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Precisemos, inexistencia del presunto nuevo coronavirus (continúan, al día de hoy, sin aislarse y secuenciarse los restantes coronavirus). Y tras meses de repetidas solicitudes hechas al amparo de la ley de libertad de información, el gobierno de Irlanda reconoce finalmente que no posee prueba alguna de la existencia del virus Sars-Cov-2.
Todo fue (y es) una estafa
Y recordemos las señeras palabras de la sobresaliente periodista, Gemma O´Doherty, aseverando que “como parte de nuestra acción legal, habíamos estado exigiendo la evidencia de que este virus realmente existe, así como evidencia de que los cierres tienen algún impacto en la propagación de virus; que las mascarillas son seguras y disuaden la propagación de virus, pero no es así. Ni existen tales estudios ni el distanciamiento social se basa en la ciencia. Todo es un invento realizado sobre la marcha sin ninguna base científica«.
Pues nada, esperando que alguien, en más naciones – en la nuestra, España, por supuesto-, admita lo sabido: todo es una farsa. En fin.
Autor

- Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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