y productos de lujo. 

En el siglo XVII hacían la ruta del Galeón de Manila el San Diego, hundido en el 1600; el San Francisco, hundido en 1609; la Concepción, hundido en 1638. En el siglo XVIII lo hicieron Nuestra Señora de la Guía; Santísimo Cristo de la Misericordia y San Francisco de las lágrimas; Nuestra Señora de Covadonga; Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza; Nuestra Señora del Rosario y los Santos Reyes; Nuestra Señora del Rosario y San Juan Bautista; Santísima Trinidad y Nuestra Señora del Buen Fin. La ruta terminó en 1855 como consecuencia de la Guerra de Independencia de México. 

Las rutas de la Corona de Aragón eran dos: la de Poniente y la de Levante. La ruta de Poniente partía de Barcelona y unía los puertos de Brujas y Londres. Se exportaban productos de toda la Corona de Aragón. Al puerto de Barcelona llegaban tejidos de lana y metales. Con ellos se fabricaron armas, armaduras y corazas. La ruta de Levante fue la más importante desde el punto de vista económico. Los puertos de destino fueron Beirut, Alejandría y Constantinopla. Por esta ruta llegaron las especies y la seda a Europa. Antes de llegar a Barcelona y antes de viajar a Beirut, los barcos atracaron en los puertos de Alghero, Messina, Palermo y Candia (Creta).

Autor

César Alcalá