Hemos tenido la oportunidad de ver, en abierto en TVE, no solo el partido España-Italia sino también los de otras selecciones. El de España tiene su lógica pues es nuestra selección nacional, pero ¿y los otros? Como espectadores nos sentimos muy contentos de haber tenido la oportunidad de ver a otras selecciones, pero ¿ha sido eso gratis total para España? Noooo. RTVE habrá tenido que pagar los derechos con el dinero de todos los españoles. En realidad, lo que se ha hecho no es otra cosa que poner en práctica el antiguo aforismo romano Panem et circenses que propugnaba dar comida y entretenimiento al pueblo para apagar el descontento público. En suma, una fórmula muy eficaz para hacer que se olviden los casos de la esposa y el hermano del presidente, el dejar escapar de rositas a los socialistas condenados por los ERE, los 15.000 millones de regalo a los separatistas catalanes, etc.
Todo ello a costa del pueblo, que es el que lo paga con sus impuestos, además de consagrar la desigualdad entre los ciudadanos españoles, diferenciando entre aquellos cuyos votos son necesarios para que Sánchez siga en el poder y los que se oponen a ello.
Llueve sobre mojado. El gasto público, en especial durante estos cinco años de presidencia de Sánchez se ha disparado, incrementando la deuda pública que pagarán los que vengan después y las generaciones siguientes. A Sánchez no le ha temblado el pulso para crear Ministerios, Secretarías de Estado, Subsecretarías, Secretarías Generales y Direcciones Generales, amén de un gran número de puestos de libre designación que le han permitido colocar a sus amistades políticas. Nunca la Administración Pública había tenido tal número de directivos a los cuales se añaden los que crean las Comunidades Autónomas. ¡Qué lejos nos encontramos de las Administraciones Públicas profesionales y serias de Francia, Inglaterra o Alemania, por ejemplo! Todo ello, junto con el fuerte crecimiento de empleados públicos, ¿ quién lo paga? Lo pagamos todos. Nada es Gratis Total.
El aparato de servicios del Estado, Comunidades Autónomas incluidas, nos ha vendido eslóganes falsos como el que propugna la SANIDAD PÚBLICA, para engañar al ciudadano dándole a entender que eso se lo da gratis el Estado, como si no hubiera que pagar a todo el personal empleado en la Sanidad Pública, sus instalaciones y equipamientos. Al mismo tiempo se transmite el mensaje, que se escucha mucho en barrios de izquierda, de que “si viene la derecha eliminará la sanidad como servicio gratuito del Estado y tendrás que pagarla”. Mentira podrida y doblemente engañosa ya que desde que Franco puso en marcha la Seguridad Social la atención médica gratuita se fue extendiendo. ¿O acaso Franco fue de izquierdas? Pregúntenle al PSOE, a Podemos, a Sumar y a sus adláteres. No le van a responder, se lo están pensando.
Con ese mismo engañoso desparpajo se acusa a la Sanidad Privada de ser un negocio capitalista explotador, pero, por ahora, no se atreven a hacer lo mismo con los Centros Comerciales, aunque no se debe olvidar que la eliminación de la propiedad privada sigue estando en la mente de la izquierda. No ha aprendido nada de la historia de la economía de los países socialistas, de la misma forma que hasta que cayó el Muro de Berlín no querían ni hablar de él.
La izquierda española no quiere ni saber cómo funciona la cooperación entre la Sanidad Pública y la Privada en los grandes países de Europa. La ignorancia es muy atrevida. Por eso han tomado el camino de eliminar MUFACE, la Mutualidad de Funcionarios Civiles del Estado, que viene ofreciendo a un importante colectivo de funcionarios la posibilidad de optar, a primeros de cada año. entre la Sanidad Publica, que es la generalizada en la Seguridad Social, y la Sanidad Privada (Asisa, Adeslas, etc).
¿Cómo ofrece MUFACE esa posibilidad? MUFACE convoca unos concursos abiertos a todas las empresas de Sanidad Privada, para atender a los funcionarios públicos afiliados, algo así como un seguro de vehículos concertado, con unos costes establecidos que paga MUFACE, con las cuotas de esos funcionarios, en vez de pagarlos a la Sanidad Pública. Esos convenios que establece MUFACE no tienen un coste superior al de la Sanidad Pública que paga la Seguridad Social, pues si fuera así ya lo habría denunciado la izquierda que está en el poder.
La eliminación de MUFACE, y si pueden de toda la Sanidad Privada, es un mantra para la izquierda, del estilo del que utilizó Pablo Iglesias para decir que nunca se iría del barrio de Vallecas. Eso sí, no preguntemos en qué Sanidad son atendidos los altos directivos del Gobierno actual y sus familiares,
Si quisieran asumir la verdad y dar al ciudadano lo que esta demanda, nos ofrecerían a todos los ciudadanos la posibilidad de ser de MUFACE, es decir de poder elegir entre la atención sanitaria de la Sanidad Pública o de la Sanidad Privada. Eso permitiría saber qué prefieren los ciudadanos e invertir el gasto del Estado en Sanidad más en la Privada que en la Pública si esas son las preferencias de los ciudadanos. Por cierto, que la mayoría de afiliados de MUFACE opta por la Sanidad Privada.
Lo mismo ocurre con Educación, que es una gran línea de gastos del presupuesto. ¿Por qué la izquierda quiere que sea absolutamente Pública? Seamos claros. Por un lado, para poder adoctrinar con mayor facilidad, negándoles a los padres el poder opinar al respecto, o, para ser más preciso, poniéndoles tantas cortapisas que no pueden de facto opinar sin tener que significarse. La opción mejor, aunque no utilizada aun en muchos países, es el cheque escolar que cada familia puede utilizar para escolarizar a sus hijos en uno u otro centro sin coste adicional, También sirve, y esto es crucial, para que los centros, sean públicos o privados, tengan que pagar sus gastos de personal y funcionamiento con la suma de cheques que hayan recibido, lo cual da mucha más libertad y poder a las familias para elegir y, por otro lado, transmite más directamente al Gobierno cuáles son las preferencias de los ciudadanos.
La conclusión de todas estas reflexiones es que no existe el gratis total. Por tanto, debería ofrecerse a los ciudadanos la posibilidad de escoger quienes desean que les suministren los grandes servicios del Estado, Sanidad, Educación y muchos otros. Esas posibilidades refuerzan la democracia porque permiten saber, no solo en el proceso electoral, sino en la vida real cuáles son las preferencias de los ciudadanos y orientar así las actividades de los Gobiernos. ¡Debemos enfrentarnos a la mentira del Gratis Total!
Enrique Miguel Sánchez Motos
Administrador Civil del Estado
Autor
- Administrador Civil del Estado.
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