29/09/2024 00:04

Hoy he conocido a través del diario La Razón que la Guardia Civil se retirará del recinto del denostado, abandonado y maltratado monumento que había llegado a tener más visitantes que el Monasterio de El Escorial, en los años en que 1 millón de ellos se consideraban cifras razonables para cada uno de dichos centros, sitos en el término municipal de San Lorenzo de El Escorial.

La noticia no por inesperada me ha hecho rememorar la época de la apertura del Valle de los Caídos, allá por 1959. El mes de Julio de ese año y por disposición del Ministerio de Gobernación, hoy del Interior, se crea un destacamento formado por un sargento, un cabo y 10 guardias para la “vigilancia y orden interior del Monumento Nacional”. Esas eran las palabras frías de su creación, la llegada de estos y de sus familias, supusieron un incremento de la población, sin contar monjes y escolanos, de aquel barrio de San Lorenzo que acababa de surgir en las estribaciones del Risco de la Nava y que estaba formado por trabajadores del Patrimonio Nacional, con sus familias y que estrenaban las casas adosadas y recién construidas para ellos, una escuelita mixta para los hijos e hijas tanto de Guardias civiles como de dichos empleados Públicos, un economato y poco a poco, un bar, un pequeño campo de futbol y unos columpios.

Hoy leía lo de la Ley de vivienda y los problemas de los españoles para encontrar una asequible. Allí quedan 60 viviendas abandonadas a su suerte, dejando que se caigan por que es el Valle de los Caídos, ya no las necesitará La Guardia Civil ni a los trabajadores de Patrimonio Nacional, en breve.

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No había cuartel con el cartel de “Todo por la Patria”, no vivían aparte, vivían en la casa de al lado, puerta con puerta, patio con patio, eran uno más en el Valle, uno más en la partida de cartas en el bar, uno más en la misa que los Benedictinos celebraban en la escuelita los Domingos, uno más para ir a apagar el incendio cuando sonaba la campana, uno más para asistir a ver el partido de futbol en las escasísimas televisiones en casa de quien la tuviese en principio o luego en la comunitaria del Bar, hoy calcinado, incluso Guardia Civil-Practicante, ATS actualmente, uno más para hacer los recados del olvido, si salían del recinto, uno más para que el domingo, El Chati, famoso peluquero de San Lorenzo, te cortara el pelo en tu casa o comprar lo que el Sr. París traía en su furgoneta.

Allí vivíamos, los Piquero, los Cid, los Díaz, los Manzano, los Parra, incluso recuerdo al Lute, un simpatiquísimo Guardia Civil que había tenido “la suerte” de recibir dicho mote y que llevaba con una dignidad pasmosa, y con ellos, los Garrido, Herranz, Albarrán, De Córdoba, Del Campo, Zarco, todos juntos, vecinos del barrio, alumnos de la escuela, contrincantes en los Madrid-Atleti, parejas de mus, carpinteros, limpiadoras, mozos, administrativos, guardias civiles, ordenanzas, guías, forestales, albañiles, canteros, electricistas, maestros, fontaneros, jardineros, familias.

También hay que decir que con ellos afrontamos tres atentados terroristas, Grapo, ETA, ellos con más preocupación, si cabe. No vivían en una España distinta, esto ha sido la Guardia Civil del Valle. Los recuerdo con su uniforme azul, sí, sí, azul y su gorra de plato o con su uniforme de gala, portando alabardas.

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Hoy acaba la Guardia civil en el Valle, pero la noticia era que quedaban cinco Guardias Civiles y que del Patrimonio Nacional unos pocos más (20) y viviendo en el barrio no más de 10. Fin de un tiempo, de una vida. Abandono, desidia, mala Memoria, política mal entendida, fondos públicos que no importan, ignorancia de la historia, del arte, de España.

Pero no quiero quedarme sin decir que en mi familia como en la de tantos españoles ha habido médicos, jardineros, abogados, molineros, hosteleros, funcionarios, arquitectos, frailes, historiadores, profesores universitarios, enfermeras, albañiles, agricultores, galeristas y por supuesto muchos Guardias Civiles.

VIVA LA GUARDIA CIVIL.

 

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Carlos Zarco
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Constantina Berganza

Bueno. Habrá que esperar a un cambio de gobierno para invertir los millones que hagan falta y poner al Valle en el lugar que se merece y mejor si cabe.

Sigfrido

EL VALLE DE LOS CAIDOS ES UNO DE LOS MONUMENTOS MAS IMPORTANTES DEL MUNDO, HAY QUE DARLE EL ESPLENDOR QUE TAL MONUMENTO SE MERECE, YA QUE SIMBOLIZA, LA CONCORDIA, LA DEMOCRACIA, Y LA SOLIDARIDAD.

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