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La primera derrota de su invencible ejército llegó en tierras jiennenses

Hoy nos vamos de fiesta a Bailén, ese pueblecito que fue siempre la llave que abría o cerraba Andalucía. Porque ayer comenzaron las Fiestas que durante cuatro días recordarán la famosa Batalla de Bailén, aquella que fue el inicio de la caída del Imperio de Napoleón. La Fiesta se abre con el Pregón, la inauguración y los fuegos artificiales que se montan en el Paseo de las Palmeras. El día 19 se recrea con más de 800 participantes la batalla por la que el pueblo jienense sería conocido en toda Europa a partir de 1808. El día 20 una unidad de la Brigada de Infantería Mecanizada Guzmán el Bueno de Córdoba participa en la procesión de la Virgen de Zocueca, patrona del pueblo. El día 21 se rememora la firma del Pacto de rendición del general Dupont por el que se aceptaba el triunfo de las tropas españolas que comandó el general Castaños. Las Fiestas se cierran con el toro de fuego y el recuerdo de la matanza del Monte del Ahorcado, donde fueron ahorcados o empalados, y luego decapitados, cien soldados franceses. 

Son las fiestas más históricas de las que se celebran en Andalucía. Porque las Autoridades del pueblo supieron realzar lo que significó aquella batalla desde el año 1817 y desde entonces se viene rehaciendo casi fielmente lo que fue la batalla. A un lado los figurantes que imitan a los franceses, con el general Dupont al frente y a su lado los generales Vedel y Gobert. Enfrente los actores que representan a los soldados españoles y al general en jefe, Don Francisco Javier Castaños, y a los también generales, tan decisivos en la victoria, Reding y Coupigny. La Batalla se celebró a las puertas de la ciudad, donde los españoles se desplegaron al encontrarse inesperadamente con las tropas francesas que avanzaban desde Andujar y esos campos son los que hoy se llenan de andaluces llegados desde todas las provincias y cientos de turistas que llegan hasta de América. 

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De modo especial se festeja la importantísima participación de los habitantes de Bailén y especialmente el de las mujeres y los niños, con un nombre que destaca sobre los demás y al que dedicaron incluso un monumento que hoy preside la plaza del pueblo, el de María Bellido, la joven que en medio del tiroteo y de los cañonazos ofreció un cántaro de agua al general Reding y a pesar de ser alcanzado por un disparo pudo saciar la sed del soldado. Bailén significó el comienzo del fin de Napoleón, de ahí su terrible enfado cuando le llegó la noticia del desastre, pues era la primera derrota que sufría el hasta entonces invencible ejército napoleónico. Los Reyes de Europa tuvieron que buscar en los mapas, y hasta el emperador de todas las Rusias, Alejandro I, el nombre perdido de Bailén para que sus pueblos recuperaran la moral y se convencieran de que había modo de vencer al corso.   

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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