¿Qué es el patriotismo? ¿Existe eso en España? Por Pablo Gasco de la Rocha

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En cuanto a la primera cuestión, la respuesta está condicionada. Condicionada a lo que cada uno entienda por patriotismo, supuesto que este valor fundamental en la vida de las naciones no se potencia en las escuelas, ni se obliga a demostrarlo en su defensa. Me refiero a España, naturalmente.

Así pues, el patriotismo, al menos en España, dependerá de cómo lo entienda cada uno. Esto es, si lo entiende como el deber de amar a la Patria que se adquiere al nacer, que es el patriotismo de los bien nacidos. Si es el sentimiento de utilidad que se presta a un determinado sistema político, que entonces hablaríamos del “patriotismo constitucional”, término acuñado por José Mª Aznar. O si se entiende en función de particulares intereses, que sería el sentimiento de agradecimiento de los inmigrantes hacia el lugar donde han podido tener una vida digna.

De momento descartamos dos tipos de patriotismo que no son. El de los pijos del PP, porque el patriotismo no es acudir con banderitas de plástico compradas a los chinos para asistir al desfile el Día de las Fuerzas Armadas, que jamás se celebra en Melilla, Ceuta, Vascongadas o Cataluña… Ni el de quienes entienden normal que se nos dicté el modo y la manera de ser y proyectar nuestro futuro… Hemos descartado de un plumazo, pero con toda exactitud conceptual, el patriotismo políticamente correcto que mayoritariamente impera en España.

Ahora respondamos a la segunda cuestión. Soslayando, eso sí, la afrenta que supone Gibraltar, sin que desde la democracia se haya dado un paso en favor de enmendar. Todo lo contrario.

Y lo primero que constatamos es que el patriotismo en España no existe. De lo contrario:

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1º. No se tendría miedo de reivindicar y, si fuera necesario, ostentar, cuantas veces fuera necesario, nuestra soberanía territorial… ¿Se hace eso con Marruecos, o por el contrario se le tiene miedo al Moro?

2º. No se consentiría el independentismo en las instituciones, que liquida la unidad e integridad de España… No siendo patriotismo haber dejado en libertad a los golpistas catalanas, o que en Vascongadas, principalmente en Vizcaya, se respire un profundo odio a España, no pudiendo lucir sin peligro físico la enseña nacional.

3º. No se consentirían comunidades de extranjeros, mayormente de jubilados ingleses, en determinadas zonas de España: Ibiza, Costa del Sol, Canarias, verdaderos guetos para los españoles, donde estos ancianos se emborrachan y se aparean a sus anchas bajo la bandera de Gran Bretaña.

Si ya hemos dicho en otras ocasiones, que a las diferentes Conferencias Episcopales que se han venido sucediendo desde la democracia se les debe imputar la mayor responsabilidad en la descristianización de España. Otro tanto conviene decir de las jerarquías de las Fuerzas Armadas respecto al sentimiento patriótico, aunque luego se extrañen y ofendan al comprobar que a una inmensa mayoría de españoles les importa poco menos que NADA lo que hagan fuera de nuestras fronteras, que vete a saber qué causas defienden, y, pese a la tragedia humana que representa, sus correspondientes bajas.

Hasta anteayer desconocía la orden de Defensa que no permitía jurar bandera a los “incapacitados judicialmente”, que no sólo afectaba a los locos de remate o a los imbéciles sin remedio, sino a los imposibilitados físicos (pongamos que a un tetrapléjico), un despropósito que fue enmendado por orden ministerial, firmada el 28 de julio y publicada el 5 de agosto en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Aunque en la nueva disposición hay otro agravio, ya que no se deja jurar bandera a los menores de 18 años, cuando con esa edad pueden cambiar de sexo, ellas pueden asesinar al fruto de la concepción que llevan en sus vientres y la izquierda radical plantea que puedan votar…

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¿Se ha percatado Defensa la cantidad de chavales de 16 años que a lo largo del tiempo formaron parte de nuestro Ejército, tanto en tiempo de guerra como de paz?

De cualquier forma, que un varón jure bandera sin portar el actual G-36E, que sustituyó al CETME, salvo causa o razón suficiente, para mí es como ir de fiesta y hacerse una foto.

Sin sentimiento patriótico ninguna nación pervive más allá de la supervivencia, y bien dice el refrán: “Obras son amores, y no buenas razones”.

Y por cierto, se JURA DEFENDER ESPAÑA UNA VEZ EN LA VIDA, y ese compromiso ante Dios, la Patria y la Historia se mantiene hasta la muerte. Otra cosa es que alguien tenga que volver a JURAR porque hubiese perjurado.