Y no sólo él juzgado, sino también el partido socialista en pleno. Nos hemos acostumbrado-o hemos permitido-a que un tramposo detestable nos la colase doblada cambiando las reglas del juego democrático a conveniencia, hasta que se ha convertido en inconfundible el tufo de un tirano de mierda. Devenido del fraude electoral de las primarias del PSOE cuando, según Susana Díaz, todo socialista sabe que en el 2017-un año después de ser expulsado por el fraude de las primarias del 2016- ganó con trampas. Su legitimidad estaba subvertida antes de que diera el golpe de mano contra el pusilánime Rajoy que le aupó a la presidencia, mintiendo al Congreso sobre una inmediata convocatoria de elecciones encaramado al poder como un simio. Un ser guarro en lo personal y político que apesta a ego con grado de psicopatía. Seguramente un homicida como piensan de él los valencianos. Sin olvidar el genocidio de la plandemia que asesinó a nuestros Seres Queridos en número superior a cien mil ejecutados. El único que no se entera, desgraciadamente para España, es el rey: siento decirlo, un pelele en manos de un trilero de baja estofa con altos vuelos de Falcon pagados por el erario público saqueado.
Una tiranía de un ser abyecto y aborrecible que arbitrariamente llegó al poder para mostrarse como un ridículo esperpento, un auténtico hijo de satanás, que pretende trampear todo cuando ya se le ha visto demasiado la repugnante intención. No sólo en España sino que el patético forajido ya ha sido calado en en mundo entero. Rodeado de indicios delictivos, aplastado por las evidencias de su carrera criminal ejercida desde el gobierno contra España, busca quedar impune, arropado por palmeros y favorecidos de baja calaña, y convertir la ilegalidad en modus operandi personalista. Está por ver.
Por lo pronto, la Audiencia Provincial de Madrid ha ratificado que Begoña Gómez sea juzgada por 4 delitos que podían convertirse en cinco. Los medios de prostitución masiva han manipulado la resolución mintiendo sobre el juez Peinado y una inexistente desautorización de su labor judicial. Y así todo con los lameculos, furcias y fulanos sobrealimentados como carroña a costa del erario publico para encubrir las fechorías mafiosas de Sánchez.
Este arribista sin escrúpulos, demonio de tebeo, busca sojuzgar a todo un país heroicamente histórico mediante los artificios de la demagogia, la manipulación de las leyes, el manoseado decreto ley como comodín de la estafa; la anatematización de la España constitucional que ya existía durante décadas antes de que se desparramara en la presidencia como una inmensa deposición de la picaresca del arribismo nacido en democracia. Hijos bastardos de la convivencia pacificada.
Con todo lo que se está ratificando con investigaciones nada prospectivas donde aflora consistentemente la inmundicia corrupta que emana de La Moncloa, como si no se le hubiese visto el plumero mundial de la manipulación institucional, Pedro Sánchez, el sanchinflas desquiciado, porfía por desactivar todos los mecanismos de la Justicia que garantizan el Estado de Derecho para librarse de la imputación que ya cerca a su entorno más cercano del gobierno y a la familia de lleno. Ni uno solo de los ministros actuales o salientes se libra de la roña monclovita y del carácter delictivo de este desgobierno cuajado de malhechores. Todos más chulos que un ocho para disimular que están enfangados hasta las cejas, por haber obedecido o complacerse con las órdenes del capo número 1 que además pretende dar un golpe de mano sin cortapisas ni disimulos contra el poder judicial.
Ningún mafioso del mundo ha obtenido más ventajas que Sánchez para atentar contra la Justicia en el intento de anularla y desconectarla mediante la coacción directa, pertrechado de palmeros prostituidos de los medios de comunicación untados sectariamente, todos al descubierto en las trapisondas miserables incluso prostituidos los periodistas, putos y putas sin vergüenza que pululan por una Radio Televisión Española sufragada por los ciudadanos que ya no se dejan engañar con la cortina de humo del fascismo o la ultraderecha. La mafia monclovita enroca al rey de los fulleros, el estafador de las saunas gay elevado a la presidencia por múltiples fraudes electorales pues no ha ganado ni una elección aun con el fulano Tezanos y la corrompida Indra engañando antes y después de las citas con las urnas. España está descompuesta, invadida a propósito por la inseguridad, debilitada hasta la activación del instinto de supervivencia y los causantes, los responsables del crimen, siguen al mando de la España que desintegran.
Los ciudadanos inocentes y damnificados por esta caterva de mediocres diablos asisten con vergüenza a la continuidad de estos delincuentes que buscan destruir a la Justicia y convertir en burdel, uno más, la carrera y el poder judicial. Y todo ello, porque si estas tropelías sin fin, estos crímenes se hubiesen cometido en el ámbito civil, una operación policial de envergadura habría movilizado a los agentes necesarios para llevar ante un tribunal a la organización criminal de turno. Disfrazados de política los criminales parecen tener patente de corso. Cobarde nación donde los que son responsables de su cuidado esconden las cabezas como avestruces y hasta la corona.
En cualquier sociedad civilizada la Justicia estaría persiguiendo y defendiéndose frente a un delincuente masivo antes de darle la oportunidad de que permanezca en el poder para obstaculizar las investigaciones. Al criminal se le saca de la calle mediante actuación policial para que no siga cometiendo delitos u obteniendo ventajas una vez que se conoce la acción delictiva por la que es detenido. La demora de la acción policial es un riesgo inaceptable para una sociedad frente al crimen.
Delincuentes siguen con influencia para moverse con ventajismo contra los jueces que cumplen su imparcial deber. En otro país civilizado, menos acomplejado, más consciente de su valor y del sacrificio de sus antecesores, más digno de respeto por sí mismo, se dejarían de monsergas y organizarían una macro operación a instancias de una verdadera Justicia capaz de defenderse de pandilleros tras siglas políticas.
Las evidencias delictivas son aplastantes como para que el sanchinflas demoníaco se salga con la suya. Las espadas siguen en alto y la rabia ciudadana ruge en las calles. Veremos dónde acaba el capo, ocupa por fraudes electorales, de La Moncloa.
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