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La lectura de dos artículos referidos a la más escabrosa y actual realidad española, me lleva a recordar la actuación de los obispos vascos en aquellas lejanas fechas de los años 2002 y 2003; sin entrar en disquisiciones de orden personal, pero, sí, de compromiso a ultranza contra el terrorismo etarra, me sentí obligado a escribir frases de este tenor: “los obispos de las diócesis vascas no aceptan quedar relegados al ostracismo social, son capaces de subvertir valores, socavar cimientos y manipular o alterar los cometidos, funciones o responsabilidades inherentes al cargo eclesiástico que ostentan”
La equidistancia (cuando no, la solapada justificación de los asesinos) entre las víctimas y los verdugos etarras, tenía como portavoces a los obispos Setién y Uriarte; este último fue el destinatario del comentario: “largo trecho le resta por recorrer al Sr. Uriarte y a sus ilustres predecesores para convertirse en honorables “areopagitas” investidos de autoridad moral”
Sirva el prólogo de esta reflexión para constatar que la vesania de algunos príncipes de la iglesia continúa manifestándose en la actualidad; este es el caso que nos ocupa, cuando nos detenemos en el análisis de la “amistosa” felicitación que la Conferencia Episcopal dirige al ilegítimo y diabólico presidente por su investidura.
En ella se “muestra su deseo porque este tiempo que se abre en España sea de servicio leal, generoso y constante al bien de todos los españoles”
También expresan su ferviente y cristiano anhelo de “caminar juntos según las obligaciones y compromisos que tienen como servidores del pueblo español”, sin olvidar, sus mejores deseos y un saludo respetuoso y cordial, extensivo a su esposa e hijas.
A todo esto, no se me ocurre otra cosa que decir que los obispos “o están mochales o se han pasado con el vino de la Misa”
Se hacía referencia en el encabezamiento a dos artículos que trataban de esta grandísima expresión de cinismo; uno de ellos es el publicado en este digital “Hipócritas, raza de víboras” por Ignacio Fernández Candela, que me permito recomendar al lector; entre otras perlas, cita un párrafo de la Biblia: “Hipócritas, raza de víboras que gustáis de los saludos en las plazas y los primeros sitios en los banquetes”…..
¿Qué pensar sobre la tibia hipocresía de los que ostentan sus voluminosos anillos pensando en el bien de la comodidad, la adaptación ante el Mal para amoldarse cobardemente a la tiranía…..acumulando la bajeza del interés y la especulación en nombre de Dios? Hoy se retratan.
“El comunicado de la Conferencia Episcopal se arrima al amo que les domeña con el discurso del cinismo criminal”
En fin, sirva lo anterior para que con avidez el interesado vaya a las fuentes ya descritas.
Este ejercicio de hipocresía me retrotrae a años atrás, cuando me impuse la obligación inexcusable de reconvenir con este párrafo a un compañero que no supo estar callado : ni yo, ni España, ni Dios, queremos a los tibios, el versículo 3.16 del Apocalipsis dice: “pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”; los tibios saben perfectamente cuales son sus obligaciones, pero no las ejecutan, pues, se rigen por su propia e interesada agenda.
En contraste, como contrapunto con la impropia y servil felicitación de los obispos de la Conferencia Episcopal he tenido el placer de leer el artículo de monseñor Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo, “¿Y la Iglesia? Pido la palabra” donde expone con nobleza, determinación y evidente claridad cristiana las horrísonas y perversas últimas vicisitudes satánicas implementadas desde el gobierno de España y sus socios para lograr la investidura del traidor Sánchez, incluso, nos recuerda la necesidad de las concentraciones pacíficas, acusando de traidores a quienes forman el gobierno por intereses bastardos.
Nos dice: “algo toca una fibra importante de nuestra conciencia histórica cuando se percibe el disparate en el modo corrosivo y destructor de plantear la gobernanza de España”
El artículo de monseñor se ha publicado en una tercera del ABC el día 16 de este mes. Vale la pena su lectura.
Es un real y eficaz bálsamo contra los efectos de las innumerables tropelías de esta cuerda de infectos gobernantes del socio-comunismo imperante en España.
Por último, y siempre en concordancia con el título de la reflexión, afirmo en honor a los componentes del máximo órgano de la Iglesia en España, que son capaces de poner en almoneda hasta sus más sagrados sacramentos, y sus prioridades están centradas en la X y no en la cruz.
Como decía Augusto Roa Bastos en su obra “Yo, el Supremo” Cristo pagó su fracaso en la Cruz.
Antonio Cebollero del Mazo. Salamanca, a 22 de Noviembre de 2023.
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