21/11/2024 21:33
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Miente tanto o más que habla. Ahora echa la culpa a Bruselas con el IVA de la factura de la luz y antes también lo hizo, pero con el IVA de las mascarillas. Gobernar con la mentira como instrumento convierte a los gobernantes en miserables. Muchas veces, lo trágico surge de la acumulación de lo insignificante. “Las ingentes masas de gente crean más fácilmente víctimas de las grandes que de las pequeñas mentiras”, en palabras de Adolph Hitler. ¿Podemos suponer que María Jesús Montero es fiel admiradora de este siniestro personaje? Al fin y a la postre, el socialismo ‘alumbra’ a los dos: una, socialista a secas y, otro, nacionalsocialista.

Esta vez, la ministra Montero tampoco ha sabido retener la lengua. La ministra “metralleta” — al decir de los afiliados y simpatizantes socialistas– fabrica mentiras en cascada y las utiliza como arma arrojadiza. Pero olvida que para mentir hay que ser inteligente y se pilla antes al mentiroso que al cojo. ¿En cuántas trafullas hemos pillado ya a esta señora? Por si alguien no conoce la expresión, hay que decir que este sustantivo femenino está en desuso: se refiere a una treta, trampa, fullería, engaño, picardía, trapacería… Referido a una persona es la que comete trampa en el juego o en un acuerdo. Por tanto, es una acertada adjetivación lo de “ministra fullera”.

La pobre María Jesús Montero debería estar asustada por tantas fullerías, engaños y trapacerías como hilvana, pero su ancha espalda y cara dura le hacen inasequible al desaliento. Debería saber que, en palabras de Catón: “La primera virtud es frenar la lengua, y es casi un dios quien teniendo razón sabe callarse”. Evidentemente no es su caso, pues no tenía razón con el IVA de las mascarillas ni con el mismo impuesto que afecta a la electricidad. ¡Qué facilidad tiene esta mujer para hacer el mal a la ciudadanía! 

No es fácil extender entre la población esa condena al Gobierno; es decir, la mentira por la mentira. Lo mismo miente el ‘vicepandemias’ segundo que la ministra de Hacienda, el presidente del Gobierno o la mismísima Nadia Calviño. No se sorprendan. Calviño empieza a ser especialista en tergiversar la verdad. Para eso tenemos los eufemismos; estos me recuerdan a aquel conocido que había trabajado como enterrador en varios cementerios, pero en su currículum ponía “Gestor de últimos recursos poblacionales”. A ver por dónde sale Calviño con sus mentiras sobre los proyectos enviados a Bruselas. Ursula Von Der Leyen parece que no encuentra ni la reforma laboral, ni la fiscal ni la del empleo. ¿A qué proyectos se refiere Calviño si no han sido capaces de crear una agencia que los gestione, como en todos los demás países?

El Gobierno vuelve a mentir. Bruselas empieza a estar hasta el pico de la boina. No es cierto que no se permita bajar el IVA de la factura de la luz. Se escudan también en que no pueden hacer nada con la subida del 27% de la factura de la luz en plena ola de frío. Resulta que este Gobierno no puede, pero achacaba al de Rajoy que subiera un 8% en pleno invierno. Hablamos de hipocresía, falsedad y mediocridad. Los datos objetivos vuelven a dejar a la ministra de Hacienda con las posaderas al aire y enseñando la suciedad que le rodea. No es secreto decir que España tiene uno de los IVA más altos de la Unión Europea: Alemania el 19%; Italia el 10%; Portugal el 6%; el 5% tiene el Reino Unido… ¿Alguien ha sancionado a estos países por ello? Sin duda, tenemos el Gobierno menos informado, más rácano y con menos preparación, pero también el más hipócrita y desvergonzado. 

El afán recaudatorio del Gobierno español es insaciable. Necesita ese dinero del IVA porque planifica mal y gasta peor. Destina el dinero a sectores improductivos que jamás han aportado nada a las arcas del Estado y, sin embargo, no facilita la vida y la convivencia de la ciudadanía. ¿Creen que era necesario el IMV existiendo, como existían, parecidas figuras en todas Comunidades Autónomas? Bien, pues, ahora miles de familias se han quedado sin lo uno y sin lo otro. ¿Era ese el ‘escudo social’ de plastilina? “El culpable no sólo es un hombre malo, sino un mal calculador”, en palabras de Concepción Arenal.

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La mentira para cobrar impuestos es un atentado social y una negligencia más del Gobierno desnortado de comunistas y ‘sociatas’. El 41% de la factura de la luz es por consumo, el resto son impuestos. Se bajó el impuesto del cine que no es de primera necesidad, ni era preciso hacerlo, y no se puede bajar el de la electricidad que sí es casi vital. Eso sí, no me salgan con el populismo de la Cañada Real porque nunca entenderé el abandono y el déficit de gestión de Manuela Carmena y de Más Madrid. ¿Acaso ha surgido ahora el problema? Hasta donde sé, sólo hay cinco abonados en la Cañada. ¿Pretende el “señorito” del moño que paguemos los contribuyentes la factura? ¿Y esa estupidez populachera? ¿Por qué no pagamos también las pérdidas de la restauración, el comercio y el turismo? Ya puestos…

Con la factura de la luz se rasgaron las vestiduras cuando estaban en la oposición. Hacían barato populismo e hipocresía parecida a lo que debe ser la política. La luz es primera necesidad. No es ético que el Gobierno se lucre con los impuestos mientras destruye empleo, arruina el país y silencia a los medios no afines. Después de lo escuchado, a ver qué va a defender ‘Hundidas’ Podemos cuando pase a la oposición, si llega a obtener escaños. Respecto a la facción socialista del Gobierno seguirá siendo el hazmerreír en España y en Europa, igual que ya lo es a diario. Prueba contundente de esto último: las barbaridades de Rodríguez Zapatero, alias “ZParo”, en recientes declaraciones en TV.

Autor

Jesús Salamanca Alonso