14/01/2025 16:30
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Tomás Salas. Nació en Álora (Málaga) en 1960. Profesor de Lengua, Doctor en Filología Hispánica. Estudios no terminados de Teología en el centro de Formación Teológica de la diócesis de Málaga. Libros: Ortega, teórico de la novela (Universidad de Málaga), Márgenes (poemas, en Corona del Sur), la traducción bilingüe del poema A los mártires españoles de Paul Claudel (Madrid, Ediciones Encuentro); coordinador del libro Laura Aguirre, una vida para los demás (en Álora, Imprenta Castillo), Un mundo al revés. Artículos sobre religión y sociedad (Credo Ediciones). Articulista de opinión en prensa y en webs, autor de estudios y ensayos. Interesado en el mundo de la religiosidad popular y las cofradías, ha participado en numerosos actos y congresos en este campo. En 2018 el Obispo de Málaga le asigna la tarea de postulador de la causa de beatificación de Laura Aguirre Hilla, la Señorita Laura. En su Twitter se define brevemente: Profesor de Lengua, lector, escribidor y opinador.

¿Por qué han decidido iniciar el proceso de beatificación de Laura Aguirre Hilla (la Señorita Laura)?

Laura Aguirre muere en Álora el 31 de diciembre de 1986. Había llegado a este pueblo malagueño en 1950 y había comenzado la labor de pía unión que funda en ese mismo día. Dedicó, juntamente, 36 años a su labor en este lugar. En este tiempo dejó en muchas personas la percepción de santidad.

¿En que consiste esta percepción?

Es un verdadero misterio. Ella tenía un carisma, un halo que hacía que muchos de los que la trataban vieran en ella una acción especial de la Gracia. Cuando murió muchos tenían la certeza de haber convivido con una santa. Y lo más curioso que es que no hace nada espectacular. Su tarea es ayudar a las niñas a las que recoge y cuidar de ellas como una madre.

¿Cómo era ella?

Era una persona sosegada, educada; muchos de los testigos de la causa dicen que dulce. Hay santos espectaculares o que son grandes fundadores. Laura, por el contrario, es una modesta laica que hace un trabajo humilde y sacrificado en un ámbito local. Sin embargo son muchos los que percibieron la santidad en ella. Por esta razón un grupo de personas, entre ellas antiguas niñas (así se las conoce en Álora) estuvieron trabajando para recoger testimonios y promover su figura. Fue importante también la labor de la parroquia, ya que aquí no contábamos con ninguna institución como parte actora, sino que ha sido obra de personas particulares, contando con medios muy limitados. El obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, a la vista de estos testimonios, decidió en octubre de 2019 abrir la causa en su fase diocesana. Se trata de una causa joven, que se ha puesto en marcha después de un periodo relativamente corto.

Lo primero que destaca de su vida es que siendo de clase social alta tuviese una vida tan austera y tan entregada a la caridad. ¿Qué le impulso a ello?

En efecto, pertenece a una familia de clase alta. Su padre es notario y su familia está relacionada con lo mejor de la sociedad malagueña. Su madre muere siendo ella joven; luego muere su padre y se queda al cargo de su madrastra (palabra que no parece muy adecuada por el cariño que siempre profesó a Laura). Se van a Bélgica con una tía suya, que está casada con un ingeniero perteneciente a la aristocracia. Era el modelo de lo que en aquella época se llamaba una señorita de buena familia. Hablaba francés, tocaba el piano, era una gran pintora, tenia conocimientos de enfermería y una distinción natural y un saber estar que hizo que todo el mundo la llamase Señorita Laura, título que ha perdurado en el tiempo. Esta distinción fue compatible con una austeridad extrema.

María, una cocinera que trabajó con ella muchos años, cuenta como peleaba porque ella se comía los trozos de pan que sobraban a las niñas y aprovechaba las frutas más pochas o las alitas de los pollos. Ella decía que tenía suficiente. Sus ropas eran viejas, pero siempre limpias y muy bien cuidadas. Reparaba las suelas de sus zapatos con cartones. Un día que está lloviendo se les deshacen estas suelas y un señor que la ve le da dinero para que se compre unos zapatos (lo que seguramente no hizo). Su aspecto, sin embargo, siempre resultaba elegante, distinguido. Tengo pendiente escribir un artículo que tenga por título La elegancia como virtud cardinal.

Su entrega a la caridad y su labor por los necesitados fue radical y continua en su vida.

Durante su época anterior a su llegada a Álora, viviendo en Madrid, en la época de la postguerra, sabemos que iba a las tiendas y pagaba anónimamente deudas de alimentos. Fue especialmente sensible con la educación y el cuidado de las niñas, que en esos años eran el sector más vulnerable. Trabaja con niñas en diversos lugares: Madrid, Jumilla y, finalmente, hasta el fin de su vida, en Álora. Sabemos de niñas a las que ayudó, posiblemente de su propio dinero, a conseguir una casa para su matrimonio.

En Álora comienza su labor con 3 niñas; a una de ellas la conoció mientras cogía colillas en la calle. Se instala en un bajo, cerca de la parroquia y prácticamente no tiene nada. Los testigos que visitaron el lugar cuentan que les asombró la pobreza y la falta de medios. Ella conseguía los medios para su obra pidiendo puerta a puerta por las cosas. También iba por el campo (Álora es una zona con mucha población rural), haciendo larguísimos recorridos a pie, con un borriquillo que le prestó un amigo, recogiendo frutos y alimentos que le daban.

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¿Qué impulsó a esta mujer, que hubiera tenido una vida cómoda y fácil, tener esta vida?

La caridad, el amor a los demás y en especial a los más débiles, que le venía de su fe inquebrantable y de su profunda vida espiritual. Ella veía en las caras de sus niñas el rostro vivo de Cristo. Tenemos el testimonio de un sacerdote que la trató durante un tiempo en Álora y nos confesaba que, cuando Laura se acercaba a comulgar, miraba al Señor de una forma, con un amor, que el no había visto nunca en nadie. Era, confiesa el sacerdote, la misma mirada que dirigía a sus niñas.

¿Por qué la caridad y la confianza en la providencia son los pilares de su vida?

El lema de la causa es PROVIDENTIA ET CHARITAS. Pensamos los que estamos impulsando la causa que este lema resume bien su espiritualidad.

Su vida estuvo siempre marcada por una continua confianza en la Providencia, que no desfalleció ni en los más duros momentos. La instución que pone en marcha en Álora se lleva el nombre de Providencia Parroquial Virgen de Flores. Cuando comienza su labor con esas 3 niñas no tiene nada. Sólo lo que le da la buena gente. En los momentos de mayor problema, que fueron la mayoría, siempre confiaba en la Providencia para que le echase una mano. Se cuentan multitud de casos.

Alguna noche una de sus colaboradoras le recuerda que no tienen nada que comer. Ella dice que hay que confiar y rezar. Alguien pega en la puerta y deja anónimamente comida, un saco de garbanzos o harina.

Una de las niñas cuenta que fueron desde el convento de Flores, donde vivían, al pueblo, para comprar comida. Iban con su borriquillo. Laura le confiesa a la niña que no llevan dinero. La niña le pregunta que cómo van a comprar, entonces. Llegan al pueblo y Laura entra a rezar a la iglesia de la Veracruz, que éstá en el centro del pueblo. La niña (que hoy vive y nos ha transmitido este testimonio) se queda en la puerta con el borriquillo. Cuando Laura sale del templo, un señor se le acerca, la saluda y le da un donativo.

Hay que tener en cuenta que su labor siempre estuvo marcada por las dificultades. En Álora su obra cambia varias veces de domicilio. Comienza con dos colaboradoras (Ángeles Medina y Socorro Sánchez), luego vinieron algunas otras, pero abandonaron el colegio. Al final de su vida, termina con las dos que le fueron fieles.

Hay un documento en su archivo que me resulta conmovedor. Es un informe que envía al Obispado de Málaga y que recoge los datos de la institución. En el apartado de personal, dice que tiene dos colaboradoras (coadjutoras, las llama), pero que espera y que sigue rezando para que haya vocaciones y que le lleguen algunas más. Lo extraordinario de este detalle es que Laura tiene entonces ¡83 años!. Lleva 33 años en Álora, y, en cuanto a sus colaboradoras está en el punto de partida. Sin embargo, confía en la Providencia, mantiene viva su esperanza.

Como he dicho, no hay hechos espectaculares en la vida de la Sierva de Dios, pero si abundan estos que podríamos llamar, para entendernos, pequeños milagros.

Era una persona de mucha oración, incluso pasaba muchas noches rezando…

En efecto. Cuando vivían en el convento de Flores (antiguo convento franciscano, donde está la ermita de la patrona, la Virgen de Flores) las niñas se levantaban por la noche y la espiaban, mientras ellas de rodillas rezaba durante largas horas. Un familiar cuenta que, en unos dias que se quedó en su casa, la sorprendía rezando por las noches. ¿Tú cuándo duermes, tía Laura?, le preguntaba. En una ocasión las niñas entraron a la capilla y ella estaba tan abstraída en la oración, que las niñas salieron gritando a la calle pidiendo ayuda, porque les parecía que Laura estaba muerta.

Era una persona de profunda espiritualidad eucarística. Hay un hecho extraordinario (de los pocos espectaculares de su vida) que cuentan varios testigos. Estando un día en misa, a una joven que acababa de comulgar le dio una arcada y vomitó en el suelo. Laura se inclinó y tomó la forma con la boca. El mismo sacerdote le regañó al finalizar la misa.

Para terminar este apartado, un pequeño detalle que nos ha trasmitido un testigo. Una cofradía de Álora la nombró Camarera de Honor. Ella preguntó sobre las obligaciones que contraía con este título. Le dijeron que no tenía nada especial que hacer, simplemente acompañarles cada año antes de la salida procesional y estar presente. – Bueno, dijo ella, entonces rezaré por ustedes, que es lo único que sé hacer…

Sin embargo sus fundaciones fueron modestas y se quedaron en un ámbito muy local…

En efecto. Tuvo una vida de continuos cambios de domicilio y de grandes cambios; sin embargo, cuando llega a Álora, a los 49 años, parece que allí encuentra su lugar definitivo y en este pueblo va a concentrar su vida y su trabajo. Su ámbito fue ese y no tuvo intención ni ambición de llevar esa obra fuera.

¿Qué nos puede decir de la pía unión que fundó?

Funda una pía unión que se llama Misioneras de la Diócesis. Recibe la aprobación del obispo de Málaga D. Ángel Herrera. Hay que decir que la pía unión es en realidad una agrupación de seglares que tiene un fin apostólico. Ella hace unos estatutos de esta institución donde plantea su funcionamiento, que es muy exigente: objetivos, horarios regulados de trabajo, oración, formación, etc. Prácticamente como una vida conventual. Después de su muerte, es nombrada presidenta de la pía unión su colaboradora Socorro Sánchez; cuando muere ésta, podemos decir que se extingue canónicamente.

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¿Cuál es el principal legado que dejó a la Iglesia?

Su legado espiritual es el del ejemplo de una persona que vivió una vida de continuas dificultades, tanto personales como en su obra, y que las fue afrontando todas con naturalidad, serenidad, sin dramatismos, con humildad, con elegancia. Esa serenidad le viene de la confianza en la Providencia, que fue como un escudo que le protegió de todas la penalidades.

Me parece que hoy tenemos mucho que aprender de ella. Estamos con frecuencia imbuidos en una pastoral voluntarista, que busca a veces la acción por la acción. Tenemos que comprometernos, tenemos que ser capaces, querer es poder, etc. Sin embargo, olvidamos algo fundamental: la primacía de la Gracia. Parece que hemos sustituido la herejía protestante de la Sola Fide por la Sola Charitas. Sin embargo, todo lo que hacemos procede de Dios que actúa sobre nosotros y tenemos que pedirle (oración) que esta gracia se produzca. Ese fue siempre el comportamiento de Laura: primero la oración, la confianza, la esperanza. La ayuda de Dios llegará. ¿Y si no llega como esperamos? No importa; seguimos adelante. Porque nuestra santificación no depende sólo de nuestros resultados desde un punto de vista humano.

Hay un hecho que se cuenta de san Josemaría (un santo tan distinto a ella, con una proyección internacional, fundador de una institución universal) que puede resumir bien esto que intento explicar. Visitaba las obras de la futura universidad de Navarra y le estaban explicando los detalles de este magnífico proyecto. El les dijo: -No pretendo que construyáis una gran universidad; quiero que os hagáis santos construyendo una universidad.

¿Qué queda de su obra hoy en día?

Queda el recuerdo de mucha gente agradecida, especialmente sus Niñas y sus familias. Queda su ejemplo, su testimonio. Algunas personas recuerdan pequeños detalles de ella, y no los han olvidado. No ha quedado una institución propiamente dicha. Su residencia definitiva es hoy día una residencia de ancianos. Queda su recuerdo, su testimonio, su ejemplo. Ha quedado la gran familia de sus Niñas, a las que educó y cuidó en su etapa del colegio y a las que siguió cuidando cuando, ya mayores, formaban su propia familia. A algunas les ayudó a conseguir su casa. Estaba pendiente de sus hijos, de sus problemas, de sus matrimonios cuando no iban bien. No era la directora de un colegio, sino una madre.

¿Qué rasgos espirituales nos ha dejado en sus cartas?

Siempre aprovecha las cartas para preocuparse de los demás, sus familiares, sus niñas y familias. En todo momento está el consejo oportuno, la lección espiritual. En su carta a la hija de una de sus niñas que hace la primera comunión, le habla de la inocencia, la Eucaristía, de la pureza. En su carta a una de sus niñas que pasa un mal bache en su matrimonio: le explica el sentido cristiano del amor, la convivencia, la paciencia. Sus cartas son verdaderas catequesis. De lo que no habla nunca es de sus problemas y dificultades.

¿Se puede decir que es un modelo de santidad seglar, de entrega total sin ser religiosa?

Exacto. Laura está muy influenciada por otra gran figura de la Iglesia española de ese tiempo, el padre José Soto, fundador de los Avilistas. El padre Soto habla de la santidad bautismal, la santidad a la que todos estamos llamados por nuestra condición de cristianos, por nuestro bautismo. Ella fue siempre una seglar, una persona en medio del mundo, aunque su modo de vida fuera el de una religiosa. A algunos les parece que esta dimensión espiritual la ha descubierto el Concilio Vaticano II, pero, como no podía ser menos, es una constante en toda la historia de la Iglesia.

Quiero terminar con esta idea: algunos se preguntarán ¿qué fundó esta mujer singular?. Pues fundó una gran familia, de cientos de Niñas a lo largo de muchos años. La suya fue una Maternidad espiritual. Si algún día llega a los altares, será una santa y una fundadora muy especial.

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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