1964. Una alumna del Internado Benéfico Social “Pilar Bahamonde” de La Coruña, muestra al Caudillo de España y a su esposa un trabajo de confección realizado por ella misma.
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A las once y cuarto de la mañana del viernes día 11 de septiembre de 1964, el Jefe del Estado, Generalísimo Franco llegaba a Guísamo, ayuntamiento de Bergondo distante de la capital coruñesa en unos 16 kilómetros, a fin de inaugurar el nuevo Centro de Investigación, Experimentación, Formación Profesional y Extensión Agraria, Le acompañaban el ministro de Agricultura Cirilo Cánovas y los jefes de sus casas Civil y Militar, Conde de Casa Loja y Teniente General Samaniego.
Inmediatamente después, de descender del vehículo, el Caudillo saludó al cardenal arzobispo de Santiago, Fernando María Quiroga y Palacios; al vicepresidente del Gobierno, Capitán General Agustín Muñoz Grandes y a los ministros del Ejército, Teniente General Camilo Menéndez Tolosa; Marina, Almirante Pedro Nieto Antúnez; Industria, Gregorio López Bravo; Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne y Secretario General del Movimiento, José Solís Ruiz, así como a las primeras autoridades coruñesas y otras personalidades civiles, militares y eclesiásticas, que aguardaban su llegada en el patio del pabellón central del nuevo centro.
Desde mucho antes de la hora señalada para la llegada del Caudillo, más de tres mil personas, procedentes no solo del propio ayuntamiento de Bergondo sino de Betanzos, Sada, Oleiros y otros cercanos, se habían estacionado a las puertas del Centro de Extensión Agraria, que iba a ser inaugurado. La llegada del Generalísimo fue saludada con grandes aplausos, vítores, aclamaciones y gritos de ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco!, a los que el Caudillo de España correspondió con saludos y una amplia sonrisa.
Inmediatamente después, el Jefe de Estado, autoridades y séquito entraron en dicho pabellón, donde se encontraban ubicados el laboratorio y las oficinas. El cardenal arzobispo bendijo las instalaciones y, seguidamente, el Caudillo descubrió una placa conmemorativa de la inauguración, y el ministro de Agricultura pronunció un discurso, en el que, entre otras cosas, dijo que para recobrar cien años perdidos era preciso no sólo movilizar ingentes medios de reconstrucción en todos los órdenes de la vida nacional, sino crear un clima de ilusión que tensara las voluntades y despertase las legítimas ambiciones del pueblo español.
“Hoy”, continuó el ministro Cirilo Canovas, “al cumplirse los veinticinco años de paz, la nación puede formular sosegadamente uno de los balances más positivos de toda su historia”.
“En Galicia, Excelencia, había que enfrentarse con problemas de fondo, dimanantes del profundo atraso de su principal actividad económica: la agricultura. De vuestra mano ha salido ese programa de expansión agraria, cuya marcha comprobáis personalmente todos los años, y que mantiene en comunión de fines y esfuerzos al paisano gallego y al técnico agronómico, forestal y ganadero. Los logros de tal programa aparecen sucinta aunque expresivamente reflejados en la exposición qué seguidamente vais a honrar con vuestra visita.”
“Respecto a este centro que hoy inauguráis es, sin duda, el primero que en España acoge en íntima colaboración a la ciencia investigadora, a las lecciones de la experiencia y a los anhelos y esperanzas qué brindan la formación profesional y la extensión agraria.”
“Grande y profunda es, pues, la significación de esta nueva obra que, situada dentro de la provincia de La Coruña, constituirá, a no dudar, un foco de irradiación para todo el campo gallego. Tened la seguridad de que todos cuantos aquí han de trabajar —hombres de ciencias, técnicos y divulgadores— tienen noción exacta de las responsabilidades que les alcanza en la sugestiva tarea de dar una nueva fisonomía a la agricultura galaica. De este recinto saldrán remedios e iniciativas para las necesidades agrícolas, ganaderas y forestales de la región y hombres capacitado para aplicar las nuevas fórmulas que el campo reclama”.
Finalizado el discurso del señor Cánovas, el Caudillo visitó los campos de experimentación y edificios agrícolas de la finca, deteniéndose en los gallineros, cochiqueras, departamento de los sementales, vaquería nave de ordeño, nave de industrias lácteas y otros departamentos, instalados con maquinaria y procedimientos modernísimos, hasta el punto de ser el centro el único en España que tenía las vacas sin estabular y el primero en nuestra nación que disponía de una planta automática de ordeño.
A continuación, Franco se dirigió a la Escuela de Capataces Agrícolas, qué tenía capacidad para 160 plazas, en régimen de internado, con aulas, capilla, salón de actos, dormitorios y comedor. El Generalísimo quedó gratamente impresionado por el nuevo centro del que hizo varios elogios. Posteriormente visitó una exposición de las diversas actividades agrarias que el Ministerio de Agricultura venía realizando en la provincia coruñesa.
En el interior del edificio de la Escuela de Capataces Agrícolas, fue servida a todos los asistentes una copa de vino español.
El Centro de Investigación. Experimentación, Formación Profesional y Extensión Agraria de Coruña era sin duda una obra muy notable e importante. Había sido realizada en un plazo de cinco meses y su coste se elevó a un total de 51 millones de pesetas, de los cuales la construcción e instalaciones supusieron un desembolso de 42 millones, y el resto se invirtió en material científico. Los terrenos los aportó la Diputación Provincial de La Coruña, y la obra había sido financiada con cargo al Plan de Expansión Agraria de La Coruña. Las diversas construcciones ocupaban 30.000 metros cuadrados y el conjunto cuarenta y cinco hectáreas, de las cuales dos y media eran caminos; seis, de árboles frutales, y el resto cultivo de la vega.
Finalizado el ágape, el Caudillo se despidió de autoridades y abandonó el recinto entre las aclamaciones, vítores y aplausos de la gran muchedumbre que se había congregado en las inmediaciones del nuevo centro, y en compañía de su esposa, que acababa de llegar al recinto, se dirigió al Internado Benéfico-Social “Pilar Bahamonde”, situado en la zona de Río de Quintas del Ayuntamiento de La Coruña En su recorrido, las gentes que advirtieron el paso de la comitiva del Jefe del Estado, salieron a la carreteras para hacerle objeto de vivas muestras de afecto, adhesión y simpatía.
Pasada la una de la tarde, el Caudillo y su esposa Carmen Polo, llegaban al Internado Benéfico Social “Pilar Bahamonde”, que se llamaría así en recuerdo de la madre del Generalísimo, situado en el lugar de Rio de Quintas, en la parroquia del Elviña del ayuntamiento de la Coruña, a fin de proceder a su inauguración.
Esperaban la llegada del Caudillo de España y esposa, Pilar Franco, hermana del Caudillo; los ministros de Educación Nacional, señor Lora Tamayo; de Justicia, señor Iturmendi Bañales y de Trabajo señor Romeo Gorría; Director General de la Vivienda Enrique Salgado Torres; el que fuera alcalde de La Coruña, Sergio Peñamaria de Llano, gran benefactor de la obra, así como las esposas del vicepresidente del Gobierno y de los ministros de Justicia, Ejército, Educación Nacional, Trabajo y Obras Públicas. Se hallaban también presentes diversas autoridades y personalidades de La Coruña, la Madre General de las Oblatas, sor Catalina del Corazón de María; madre Mercedes, superiora del internado; madres superioras de otras casas Oblatas y una representación de religiosos Pasionistas y Redentoristas.
En la explanada del edificio, que lucía engalanado con profusión de Banderas Nacionales, las niñas acogidas en dicho centro, que regía el Patronato de Protección de Menores y Protección de la Mujer, prorrumpieron en vítores al Caudillo, y acto seguido, en compañía de la Madre General y de la Madre Superiora, el Caudillo Francisco Franco y su esposa entraron en el inmueble. Doña Carmen Polo de Franco fue obsequiada en ese instante con un ramo de flores.
En el vestíbulo, la Madre Mercedes, superiora del internado, pronunció unas emotivas palabras, en las que destacó los vínculos de afecto que la habían unido a la madre del Jefe del Estado. Señaló las virtudes que adornaban a la ilustre dama y dijo que durante toda su vida soñó con tributarle un merecido homenaje que sirviese para perpetuar su memoria. “Hoy Excelencias”,-finalizó la madre Superiora-, “es un día de júbilo para el internado y del que guardaremos una imborrable huella.”
Seguidamente el Caudillo y su esposa recorrieron las diversas instalaciones del centro, deteniéndose en el rellano de la escalera principal, doble y de madera, coronada por una vidriera de colores en el techo. que comunicaba interiormente las tres plantas del edificio, para admirar un busto en mármol de doña Pilar Bahamonde, que se había instalado bajo una hornacina.
- El Generalísimo Franco inaugura en Guisamo (Bergondo), el Centro de Investigación, Experimentación, Formación Profesional y Extensión Agraria.
El Jefe del Estado, su esposa, autoridades y séquito, recorrieron posteriormente la planta baja del inmueble, donde se encontraban los comedores y cocinas; la primera en donde estaban las salas de clases de labor, literatura, corte y confección, además de la capilla; y la segunda, con amplios dormitorios y sala de enfermería. En un salón del centro, el Caudillo y su esposa pudieron comprobar los trabajos textiles que varias de las alumnas les mostraron.
Terminada la visita, el Caudillo y su esposa abandonaron el centro, siendo despedidos con visibles muestras de afecto y simpatía por todos los presentes. Antes de abandonar el centro, el Jefe del Estado, en el patio exterior, posó gentilmente, para los fotógrafos, acompañado de la Madre General, la Madre Superiora, y demás madres de la comunidad oblata.
Internado Benéfico Social “Pilar Bahamonde”
El internado constituyó un modelo en su género. Había sido concebido para preservar moralmente a las acogidas en el centro, y cuyas edades oscilaban entre los 16 y 21 años. Hasta aquel instante, el internado había venido funcionando precariamente, en una casa en el Portazgo, próxima al local que el Caudillo inauguraba ese día. El nuevo centro tenía 3.600 metros cuadrados construidos, casa anexa de 700 metros y 8.000 metros cuadrados más de patios y jardines. Ofrecería clases de primera y segunda enseñanza, a cargo de catorce Madres Oblatas que residirían en el propio centro. Las Madres Oblatas contaban en esos momentos en España con veinticinco centros similares al “Pilar Bahamonde”. Para su sostenimiento, las Madres dispondrían para su venta del producto de los trabajos de corte y confección que realizarían las internadas, además de donativos y subvenciones por parte del Estado.
Paralelamente, aquella misma mañana del 11 de septiembre, los ministros de Obras Públicas, Jorge Vigón y de Industria, Gregorio López Bravo presidían, en el edificio central de FENOSA, en La Coruña, la imposición de cruces y encomiendas del mérito civil a personal de la empresa que se habían distinguido notablemente en la ejecución de los trabajos de proyección, dirección y construcción de la gran presa y salto de Belesar. Pedro Barrié de la Maza dio las gracias en nombre de FENOSA y seguidamente los ministros prendieron las condecoraciones en los pechos de las siguientes personas: la Gran Cruz del Mérito Civil fue para el director general de FENOSA, Benigno Quiroga y para el ingeniero Luciano Yordi de Carricarte. A Javier Moreno, se le impuso la Encomienda de número, mientras que la encomienda sencilla fue para los ingenieros Manuel de Blas, Luis Fernando Quiroga y Jesús Mateo.
P/D: En 2003, tras iniciar su labor realizada en La Coruña, en 1956, las Oblatas del Santísimo Redentor, ante la falta de vocaciones religiosas, decidieron cerrar el Hogar “Pilar Bahamonde” y repartir a las cinco monjas que quedaban en el mismo por otros centros que la congregación tenía en otros lugares de Galicia. En 2007, el convento-hogar fue adquirido por el antiguo jugador del Real club Celta de Vigo, el ruso Valeri Karpin, con la intención de edificar viviendas en aquellos terrenos, algo que le resultaría imposible, debido al plan general de urbanismo de La Coruña, que señaló al convento con suelo urbano consolidado pero con uso dotacional privado.
En 2010 la propiedad que había adquirido Karpin, pasó a manos de una entidad bancaria. En agosto de 2011, el antiguo centro benéfico de las Oblatas fue asaltado por un grupo de okupas, que serían desalojados por la Policía, tras un proceso judicial. Tras ello, un nuevo propietario, que lo adquirió en 2013 a la entidad bancaria por un millón quinientos mil euros, quiso dedicarlo a uso hospitalario, educativo u hotelero, sin llegar la idea a buen fin. En 2015, salió de nuevo a la venta a través de una inmobiliaria por el precio de tres millones trescientos mil euros. En la actualidad el inmueble esta tapiado en todas sus entradas y dotado con video vigilancia y no volvió a ser ocupado.
Escribo este artículo, al amparo de la infecta, criminal, malvada, canallesca, mentirosa, llena de odio, de división entre unos españoles y otros; profanadora de cadáveres de héroes de nuestra historia, manchada con la sangre de las víctimas del terrorismo, a quienes desprecia, un auténtico fraude de ley, que ataca la unidad de España, la verdad, la libertad, la historia de nuestra Patria; que pretende por ley obligar a los españoles a pensar lo que quiere este gobierno corrupto, traidor y estulto y que incluso ataca de forma ignominiosa al patrimonio cultural, histórico y artístico de España, siendo su único y malévolo fin deslegitimar un régimen, el del Generalísimo Francisco Franco, que llevo a España a convertirse en la novena potencia industrial del mundo y de él que emanó la actual Jefatura del Estado, -no lo olvide Majestad-, llamada, de forma burda y grosera, ley de “memoria democrática”, de la cual me declaro beligerante y desafiante, recientemente aprobada, que en un párrafo textual de su sectario preámbulo dice: “El conocimiento de nuestro pasado reciente contribuye a asentar nuestra convivencia sobre bases más firmes, protegiéndonos de repetir los errores del pasado. La consolidación de nuestro ordenamiento constitucional nos permite hoy afrontar la verdad y la justicia sobre nuestro pasado. El olvido no es opción para la democracia”.
ESTA ES MI MEMORIA Y A ESO ME ACOJO. EN DEFENSA DE LA VERDAD. SIN MIEDO A NADA NI A NADIE. LA MEMORIA NO PUEDE ESTAR SUJETA A NINGUN TIPO DE LEY. ES ALGO CONSUSTANCIAL CON LA PROPIA PERSONA. NO ME VOY A CALLAR Y ME REBELO ANTE ESTE ATROPELLO DE UNA LEY ANTICONSTITUCIONAL, ABERRANTE, SOVIETICA, QUE ATACA LA LIBERTAD PERSONAL, ÚNICAMENTE PROMULGADA PARA MANTENER LA FALSA VERSION DE LA IZQUIERDA -POR ELLO NECESITAN UNA LEY QUE AMENACE CON MULTAS Y ATOSIGUE CON EL TEMOR- PARA DISTORSIONAR, PUES NO PUEDEN REBATIR, EN ABSOLUTO, LA VERDADERA REALIDAD HISTORICA DE ESPAÑA.
Autor
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Nacido en La Coruña el 1 de abril de 1957. Cursó estudios de derecho, carrera que abandonó para dedicarse al mundo empresarial. Fue también director de una residencia Universitaria y durante varios años director de las actividades culturales y Deportivas del prestigioso centro educativo de La Coruña, Liceo. Fue Presidente del Sporting Club Casino de la Coruña y vicepresidente de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña. Apasionado de la historia, ha colaborado en diferentes medios escritos y radiofónicos. Proveniente de la Organización Juvenil Española, pasó luego a la Guardia de Franco.
En 1976 pasa a militar en Fuerza Nueva y es nombrado jefe Regional de Fuerza Joven de Galicia y Consejero Nacional. Está en posesión de la Orden del Mérito Militar de 1ª clase con distintivo blanco. Miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, es desde septiembre de 2017, el miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, encargado de guiar las visitas al Pazo de Meiras. Está en posesión del título de Caballero de Honor de dicha Fundación, a propuesta de la Junta directiva presidida por el general D. Juan Chicharro Ortega.
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