14/04/2025 15:19

Consuelo en el dolor a su Familia y amigos. Hoy fue el día en que el destino desató la tierra del alma de nuestro insigne periodista y escritor D. Julio Merino. Allá donde esté su ser infinito habrá un balance de una vida bien aprovechada. Prolífico pensador y virtuoso creativo lo que más destaca de su deslumbrante personalidad es el afán de Justicia verdadera que con pasión y entrega dedicó como testigo en primera línea de la Historia de la España contemporánea.  Protagonista ínclito de tantos avatares y episodios que le mezclaron, como era él, con lo más granado del elenco sociopolítico que ha escrito páginas inolvidables del pundonor del  español y la evolución de los tiempos hasta estos críticos que hasta el último día trató con tesón y audacia… Aunque ya no le acompañaba la salud que finalmente le falló no sin mandar ayer mismo su último artículo, siempre al frente intelectual de su virtuosismo literario, sin cejar en el empeño del buen humor con nuestra sonrisa póstuma que hoy le dedicamos con tristeza y cariño.

En cada correo me comunicaba que dependía de un oxígeno que no le llegaba a sus pulmones. Sabía que se marchaba, pero no dio tregua al intelecto hasta ayer mismo que me envió su último artículo. Él si amaba a España y se entregaba porque fuese liberada de este yugo sanchista que siempre combatió con enérgica justicia personal. Marcha uno de los más grandes del Periodismo español, nada que ver con la nueva hornada de arribistas sin conciencia que a uno y otro lado desempeñan una labor personalista, olvidando el bien común o los valores morales que desempeñó rectamente D. Julio Merino.

Me consta que estuvo rodeado de maravillosas personas hasta este día en que se nos fue. Su gran Amiga Pilar Redondo, coautora de su obra literaria como la novela Raquel la del Rey «de las Navas» que Julio me envió dedicada en diciembre pasado, me ha comunicado su marcha que siento hondamente porque le echaré mucho de menos. Guardo de él su nobleza y generosidad al quedarse en el barco cuando otras ratas, dizque insignes o con aparente dignidad, lo abandonaron sumándose al sectarismo de lo traidor y al grupúsculo de los detestables que pretenden salvar España. Él fue amigo, consejero y Maestro, ante todo Maestro de vida que nos brindó su sabia actitud y carismática personalidad de creador nato: Un Maestro de la Historia de España desde la perspectiva de un Periodismo pleno de excelencia y pulcritud moral.

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Preparaba mi viaje a Córdoba para acudir a su llamada y se fue antes de darle nuestro abrazo terreno. Pero siempre queda su huella inconfundible de cabal, digno  y noble Señor. Entre el Cielo y la tierra, su Ser y su Obra que nos regala tras el paso por esta vida efímera y sustancial.

Su última dedicatoria era una despedida sin yo imaginarlo porque siempre creemos que lo querido nunca se irá…

Un privilegio tu respeto, admiración  y aprecio, Julio. Guardo tu cariño. Gracias por estar, por tu permanencia y por aleccionarme, mi gran D. Julio Merino, cuando adquirí ÑTV ESPAÑA con impulso templado de Justicia; otros se desenmascaraban con sus bajezas, tú otorgaste luz en la oscuridad, transparencia en la intención y te quedaste a mi lado. ¡Gracias! Descansa en Paz, apreciado y admirado Amigo, D. Julio Merino. Nada acaba y contigo te llevas una siembra de buena historia, un semillero de tesoros personales que a buen seguro te aprovecharán como el trigo en extensos campos de dorada Memoria que siempre perdurará. El Premio que te has llevado con el cultivo de tantas buenas obras, cuenta hasta el último de tus cabellos en el Cielo.

Un Abrazo Eterno con la Gratitud por tu generosidad y nobleza.

Siempre amigo, queda tu pensamiento, tu Ser con tus prolíficas y fabulosas Letras que llevo conmigo.

Ignacio Fernández Candela

https://ntvespana.com/author/julio-merino/

Último artículo de D. Julio enviado un día antes de irse en Paz:

Estalla el tsunami Begoña y Sánchez ataca a fondo. Por Julio Merino

La despedida Homenaje de su amigo Juan Luis Galiacho en El Cierre Digital:

https://elcierredigital.com/mas-media/muere-julio-merino-periodista-pueblo-otro-yo-jose-maria-garcia

 

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.

DESCANSA EN PAZ, MAESTRO, AMIGO

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Miguel Sánchez Asenjo

¡No doy crédito a lo que leo!

Pero si ayer estaba escribiendo

Mi admiración por este gran hombre de las letras, un amigo que conseguí recientemente, gracias a sus artículos e inmenso bagaje.

¡Dios ya le tiene en su gloria, pero su huella y su pluma de oro, permanecerá con nosotros para toda la eternidad!

Descansa en la Paz Eterna, amigo y compañero, tus letras harán brillar el cielo y tu humanidad la has dejado bien remarcada en nuestros corazones.

Mi más sentido pésame, para toda tu familia, amigos y compañeros

D.E.P.

Un abrazo de despedida, de un aprendiz de letras, al que dejas muy apenado

Miguel Sánchez

Caballero Legionario

Luis Baviera

D.E.P, un gran escritor, literato y crítico, se nos ha marchado.

Hakenkreuz

Que Dios se apiade de don Julio Merino. Oraciones por su alma.

Don Ignacio Fernández Candela, ¿es usted católico apostólico? ¿Podría decirnos de entre sus colaboradores quién es católico y quien no lo es?

Ignacio Fernández Candela

Sr. Hakenkreuz, fui bautizado y seguí la enseñanzas de mis padres, católicos apostólicos, sí. En cuanto a la información que me pide, es un credo personal que cada cuál tiene la libertad de profesar y guardar.

Hakenkreuz

Muchas gracias por su valentía al contestar, don Ignacio Fernández Candela.

Evidentemente le pido disculpas respecto a sus colaboradores. Quería decir, más bien, si podría usted sugerir si pueden pronunciarse libremente, pues muchos apelan a la valentía que parecen no encontrar en los españoles. No creo que haya valentía mayor que pronunciarse por Jesucristo Nuestro Señor, Dios y Hombre verdadero.
Claro está que no vale de nada honrar a Dios con los labios, faltaría más. De ser así incurriríamos en hipocresía farisea, pero creo sinceramente que toda persona pública (periodistas, por ejemplo) debería tener la valentía de pronunciarse según términos semejantes a estas preguntas, que bien podrían ser formuladas a todos los políticos, para que la gente sepa qué tipo de personas son. Me duele mucho que no haya un solo periodista valiente de verdad, no «formalito» y «pro sistema» o «educado» y «convencional» según la facultad de periodismo o las prácticas de periodismo, que se las formule, porque son cruciales para España y para el mundo entero, para que las personas se sinceren y veamos quién es quién. Díganme en qué demonios ofende al interpelado que se le pregunte lo siguiente (es imposible ofender a una persona que se le pregunte esto. IMPOSIBLE):

a) ¿Quién es Dios para tí?¿Crees que le debes algo a Dios en tu vida?¿Crees que sin Dios no podemos hacer nada o que basta la voluntad, el esfuerzo, el sacrificio y la dedicación de cada cual para lograr cualquier empresa sin la ayuda de Dios?

b)¿Amas a Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Verbo Encarnado de Dios, más, incluso mucho más, que a tí mismo, a tu esposa, marido, hijos, nietos, abuelos, padres, amigos, hermanos, etc., es decir, más que a nadie y a nada en esta vida?
¿Conoces realmente a Jesucristo o no lo conoces por complejo, prejuicio, pereza u odio inculcado por otros?¿Crees que realmente te ama hasta un extremo totalmente incomprensible y que quiere tu felicidad, no transitoria, sino eterna, que quiere perdonarte tus pecados y que quiere salvarte de todo mal, incluso la muerte eterna o el infierno?
¿Hay alguien en tu vida que, por mucho que la ames, merezca más amor que el que tienes por Dios mismo?¿Crees que Jesucristo Nuestro Señor te ha ofrecido con su sacrificio en la Cruz la Salvación eterna de tu alma y la de todos los hombres y mujeres de todos los tiempos?
¿Qué es para tí el amor al prójimo?
¿Puede verdaderamente y sinceramente amar cualquier persona si no conoce, ni quiere conocer ni amar a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo? Es decir, una persona que no ama a Dios, que es Amor infinito, ¿puede verdaderamente amar a alguien?
¿Puede un matrimonio subsistir sin amar a Dios?
¿Puede un hijo ser bien educado sin enseñarle a conocer y amar a Dios?
¿Realmente amas a tus enemigos y rezas por ellos como nos prescribió el Señor o, al menos, pides a Dios la gracia para poder hacerlo?
Y si amas a Dios, ¿le rezas a diario, piensas en Él, examinas tu vida en orden a darle gloria y evitar ofenderle con el pecado pidiéndole la gracia para lograr ambas cosas o pasas olímpicamente de Dios y de rezar porque piensas que no sirve de nada o que es cosa de «debiluchos», afeminados, ancianas, invertidos o personas raras y nada fiables?
¿Cómo te diriges a Dios sino rezando o meditando sus Evangelios o el NT?
¿Acudes a misa como un mandato, tradición o como un don maravilloso que no quieres perderte por nada del mundo?
¿Gozas estando en misa, en presencia del Señor, sufres cuando piensas en su Pasión, le tributas la adoración debida (latría)?
¿Te arrodillas cada vez que entras en la iglesia haciendo la señal de la cruz con agua bendita mirando al Sagrario consciente de Quién está oculto en el Pan de Vida, y también ante el altar?
¿Eres consciente de lo que es la Eucaristía, que es el regalo más grande que toda la humanidad ha recibido para unirse a Dios, eres consciente del inmenso honor que supone unirte al Sacratísimo Corazón de Jesús comulgando en estado de gracia o crees que eso no es más que un ritual vacío y teatral?
¿Eres capaz de entender que la locura mayor que hay en esta vida es menospreciar o desconsiderar a Dios, y no digamos ya ofenderle con el pecado?

c) ¿Qué entiendes por amar, por amor?
¿Qué es el Amor para tí?
¿Qué estarías dispuesto a dar por amor: dinero, patrimonio, bienes, casas, tierras, fincas, oro, joyas, activos financieros o reales, reputación personal y profesional, integridad física, la vida como los mártires… o nada de nada que te perjudique en tus intereses materiales o profesionales?

d) ¿Crees en los santos Evangelios o te parecen «un consuelo interesado» o una especie de «opio del pueblo»?
¿Crees en el Talmud, el Corán, el libro de los muertos tibetano, la filosofía de Confucio, el mensaje del buda Sidarta Gotama, o el del príncipe Krisna, o la teología de Arrio, Nestorio, Wiclef, Marsilio de Padua, Lutero, Calvino, Zwinglio, Enrique VIII y sus miles de congregaciones al gusto de «consumidor»?

e) ¿Qué te dicen las Bienaventuranzas (Mt , 1-12) ?
¿Te parece una cosa «pueril» o infantil o te parece un mensaje de una profundidad enorme, un tesoro sin fondo?
¿Te interpelan profundamente las Bienaventuranzas en lo más íntimo de tu ser, en tu alma?
¿Crees que las Bienaventuranzas son un engaño o son la verdad misma de la felicidad?

f) ¿Qué es para tí el Reino de Dios o Reino de los Cielos?
¿Crees que cuando muramos, compareceremos ante Dios en un juicio particular y que tras ese juicio nos espera el Cielo (tal vez tras un período de purgatorio de nuestras culpas) o el infierno o condenación eterna (el lago de fuego y azufre que nunca se apaga o gehenna de fuego) o más bien crees que no hay nada o que a los hombres «buenos» les espera un harén de mujeres vírgenes en el «paraíso» o que sufriremos la metempsicosis o reencarnación en un príncipe o en un vagabundo según nuestro «karma» o que incluso nos podemos «reencarnar» en un mosquito o en un animal?
¿Crees que los santos y santas, todos ellos de la Santa Iglesia Católica Apostólica sin excepción, de todas las épocas nos mentían como a niños cuando se les cuenta cuentos?
¿Crees que san Ambrosio, san Basilio, san Agustín, san Jerónimo, san Benito, san Bruno, san Isidoro de Sevilla, san Bernardo de Claraval, santo Tomás de Aquino, san Juan de la Cruz, santa Teresa de Jesús de Ávila, san Ignacio de Loyola, san Francisco Javier, santa Juana de Arco, santa Margarita María de Alacoque, san Juan María Vianney (santo Cura de Ars), sal Luís María Grignon de Monfort, santa Bernardette de Soubidou, los beatos niños de Fátima (Lucía, Francisco y Jacinta), santa Faustina Kowalska, san Josemaría Escrivá de Balaguer, santa Teresa de Calcuta e incontables santos por los que Dios hablaba y actuaba (obraba milagros), nos engañaron o nos decían la pura verdad?

g) ¿Crees que los milagros son reales, que son verdad o que son un engaño o algo «alegórico»?
Por ejemplo, ¿crees que Jesucristo no curó toda dolencia y enfermedad (leprosos, ciegos, sordos, paralíticos, lunáticos, endemoniados, etc.) además de transmitirnos la Verdad (Dios se revela y actúa, también actúa)?
¿Crees que el famoso, en su època, milagro de Calanda es un cuento?
¿Crees que la gente va con enfermos a Lourdes, Guadalupe o Fátima y otros muchos lugares católicos por pasar el rato o por una fe vana?
¿Crees que Dios no lo puede todo para el que verdaderamente tiene humildad, fe y confianza en Él?
¿Quién tiene la Verdad inamovible e irrefutable de su lado, Dios, que se nos ha revelado según las Sagradas Escrituras y los santos o lo que los humanos llamamos «ciencia»?
¿Quién se equivoca y tiene que cambiar («reformular») su versión y quién dice la Verdad que permanece todos los tiempos (Dios no se muda. Cielo y tierra pasarán, más la Palabra de Dios no pasará)?
¿Puede considerarse «científico» negar la evidencia, por ejemplo la evidencia de los milagros eucarísticos?
Si la «ciencia» humana se fundamenta en la experiencia sensorial, en lo que se ve, se oye, se toca…, ¿qué validez tiene la física, la química, la biología, la ingeniería y todas las disciplinas humanas si niegan la experiencia sensorial del milagro, de tantos y tantos milagros de siglos y siglos?

Alberto

Descanse en Paz Don Julio Merino, al que he leído en múltiples ocasiones en este hilo.

Ignacio Fernández Candela

Estimado Sr. HakenKreuz: decía Jesús :»qué grandes son las portadas de la perdición, pero qué estrecho es el sendero y pequeña la puerta que conduce al Reino de los Cielos». Tan pequeña como el útero materno o la experiencia personal del desarraigo terreno después de cumplir cada uno su misión que es una evolución del espíritu. Así dejemos que cada cuál profese su credo intimista y el respeto por el libre albedrío en buena conciencia. «Hasta el último de nuestros cabellos está contado en los cielos». Dios es el Alfa y el Omega y en el camino de su Amor Misericordioso está la voluntad del hijo pródigo para retornar a Él.

Hakenkreuz

Muchas gracias de nuevo por su acertado comentario, señor don Ignacio Fernández Candela. No está usted lejos de la verdad que es Nuestro Señor.

Evidentemente Dios siempre respeta el libre albedrio, pues nos hizo a su imagen y semejanza y no como animales que no tienen otra cosa que instintos. De hecho, el amor es imposible sin libre albedrío, es decir, no puede ser de ninguna manera forzado, incluso el amor que le debemos a Dios, fuente de todo Bien y de Misericordia que se nos ha revelado y que ha llegado al extremo de amor de asumir nuestra condición humana en el Hijo, en Jesucristo Nuestro Señor, para salvarnos de nuestros pecados que nos han conducido a la muerte desde Eva y Adán. Dios es más fuerte que la muerte. Dios es la resurrección y nos resucitará a todos como hizo con Lázaro, para la Vida Eterna de los que le aman o para el castigo eterno por rechazarle.

Claro que cada cual sigue su camino, misterio inescrutable de Dios. Y quiera Dios que todos los hombres lleguen al conocimiento de la Verdad, aunque sea en el último aliento de su vida. La salvación eterna de las almas es lo que nos incumbe a todos los cristianos, no solo la propia. Una salvación que viene del conocimiento de la verdad, no en ser perfectos o exentos de todo pecado, cosa imposible sin la gracia de Dios. Por eso tengo la desfachatez, molesta para no pocos, de intervenir en su medio digital, al que deseo multitud de lectores. Es la Verdad lo que hay que plantear, aunque nos cueste la vida propia, nuestra reputación, nuestro dinero, nuestros amigos…

El problema es que se suele atribuir, desde hace muchos siglos, un afán de imposición a los que tenemos la obligación de dar testimonio de nuestra fe, que es testimonio de la Verdad, no de nosotros mismos. El Señor nos mandó a todos los cristianos: «Id y predicad el Evangelio a toda criatura». Es un mandato de Dios darle a conocer a toda criatura, no un capricho de «perdedores» de la vida o de mindundis.

Lo que esclaviza o impone al hombre no es Dios, sino el PECADO, que es el MAL en esencia, lo que nos conduce a la muerte y a toda suerte de desgracias. La imposición no viene de Dios y de sus fieles, sino de los falsos profetas que van propagando por ahí el pecado seduciendo con él a muchos y llevándolos camino de la perdición. Pero lo curioso es que nadie parece extrañarse de que los falsos profetas no dejen libertad alguna a los que no les siguen, igual que hicieron con el Señor en su tiempo, que ni predicar en las sinagogas y los pueblos le dejaban. Parece como si la esclavitud fuera algo normal o que es aceptable y que la libertad verdadera de los hijos de Dios fuera una especie de opresión intolerable. Evidentemente es el Maligno quien ha convencido al mundo de semejante maldad. Y por ahí no debería pasar ningún católico verdadero. Es el mismo Señor el que nos previene contra la levadura de estos falsos profetas o doctores. No hay verdad alguna fuera de la Palabra y los mandamientos del Señor.

Desde luego que la vida de fe es mucho más dura, mucho más sacrificada, mucho más dolorosa y llena de desdichas, desprecios, fracasos y sufrimiento, mientras que el pecado es muy seductor y atractivo. Por eso hay tan pocos que siguen el estrecho y tortuoso camino que lleva a la salvación, por eso tan pocos tienen la valentía de tratar de imitar a Cristo aceptando su vida como camino de perfección, sin cuestionarse ese camino por duro que sea. Todo el mundo lo suficientemente sensato sabe que no hay madurez auténtica sin sufrimiento en la vida, que sin sufrir no se logra nada. Por eso, no hay otro camino a la felicidad eterna, la duradera, la que cuenta de verdad, que la cruz. Lo otro es engaño efímero, opio, ilusión, que lleva a la decepción y el vacío. Todos los santos y santas nos lo han enseñado. Y los santos y santas son los sabios verdaderos, los que realmente influyen para bien en el mundo y los que realmente lo cambian para bien y lo hacen prosperar de verdad, los verdaderamente productivos.

Carlos Quequesana ÑTv España

Que Dios te guarde y brille para ti la luz perpetua. Cuando prolijo como usted parte, queda en mármol su pensamiento para siempre.

Ignacio Fernández Candela

Gracias, Carlos.

Tomás Salas

Una gran pérdida para la cultura y el periodismo español. Apuesto lo que quieran que en los medios mas poderosos tendrá menos presencia que el último chisme.

Crespo

Me entristece la muerte de este gran periodista. Mis más sinceras condolencias a su familia y demás gente cercana.

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