21/11/2024 11:57
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BÁRBARA CORCHADO: Esta vez me encuentro en casa de una celebrity sobradamente conocida, Carmen Lomana. Una mujer espléndida y sofisticada en todo lo que concierne al glamour, los buenos modales y la exquisitez en el buen gusto y el vestir. Una mujer que goza de una de las mejores armas que puede tener el ser humano, la positividad. Realmente es una mujer radiantemente positiva.

CARMEN LOMANA: (Sonriente y muy agradecida) ¡Muchas gracias!

B. C.: Carmen, la gente te puede ver de una manera, pero otra cosa es que seas de esa manera. “Los 10 mandamientos de la mujer 11” fue tu primer libro y el segundo “El glamour inteligente”. “Cuestión de actitud” es tu último. ¿Puedes grosso modo contar algo sobre su contenido?

C.L.: Pues es un libro donde se hacen muchas reflexiones, donde hago un paseo por mi vida. Cómo he enfrentado diferentes momentos.

B.C.: ¿Algo autobiográfico?

C.L.: Tiene un punto bastante autobiográfico pero light, quiero decir, no es una autobiografía a corazón abierto, pero sí, sobre todo es cómo enfrentar muchas cosas que te ocurren en la vida. También hago muchas reflexiones. Y una cosa muy chocante, tú escribes un libro, lo mandas a la editorial y luego, al cabo de tres o cuatro meses, publican. Y ya casi se te ha olvidado lo que has puesto, y cuando lo leí me sorprendí muchísimo porque coincidió que salió justo cuando nos confinaron, que no lo pude ni presentar. Lo iba a presentar el 15 de marzo.

B.C.: Lo recuerdo perfectamente. También me invitaste y no fue posible.

C.L.: En el libro hay tantas reflexiones que parece como si yo hubiera intuido lo que iba a pasar. Te voy a leer una porque no te lo vas ni a creer. La gente me iba mandando pantallazos, Carmen, ¡pero esto!, ¿cuándo lo has escrito?

B.C.: ¿Te sorprendió para bien?

C.L.: ¡Sí!, ¡me parece mi mejor libro! O sea, con más profundidad, con más sentido. Te quería leer esto porque yo no me acordaba y me quedé sorprendida, porque tenía mucho que ver con el momento. La primera que me hizo el pantallazo fue mi peluquera. ¡Aquí está! (Busca en su libro me lee el párrafo al que hace referencia) Es importante mantener la humildad en todas las etapas de la vida y darnos cuenta de que por muy poderosos que nos podamos sentir en un momento dado, no controlamos a la naturaleza.

B.C.: ¡¿Premonitorio?!

C.L.: Sí. Totalmente.

B.C.: Hablando del confinamiento, ¿ cómo lo has llevado?

C.L.: Al principio muy mal, o sea, la primera y la segunda semana ¡muy mal! Es que estaba muy asustada, estaba convencida de que en cualquier momento me podía poner mal porque había estado en contacto con muchísima gente que luego dio positivo, y tú sabes que como hacia el 10 de marzo todo era terrorífico, o sea, uno ha dado positivo, el otro se ha muerto… Y yo dije, bueno me encierro y a esperar ya. (Sonríe amarga) Notaba ya todos los síntomas, porque estaba… Y luego pensé, ¿ qué voy a hacer?, bueno pues voy a tomar esto positivamente también y es cuando empecé a ayudar haciendo vídeos para que la gente estuviese entretenida. Y como todo el mundo me decía, ¡Ay Carmen estaba esperando tu vídeo!, porque les ponía vídeos de moda explicándoles un poco, porque no quería solo poner Colección de chaquetas de Chanel, por ejemplo, sino explicar cómo estaban hechas, por qué les ponían esa cadena todo en el filo abajo…, todos los detalles. Chanel, Dior, Prada, les ponía 10 o 15 modelos y les iba explicando la diferencia entre un modelo de alta costura, Prêt-à-Porter. Eran didácticos. La gente estaba encantada. Yo pensaba, no sé si les gustará. Y un día venía del supermercado, que era al único sitio donde iba, que era como ir a la discoteca (ríe irónica). ¡¿Sabes?!, ¡una alegría! Y me encuentro con una persona que me hacía señas mientras hablaba por teléfono y me para, con un poco de lejanía y me dice, estoy hablando con mi madre, está ingresada con neumonía doble. Se ha puesto a llorar cuando le he dicho que te he visto, y me ha dicho que por favor sigas haciendo vídeos, que todos los días es lo único que le alegra la vida cada día, que los está esperando como agua de mayo. O sea, había muerto ya su marido al lado de ella. ¡Esto me dio un subidón! Y empecé a hacer muchas más cosas. A mí todos los días me cambian el mantel, tiene que estar impecable, planchado, las vajillas, porque tengo muchas… Y un día puse una vajilla y dije, ¡qué bonita está la mesa!, e hice un vídeo. ¡Les encantó tanto!, ¡más que la moda y más que nada! ¡Yo me quedé asombrada! Luego decían, la vajilla con comida y entonces les ponía lo que iba a comer. ¡Bueno!, ¡ya fascinadas! Me encontré con un amigo y me dice, me he hecho la tortilla con angulas, y digo, ¿ qué tortilla con angulas?, sí, que lo pusiste en un vídeo. Otra me dice, he adelgazado tres kilos con tus recetas, claro yo no como mucha grasa pero como muy bien. Total, que hubo momentos que sin querer ayudé a mucha gente y para mí fue estupendo, ¿por qué?, porque yo también estaba entretenida, me levantaba, tenía el maniquí, a la Antonieta esta que vestía, los trajes… Y un agotamiento también, claro. Y así fue pasando, con días mejores y días peores, pero creo que fue muy desolador.

B.C.: Creo que nos ha debido pasar a la mayoría. Fueron etapas.

C.L.: ¡Claro! Tienes momentos en los que estás bien, otros en los que te quieres morir pues dices, ¿esto hasta cuándo?, y piensas en la cantidad de gente que está en pisos pequeños. Protesté e hice muchos vídeos en contra de que no dejasen salir a los niños y a los perros sí. Me pareció que habían demonizado a los niños como si fueran una bomba de contagio, cosa ¡totalmente incierta!, lo dijeron por decir. Y los niños, tres meses sin tomar el aire, sin salir de la casa, ¡eso es espantoso!

B.C.: Sí. Cognitivamente les afecta muchísimo.

C.L.: Y los padres también, ¡estaban desquiciados! porque aguantar a niños pequeños un montón en casa es muy complicado. Esto lo critiqué mucho en vídeos.

B.C.: ¿Y las restricciones que tenemos ahora cómo lo llevas?

C.L.: Yo estoy rallada ya, porque ya no me acuerdo si estoy perimetrada, confinada, si esta calle está y la otra no. O sea, estoy hecha un verdadero lío. Los horarios los llevo ideal porque a mí me encanta hacer merienda cena pronto. Algo que he llevado siempre fatal de España son los horarios de cenas.

B.C.: ¡Qué gracia!, también llevo mal eso. ¿Y no echas de menos los eventos nocturnos?

C.L.: Sí. A veces sí. Echo de menos el encontrarme con muchos amigos. Los eventos de moda, de cultura…, te encuentras con una cantidad de gente que si no, no los ves. Entonces eso lo echo muchísimo de menos.

B.C.: ¿Cómo se está haciendo ahora con los eventos? ¿Se están eliminando?, ¿se están ajustando? ¿Qué está sucediendo con todo eso?

C.L.: Completamente. Lo que no se ha eliminado es el teatro, la ópera, todo lo que es ayudar a la cultura, a los actores y a los empresarios.

B.C.: ¿Y todos los eventos de moda que se han eliminado?

C.L.: Solamente hubo una cena muy pequeña que hizo Elle, pero no en un momento como ahora tan malo. Era un momento que estaba todo bastante más tranquilo.

B.C.: ¿Son pérdidas millonarias lo que está habiendo entonces?

C.L.: No solo en el mundo de la moda, yo creo que hay ¡tantos sectores que han sufrido! O sea, tú imagínate los comercios medianos, pequeños, grandes, da igual, que han comprado ya toda la colección de primavera-verano, o bodas, bautizos y tal, y se encuentran que cierran las ciudades, confinamientos. ¡Tienen que tragar todo!, así ¡hasta el 1 de junio!, y el 1 de junio directamente ¿a qué?, directamente a las rebajas. Ahora está pasando lo mismo, se han cargado las rebajas, en otoño ha habido muy poca venta. Eso por un lado, por otro lado ni te cuento el turismo, etc. Lo único que se salva un poco son los restaurantes. En las terrazas la gente puede quitarse la mascarilla, come, habla, tal… Siempre al aire libre, yo no me meto en un sitio cerrado nunca, y así todos los sectores.

B.C.: Pero tienes un organismo a prueba de bombas Carmen. No se te pega tampoco ni un constipado.

C.L.: No, nada, y eso que he pasado frío comiendo en terrazas, pero yo encerrarme en casa todo el día no lo soporto. Tampoco me encierro porque voy a TV.

B.C.: Pero estás rodeada de muchísima gente que tiene el bicho y el mismo te rehúye.

C.L.: Totalmente vamos. Sí. He estado trabajando con compañeros que al día siguiente han dado positivo y que les he dado un abrazo el día de Nochebuena y al día siguiente han dado positivo.

B.C.: Volviendo a tu último libro, ¿lo recomiendas a algún grupo determinado de personas?

C.L.: Creo que va para hombres como para mujeres y también a gente de 15 o 16 años, pero también tengo niñas que lo han leído con 13 o 14 años y que les ha gustado. En la adolescencia yo lo encuentro más difícil.

B.C.: Creo que la aparición hace años en la revista LUNAySOL, fue como un detonante o el trampolín para convertirte en esta celebrity que hoy en día eres ¿verdad? 

C.L.: Probablemente sí. Fueron muchas cosas. Salí en unas páginas de LUNA y SOL contando mis Secretos de belleza en un momento en que yo no era tan popular ni famosa, era una persona conocida en la sociedad, pero no a nivel medios. Y es verdad, yo no sé por qué Concha Gragera se fijó en mí. (Sonríe gustosa). Y se lo agradezco mucho, LUNA y SOL es una revista que me encanta, me ha parecido siempre muy elegante.

B.C.: Con la clase se nace no se hace, ¿puedes explicarlo a propios y extraños?

C.L.: La clase es intangible, con lo cual no se puede explicar. La clase se ve. Se tiene o no se tiene o tú la notas en otras personas, en ti misma no. Yo no sé si tengo clase o no. Lo sé por lo que me dicen los demás, pero no porque yo me mire al espejo y diga ¡qué clase tengo! Además yo creo que en general los seres humanos somos, a no ser que seas muy vanidoso, pero somos bastante autocríticos con nosotros mismos, pero yo estoy bien en mi piel. Yo no me quejo porque digo, es lo que hay, o sea, no tienes más ni menos. Nunca he sido una mujer obsesionada por el físico, ni obsesionada de si estoy o no gorda. Hay mujeres que se martirizan. ¡Es lo peor! porque se convierten en mujeres insoportables. Se obsesionan, no se quieren, se maltratan con regímenes o con operaciones, con mil cosas. Pero la clase es intangible. El glamour también es intangible, pero el glamour se siente, porque tú, en un ambiente muy cutre, muy feo, muy sucio, puedes poner a la mujer o al hombre con más glamour y lo va a perder ahí. O sea, el glamour es una serie de circunstancias que se dan en un momento dado, como puede ser un entorno bello o un paisaje, con una mujer o un hombre especiales, que tienen glamour. ¿Y el glamour qué es?, pues algo también intangible. Es una forma de moverse, de mirar, de estar, incluso de vestirse.

B.C.: En definitiva, quizás, ¿a lo que refieres como glamour es la clase?

C.L.: (Pensativa) No, porque Marilyn Monroe por ejemplo tenía mucho glamour, era muy sexy.

B.C.: Pero no tenía clase ninguna.

C.L.: No tenía clase. Pero Lauren Bacall tenía clase y glamour, era el glamour elegante, no el glamour de Marilyn que era como el sexo, que ya se le salía por los poros, que es otra forma de glamour de…, bueno…, ¿ qué es esto una mujer tan sexy? Hay otras, como Audrey Hepburn que no fue sexy pero tenía un encanto, un glamour, una elegancia… Para mí está muy por encima de lo sexy que pueda ser Marilyn o Sofía Loren, o esas mujeres italianas. No son mi estilo. Encuentro que son de una belleza letal pero no me interesaría ser como ellas.

B.C.: De no ser Carmen Lomana, ¿ quién te hubiera gustado ser o parecerte?

Sonríe con complicidad y queda pensativa.

B.C.: Sabía que iba a ser compleja.

C.L.: Es que yo no soy muy mitómana. Ahora vas a ver la contradicción de los seres humanos. Te he dicho que me gustaban mujeres tipo Lauren Bacall, me parecía fascinante, me encantaba Greta Garbo. Cuando yo era pequeña vi alguna película de ella. ¡Fíjate! del cine mudo casi. Y me parecía una mujer fascinante, ¡cuando era joven!, luego era un espanto. Ahora me gusta mucho Cate Blanchett, me encanta, pero yo no puedo decir ¡quiero ser como Cate Blanchett! porque a lo mejor es odiosa, pero me gusta su estilo. Pero yo, cuando era jovencita, cuando era adolescente, cuando tenía, 12, 13, 14 años, yo moría por Brigitte Bardot; me ha parecido la mujer más moderna, más ideal, más sexy, más mona… Recuerdo una de sus películas, Babette se va a la guerra. La recuerdo bajando por los campos Elíseos en un mini cooper y yo me dije, ¡quiero ese coche! y mi primer coche fue un mini cooper. Claro, Brigitte Bardot era bastante mayor que yo, cuando yo tenía 13 años ella tendría 20, 21 o 22 años. Hay mujeres que me parecen brillantes, admiro mucho a la reina Isabel de Castilla, me parece una mujer con un sentido de estado, con una cabeza, realmente ejemplar. Maravillosa, Arrolladora.

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B.C.: ¿Quién viste de marca y quién viste de mercadillo?, ¿ qué mezcla se puede hacer?

C.L.: Yo creo que hay que hacerlo. Una mujer elegante tiene que vestir de lo que le gusta y le da igual que sea de Zara o de un mercadillo que le ha encantado. Yo he ido nada a un mercadillo, fui una vez, muy poco. Me agobia ver a tanta gente, pero en Saint Tropez hay un mercadillo, en la Place d´Île que me encanta. Ahí me he comprado cosas divinas, hippies… Las llevo y se creen que son de vamos…, de modistos y no. Me gusta mucho mezclar Zara con un bolso birkin Hermès de cocodrilo, ese tipo de mezclas me encanta. Hay firmas en las que también puedes mezclar, puedes ir de total look como es Chanel, admite absolutamente todo.

B.C.: Off de record hemos hablado sobre política y de la cual me has dicho que no te importa hablar. ¿Qué relación tuviste con Vox?

C.L.: En Vox hice un favor. Nunca he sido militante de Vox. Me pidieron para tener visibilidad, que me presentara en la lista de senadores por Madrid, y como sabía que no iba a salir por Madrid, me parecía imposible porque era un partido que ni se conocía, quise hacerles un favor porque eran amigos míos Iván Espinosa y Rocío Monasterio, por ejemplo.

B.C.: ¿Hace cuánto tiempo de esto?

C.L.: Creo que fue en las primeras o segundas elecciones. Saqué muchísimos votos sin haber hecho ni campaña ni nada. Fue impresionante. Si en lugar de presentarme por Madrid me presento por Cuenca, por Burgos… hubiera sido senadora. Fue impresionante vamos. Además, sin hacer campaña, solo he conseguido que fuera trending topic durante una semana, cuando salió Carmen Lomana se presenta por las listas de Vox. Luego ya nunca más estuve en el partido.

B.C.: ¿No te llama la política?

C.L.: La política es lo que más me gusta del mundo, pero hasta el momento no me ha interesado militar en ningún partido porque me quitaría mi libertad a la hora de criticar, de juzgar o hablar sobre esos partidos. Porque yo, por ejemplo, aunque fui muy del PP a la hora de votar, soy de las que voto a lo que conviene a mi país, no tengo un piñón fijo. Cuando he pensado que a lo mejor debería de votar al Psoe porque era un momento indicado lo he votado también, al principio, las primeras elecciones con Felipe González voté al Psoe. Pensé que era bueno para España un gobierno socialista, aunque fuese como experimento. En este momento votaría al PP, uniría a la derecha.

B.C.: Cuándo te refieres de unir a la derecha…

C.L.: … Hombre yo creo que Vox ha hecho mucho daño, pero por otro lado tener una derecha más radical no está nada mal. Ha hecho daño en el sentido de unidad, pero luego siempre han llegado a pactos, en Andalucía están funcionando muy bien, aquí en Madrid también. Creo que Vox se ha portado bien, pero si yo ahora tuviera que votar en elecciones de verdad te lo digo, votaría al PP. Creo que tienen un background y una experiencia política mucho mayor y sobre todo porque hay mucha gente joven muy preparada ahora. A mí el PP de Rajoy no me gustó nada, los últimos años de Rajoy no me gustaron, la aptitud de él con Cataluña me pareció que el momento que tenemos ahora es por su culpa. Un pusilánime absoluto, bastante vago para tomar decisiones en momentos importantes. Nunca supo dar la cara ni explicar a los españoles por qué cuando ganó las elecciones fue la gran crisis del 2008 no fue capaz de salir y decir, todo lo que os he dicho que iba a hacer no puedo hacerlo, estamos con una crisis económica bestial. Dije que no iba a subir los impuestos, el IVA… He subido todo y vamos a tener que apretarnos todos el cinturón. ¡No fue capaz de explicar ni de acercarse a nada! Lo único que hizo fue arrasar a todo el mundo con Hacienda, sin piedad. Arruinar a la gente, la gente se suicidaba, les quitaban las casas, todos los días estaban con desahucios, sin piedad, con los bancos… Ahora hay mucha más ayuda, más conciencia social para que la gente no llegue al desespero tan grande. No sé hasta cuándo podrán seguir ayudando.

B.C.: Pero ¿con el tema de los okupas?

C.L.: ¡No!, ¡eso es bestial!, yo no me estoy refiriendo a ayudas sociales aunque sea con los ertes o con lo que sea para que la gente no se vea absolutamente en la calle. Con Rajoy soy tremendamente crítica y de la misma manera soy una persona que habla siempre muy bien de Aznar.

B.C.: Tu círculo de amistades abarca un gran abanico de personas relevantes, desde Mario Vaquerizo y Alaska, hasta infinidad de políticos de renombre. Me han preguntado en alguna ocasión, cómo es que Carmen Lomana tiene tanta capacidad de congregación de personajes en un mismo encuentro.

C.L.: Porque me llevo muy bien con todos, porque no tengo problemas, porque me gusta la gente diferente. Yo soy muy transversal, a mí me mata la endogamia. Si tengo que estar siempre con gente que piensa y es igual que yo me aburre que me mata. Precisamente, creo que todo lo que yo pueda aportar como persona, lo que he aprendido es porque nunca he sido sectaria. Siempre he tenido amigos muy diferentes. Soy amiga de reguetoneros como Omar Montes, Yiyo que me encanta, me parece un reguetón fantástico. Es que me gusta todo. Me fascina la ópera, el rock… ¡Tú sabes lo maravilloso que es ver los salones de esta casa llenos de gente de Podemos, de Vox, del PP, de actores de izquierdas…, y todos pasándoselo pipa! ¡Eso es fantástico!

B.C.: ¿Puedes explicarme qué significa para ti la disciplina?

C.L.: ¡Mi vida! (Ríe rotunda). Soy de las personas más disciplinadas, parece que me haya estudiado en el colegio alemán. Es lo que me ha llevado en mi vida a tener rigor también. Creo que si no tienes disciplina no tienes rigor mental, andas disperso por la vida. Todos en vacaciones nos dispersamos. Yo me despierto a las 10.00h. Yo pongo el despertador. Me acueste a la hora que me acueste, como muy tarde, a las 08.30h estoy con la radio puesta, leyendo los periódicos… Me digo, si tienes sueño te aguantas, haberte acostado antes. Porque si no se me pasa la mañana y además es que también tengo que trabajar. La disciplina también es cuidarte todos los días, desmaquillarte, cuidarte la piel, darte crema en el cuerpo, ducharte, darte crema en la cara, maquillarte un mínimo para sentirte con mejor pinta, con mejor color.

B.C.: ¿Qué es y qué significa el civismo para ti?

C.L.: ¡El respeto!, el respeto a los demás, el procurar no hacer cosas que molesten. Si alguien te dice por favor no grite tanto, no me empuje, no intente colarse… En el fondo hay mucho de empatía y de educación, de preocuparte por los demás, de querer aportar en la sociedad cosas buenas, o por lo menos no estorbar, no molestar a los demás.

B.C.: ¿Crees en el feminismo?, o sería más correcto preguntar, ¿en qué feminismo crees?

C.L.: Yo creo que el feminismo es o no es. A mí, todos estos argumentos que nos están dando ahora y estas actitudes me parecen lo contrario. Me parecen de un papanatismo y de una mamarrachada que no lo entiendo. Yo no sé si soy feminista o no, pero lo que sí soy es que desde los 18 años he sido una mujer libre, independiente, que he intentado ganar mi propio dinero. Ese es el único sentido de la libertad y de que te respeten y siempre me he hecho respetar y es que esto del Me too y de que todo el mundo me acosa…, ¡¿o yo soy muy fea o muy poco apetecible?! Pero conmigo cuando alguien se ha pasado de la raya pues le he dado un corte y ya está, pero casi no me ha hecho falta. Los hombres te respetan por su actitud. También hay mucho pirado. Yo he trabajado siempre entre hombres, nunca me he sentido disminuida por ser mujer, nunca me he sentido no respetada por mis compañeros, todo lo contrario. El gran problema que he tenido siempre ha sido con las mujeres no con los hombres. Las grandes envidias y zancadillas han sido con las mujeres. Si tú me preguntas ¿ cuál es tu peor enemigo?, te diré que es siempre la mujer. También tengo amigotas que son estupendas, inteligentes, independientes, seguras de sí mismas, cultas. Pero hay una cantidad de mujeres frustradas que te atacan. Yo soy muy defensora de los hombres. Lo único que han hecho ha sido ayudarme, apoyarme, quererme y cuando alguno no se ha portado como yo esperaba de él le he dicho, hasta aquí hemos llegado, de la misma manera que él me lo podía decir a mí. Pero esas cosas de las palizas, matar… Es que no tiene nada que ver el feminismo con esto. Feminismo es, una mujer independiente, la independencia se la da su trabajo, una mujer con criterio, una mujer con opinión, una mujer con libertad económica. En el momento que estás dependiendo que alguien te mantenga ya estás perdiendo mucho terreno de tu libertad y de tu criterio. Para mí, eso es el feminismo, y luchar por mis derechos, que tampoco he tenido que luchar porque me los han dado.

B.C.: Entonces, la manifestación del 8 de marzo día de la mujer ¿ qué te parece?, ¿te resulta algo insultante? ¿Crees que debieran celebrar el día del hombre trabajador?

C.L.: Eso es exactamente lo que yo dije, el día que hagan el día del hombre trabajador y el hombre salga reivindicando todo lo que les hacen, que son todas las mismas faenas que les hacen igual que a las mujeres, todo lo que les martirizan muchas mujeres, a lo mejor, de una forma menos agresiva físicamente pero sí psicológicamente. ¡Como te toque una mujer mala de estas que te vuelve loco y te dan patadas en las espinillas!, y ¡la cantidad de denuncias falsas! Tengo un amigo que llegó al alcoholismo por esperar a que la mujer se acostara y no verla porque ella le maltrataba, le pegaba… Para que veas que hay un horrible sectarismo, en un programa en la radio, en una emisora en la que estuve, estaban todo el día con el feminismo y el maltrato; entonces, yo preparé a cuatro hombres a boleo para que nos contaran su experiencia, también. Darles voz. No lo permitieron. Eran amigos a los que habían denunciado falsamente, que les habían mandado al abogado de ellas, que les habían metido presos, que les habían ido a buscar al trabajo… Entonces no me hables de estas locas feministas. Carmen Calvo diciendo, es que nos jugamos la vida, desde luego ella se la jugó, porque todas las que estuvieron en la primera fila terminaron con el Covid. ¡Ese odio al hombre!, ¡esa estupidez! ¡Pero tú has visto a la ministra de igualdad, a Irene Montero, que se pone a llorar!, ¡claro!, debe ser porque se acuerda de los latigazos del marido que parece que le gusta el látigo!

B.C.: ¡Vaya!, ¡eso se me escapa!

C.L.: ¡¿Ah, no te enteraste?! Dijo que le producía un morbo el dar latigazos a Mariló Montero, que le daría latigazos hasta hacerla sangrar. Entonces yo pensé, un tío que es capaz de decir esto y que además a la mujer le pone cuernos con todo lo que se mueve, pues yo creo que ella, Irene Montero, cuando habla de maltrato, se le vino su marido a la cabeza, porque si no, no entiendo que se pusiese a llorar. Dije, pobrecilla, esta debe ser una de ellas. Porque vamos, una ministra debe controlarse y poder hablar del feminismo o del maltrato a algunas mujeres y llorar, y si lloras es porque lo has somatizado. Muchos hombres maltratadores, no se dan cuenta de pequeños cómo empiezan a repetir conductas de su madre y de su padre, o sea, muchos hijos de alcohólicos que odiaban el alcoholismo. Muchos hijos que viven solo con la madre divorciada o tal, les tienen como entre miedo y respeto a la mujer, no se atreven a juntarse de forma sana con una mujer.

B.C.: Publicaste una fotografía en Twiter fumando, con un café, un cigarrillo y tapada solo con una toalla. La titulaste, “Cómo han cambiado los tiempos”, en Londres. Y añadiste, ahora me parece incomprensible. ¿Por qué?, y ¿por qué se ha armado tanto revuelo? Personalmente me atrevo a decir que la fotografía es fascinante y muy bonita.

Carmen se ríe plena y satisfecha.

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C.L.: Yo creo que en general, a la gente le gustó la foto, pero luego me han criticado mucho, por ejemplo, Jaime Peñafiel. Mira, me había despertado, me había duchado, me senté en la cama así para tomarme un café y me apetecía un cigarrillo, y estaba con unos pelos y sin maquillar. Entonces, mi novio, me la hizo, tendrá la foto 7 o 9 años, creo que salía con Eduardo Echave.

B.C.: Y la frase en la que indicas ahora me parece incomprensible, ¿por qué?, ¿por el cigarrillo?

C.L.: ¡Claro!, porque ahora te ven fumando en cualquier sitio y te ponen a escurrir. Yo fumo cuando me apetece. No soy una fumadora compulsiva pero fumo cuando me apetece. Y alguna gente me dice, estás muy bien pero ¡qué horror el cigarrillo!, y esa gente seguramente toma gin tonics, vinos, tal. La gente es como borregos, si ahora les empiezan a decir que no hay nada mejor que fumar, todo el mundo va y fuma. Y la cantidad de comisarios, políticos…, ahora, con la mascarilla…

B.C.: Si la mascarilla entra por los tres receptores, ojos, nariz y boca, ¿por qué los ojos no se protegen? Si la mascarilla protege, ¿por qué hay restricciones?

C.L.: Yo dudo mucho que entre por los ojos. La mascarilla protege un poquito, pero vas por la calle y pasa alguien fumando, que es algo que me parece ¡una vergüenza!, te quitas la mascarilla para fumar, te echan el humo que se ha pasado por los pulmones y tú lo sientes aunque lleves mascarilla, lo hueles. Y a esos no les dicen nada. Entonces, ¿ cómo se entiende esto?. Es una contradicción absoluta.

B.C.: ¿Crees que es más bien un tema político que sanitario lo que está pasando?

C.L.: Algún día sabremos todo esto. Tú a una persona le tapas la mitad de la cara y ya le quitas su identidad, su personalidad. Entonces ya la tienes un poco doblegada. Ya no es ella, ya ha perdido la identidad. Una identidad de masas que solo ve ojos. Fíjate los actores de teatro que siempre se guían por las caritas de la gente, ahora no ven, no saben si están sonriendo, aburridos… Más; a la gente mételes miedo en el cuerpo, que si se están muriendo del virus y demás y ya están completamente doblegados. Luego pones estado de alarma y entonces ya legislo como me da la real gana y estos no van a rechistar. Si les tenemos a todos ahí hablando mal… Ahora mismo han sacado la ley ésta de los okupas y yo no veo a nadie que se haya tirado a la calle. La gente está tan obsesionada con lo suyo, y les van metiendo leyes bestiales. Y hay otra cosa, a las farmacéuticas que están con todas estas tonterías, les obligaría por decreto ley, si ellos no quieren, por un bien a la sociedad, por un bien común, yo les obligaba a dar la fórmula, ¿ustedes no pueden hacer más?, pues dé la fórmula para que la puedan hacer en otros laboratorios. Entonces yo les expropiaba la fórmula.

B.C.: ¿Te refieres a los laboratorios?

C.L.: A los laboratorios estos que están ahora jugando, y ahora no les damos, y ahora subimos y ahora no tenemos, muy bien, ustedes no tienen capacidad, no pueden seguir subiendo el precio… ¡Expropiada la fórmula!, ¡y la tienen que dar! ¡Que lo hagan con esa misma fórmula en otro laboratorio!

B.C.: Tú eres única e irrepetible, como toda persona, y tienes una imagen, pero ¿ cómo crees que te percibe la gente? ¿Hasta dónde te importa o te preocupa?

C.L.: La gente que no me conoce me percibe como los medios han querido que me perciban, dando una imagen a veces bastante distorsionada de mí, ahora ya no tanto. Una persona frívola, que es coleccionista de alta costura, mentira absoluta porque yo nunca he dicho que sea coleccionista de nada. Compro piezas que me gustan. Que si estoy como en las nubes, fuera de la realidad, con una vida maravillosa, glamurosa, que gasta mucho dinero…, eso es lo que mucha gente ha percibido de mí. Y ¡tonta!, o sea, ¡bastante tonta!

B.C.: ¿Y por qué crees eso?

C.L.: Porque los medios han empezado a decir, ¡oh, esta señora multimillonaria, la ropa, la moda, no sé qué… ! Nadie ha dicho, esta señora escribe hace 9 años en un periódico nacional, todas las semanas tiene una página, está en la radio, está en la TV… Eso no es casual, es porque quieren que estés, por algo será.

B.C.: Claro, una cosa es la imagen y otra cosa es demostrar que vales.

C.L.: Pero yo creo que ya lo he demostrado sobradamente, que tampoco tengo que demostrar nada más, que tampoco tengo por qué justificarme y entonces pues me da igual.

B.C.: Creo, humildemente, que, a través de esta entrevista te pueden conocer algo mejor. Si a alguien le faltan dos dedos de frente no sería posible tener tanto criterio propio.

C.L.: (Agradecida) Gracias… Es que yo veo a mucha gente que dice, fulanita se ha puesto de moda y está en todo, y luego la oyes hablar y dices, pero ¿ qué transmite?, si parece lerda, ¡le falta un hervor! (Sonreímos) ¿No sé si sabes a quién me estoy refiriendo?… Muchas…

B.C.: ¿Cómo llevas la fama? ¿Hasta qué punto te gusta o te hastía?

C.L.: No me hastía nada. Lo llevo muy bien. O sea, a mí no me ha aportado nada más que cosas buenas, bonitas, cariño. A veces te gustaría, a lo mejor, el anonimato, pero cuando tengo un ataque así, de que quiero anonimato pues me voy a otro país, a otro sitio y siempre me encuentro con españoles que me reconocen.

B.C.: ¿Te han propuesto cine o series de TV?

C.L.: Me encantaría pero no.

B.C.: ¿No te lo han propuesto?, pues ya has respondido a la demanda. Aquí se queda la petición hecha.

C.L.: Además creo que soy bastante buena, pero por intuición. Me encanta. He hecho cosas en Netflix pero de promocionar cosas que tienes que actuar y tal. Muy divertido. Ahora he hecho lo del Cid en Movistar Plus. Una publicidad donde estuvimos todo el día grabando.

B.C.: ¿Tienes algún proyecto nuevo a la vista? Sé que tu agenda es un no parar.

C.L.: Sí, tengo muchos proyectos que están en standby con esto del Covid, y luego, a lo mejor dicen, vamos a hacer, vamos a grabar…, y resulta que en el equipo uno está contagiado el otro tal… De momento sigo con las colaboraciones. Estoy trabajando mucho en Instagram también, con Dior, con Elisabeth Arden… pero no puedo contar.

B.C.: ¿Puedes contar algún sueño que se te hizo realidad?

C.L.: No sueños míos pero sí cosas que jamás imaginé que iba a poder tener, conocer personas increíbles y que para mí eran ídolos y de repente han sido mis amigos. Todo eso sí, pero no es porque yo tuviera un sueño y lo haya conseguido, sino que la vida me lo ha ido dando, ha ido fluyendo y me ha dado mucho más de lo que nunca imaginé. Además lo agradezco, soy consciente. Lo agradezco a la vida, a Dios.

B.C.: Sé lo que es eso. Te entiendo. Estamos en la recta final. ¿Cuál es tu color favorito y por qué?

C.L.: Me gusta mucho el negro, que es la negación del color, pero es que el negro te hace brillar, resaltar como persona, o sea, si tienes una piel blanca y el pelo rubio, te pones de negro y te ilumina. O sea, también me encanta el blanco matao ¿sabes?…

B.C.: … ¿el blanco matao?, ¿el blanco roto?

C.L.: (Se sonríe) … El blanco roto. Sí. Me encanta. No soy muy colorista pero me encanta por ejemplo el azul pálido. Me favorecen mucho toda la gama de verdes esmeralda, manzana. No me gusta el granate, ni el marrón. Me gusta también el rosa, como soy chica.

B.C.: ¿Prefieres mar o montaña?

C.L.: Mar siempre.

B.C.: ¿Qué es lo que más detestas en tu vida?

C.L.: La mala educación, la deslealtad y los malos olores. No lo puedo soportar, me da igual que sea olor a fritanga… Yo no puedo con los malos olores. Puedo estar en el sitio más bonito del mundo, pero si huele mal ya no me interesa.

B.C.: ¿Cuál es tu verdadera pasión?, ¿ qué es lo que te pierde?, ¿ cuál es tu fibra más sensible?

C.L.: Me pierde mucho la estética. Por eso me encanta la moda, pero no la moda por la moda, sino piezas oficiales. Me encanta el arte. Tengo pasión por el cine, por la ópera.

B.C.: ¿Y en cuestión de sentimientos?

C.L.: En cuestión de sentimientos creo que algo muy simple, me apasiona la bondad de la gente, la gente que sabes que es leal, auténtica. Esa gente que te lo da todo casi sin conocerte y no me refiero solo a lo económico sino como persona, que sabes que puedes contar con ellos.

B.C.: ¿Dónde te atreverías a huir y con quién? No sé si es muy íntima la pregunta.

C.L.: No. Huir a cualquier sitio que me gustase. Si estoy con él y con quién, enamorada y bien, en cualquier sitio que fuésemos pues íbamos a estar bien.

B.C.: ¿Ahora estás enamorada?

C.L.: Bueno… A mí como la canción esa, si nos dejan buscamos un lugar cerca del cielo donde nadie nos moleste. Esa canción me parece… (en tono romántico) ¡tan bonita!

B.C.: ¿Qué es lo que tiene que tener un hombre de verdad para que realmente te guste?

C.L.: Que para mí sea una conversación con él que nunca me canse, que cada día, cuando le vea, cuando llegue a casa me emocione, que me alegre, ¡qué bien, ya has llegado!, y darle un beso y pensar que él es también mi hogar. Y que me alegre la vida. (Se emociona) Yo ahora estoy saliendo con una persona que le digo, ¡eres la alegría de mi vida!, o sea, ¡es que me hace reír! Digo, la gente se debe pensar que soy anormal cuando estoy contigo porque estoy, ja, ja, ja, ja, ja…

B.C.: Pero eso es porque estás enamorada…

C.L.: (Con entusiasmo) ¡Y venga a reírme… ¡Y le veo y ya me río, y me dice, pero ¿de qué te ríes? y le digo, ¡de verte! ¿Sabes?

B.C.: Lo sé. ¿Cómo no te voy a entender?, ¿cómo no voy a saber lo que es eso?

Carmen me curiosea off de record, charlamos y reímos cómplicemente.

B.C.: Defíneme a Carmen Lomana.

C.L.: ¡Qué difícil es definirse no!, pero bueno… Soy una persona de palabra que cumple siempre con la palabra dada. Muy caprichosa, tremendamente caprichosa y muy leal. Soy incapaz de hacer daño a alguien sabiendo que le estoy haciendo daño. Cada vez conozco a más gente de quítate tú para ponerme yo. Yo sería incapaz de eso. Nunca vivo en competencia con nadie ni me estoy midiendo con nadie. Soy muy como ven, muy natural y muy auténtica. Eso lo tengo clarísimo. A veces soy perezosa. Sí. A veces me digo, pues hoy me voy a dar el gustazo de dejarme llevar por el día. Pero en general soy una persona muy fácil de convivir. No tengo mal genio. Soy arrebatada. Sí. De repente se me cruzan los cables y puedo dar una contestación fatal y luego me arrepiento mucho. En un momento dado te puedo decir justo lo que más te molesta. Soy muy selectiva, en mi vida dejo entrar a quien yo quiero.

B.C.: Por mí, la entrevista ha finalizado. ¿Quieres añadir algo más?

C.L.: He estado fenomenal. No me ha parecido ni entrevista. Me ha encantado, ha sido una charla con una amiga.

B.C.: Muchas gracias. Me parece muy bonito. Era mi pretensión, que te sintieras a gusto, y gracias por haberme permitido estar en tu casa sabiendo que con lo del covid eres muy reacia a ello. Gracias por tu confianza y tu sinceridad. Creo que la gente te va a conocer desde tu fuero más interno.

C.L.: Eso está muy bien. De todos modos, creo que mucha gente ya debiera saber cómo soy, pero otros medios no, porque no les intereso de la misma manera. Hay un tipo de mujer, como de 50 a 65, frustrada, fea, gorda, horrorosa, que nunca ha hecho nada, y cuando digo horrorosa no digo de físico sino de actitud, ¿sabes? Esas van a matar contra mí algunas, Hice un estudio sociológico en Instagram y cuando alguien me ataca de una manera cruel y sobre todo sin sentido, te dicen algo que te lo están diciendo para hacerte daño y se creen que te está haciendo daño pero no te lo hace, entonces paso a ver cómo es su perfil y siempre son cortadas por el mismo patrón.

Finalizamos la entrevista y Carmen cordialmente se preocupa por invitarme a comer algo.

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B. Shields
B. Shields
Productora Creativa. Experta en conducta criminal. Periodista
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Alberto Mallofré

Esta tía es más cursi que pelar un huevo con los meñiques.

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