Traidores a la Patria. Por Julio Merino

Si el Rey aquella noche del «23-f» de 1981 salvó la democracia y a España de una nueva Dictadura ( y pudo hacerlo porque el Gobierno estaba físicamente secuestrado) ahora, hoy, Felipe VI, ya, no tiene más remedio que coger el toro por los cuernos y salvar la Unidad de España, tan en peligro o más que aquella noche, porque lo de Cataluña es ya de hecho una declaración de independencia y el Gobierno, por sus hechos, está más secuestrado que aquel del Congreso la tarde-noche del 23-F.

Les remito a un artículo que escribí allá por el 2010. Hoya hay más de lo mismo y peor.

TRAIDORES A LA PATRIA

Al señor Zapatero, por lo que se ve y hasta dice, le importa un bledo España, ya que, por los hechos, sólo le importan los votos y anular a la Oposición. La Constitución lo dice claramente: el Gobierno y las Cortes de la Nación pueden retirarle a una Autonomía sus Derechos, si esa Autonomía no sabe gobernarse o se extralimita en sus funciones. Pues ahí está el caso y no voy a citar artículos, que así se está perdiendo un tiempo precioso. Si la clase dirigente catalana no quiere ser española que se vayan, pero que no se lleven el solar porque el solar es de España desde hace más de 500 años. Así que fuera Estatuto, fuera Tribunal Constitucional catalán, fuera Autonomía POR UN TIEMPO RAZONABLE y nombramiento de Un Delegado del Gobierno de la Nación hasta que los «independentistas» aprendan la lección y las rayas rojas que no pueden cruzar. Aunque lo decía en un artículo anterior, que a pesar de todo Cataluña será independiente dentro de poco tiempo, hoy me ratifico y lo adelanto, sólo queda el tiempo que tarde esa marioneta-pantomima del Tribunal Constitucional español en hacer pública la sentencia más elaborada de la Historia. Si ese día esos jueces se atreven a echar para atrás el Estatuto el señor Montilla, como en 1931 el presidente Maciá, y en 1934 el presidente Companys, saldrá al balcón del Palacio de San Jaime y proclamará el «Estat Catalá» y de paso, a lo mejor, hasta la república de Cataluña… y si por cobardía aprueba el texto anticonstitucional España habrá desaparecido.

¿Y saben por qué? Porque los catalanes ya saben que hagan lo que hagan aquí no va a pasar nada o cuando más un cruce de «comunicados» agresivos y de condolencia (justo como los que emiten tras cada atentado de ETA).Porque saben que ya no hay Estado y que las Instituciones, desde la más alta a la más baja, están llenas de perjuros, primero, y luego de traidores a la Patria. Perjuros porque casi todos, también el Rey, juraron ante un crucifijo defender principios y leyes que luego no cumplieron, ¿No juró el señor Zapatero defender las leyes y hacerlas cumplir? ¿no juraron los Senadores y los Diputados?

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¿No juraron los miembros del Consejo Superior de la Justicia, y los del tribunal Supremo, y los del Tribunal Constitucional (estos sí que no tienen perdón)? ¿no juraron los Presidentes autonómicos, los Ministros y hasta los Alcaldes?) Traidores a la Patria porque aunque el Código Penal fije ese delito para los que vendan valiosos secretos de Estado a una potencia extranjera o al enemigo, mucho más lo es vender un trozo de España.

La traición a la Patria ha figurado en todos los Códigos de la Historia, desde Alejandro Magno hasta los Estados Unidos de América, para castigar a los que de algún modo vendían la Patria… Y eso, señores, es lo que aquí está pasando ahora mismo. Unos dirigentes catalanes quieren arrancar Cataluña del tronco madre y nadie está dispuesto a dar el paso que hay que dar. Pues eso, simplemente es una Traición a la Patria. Aunque ya sé que buscarán cien razones para justificarse. Todo, antes de perder el sillón o la Corona.

“PR noticias”

01/02/2010

Julio Merino

Autor

Julio Merino: Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.