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Que el feminismo Made in Spain o feminismo español no es más que un engaño a las mujeres de las que sólo y en exclusiva interesa robarles su voto es harto sabido desde hace años entre quienes hurgamos un poco en este inmoral, electoral e inconstitucional montaje de color violenta a manos de la baja política española, léase PPSOE, DESUNIDAS PODEMOS y los grupitos “pone mano”, vascos y catalanes, indepes vividores que maman a diario de la gran vaca española cuya leche proviene del trabajo de todos los contribuyentes españoles.
Pero lo que uno no podía imaginar es que el Ministerio de Igual Da, dirigido por una adolescente inconsciente, aún a falta de alcanzar una mínima solidez que le permita reconocer sus errores y rectificar, visto su proceder, llegase a ser la responsable directa de una ley, la del “sólo sí es sí”, que está causando daño físico y emocional a cerca de 800 mujeres con nombres y apellidos, así como a sus familias. Mujeres que se sienten engañadas, ninguneadas, desoídas y olvidades por la tal Irene, dado que asisten perplejas a cómo su agresor sexual bien reduce su pena carcelaria bien incluso sale a la calle.
Los primeros datos oficiales del impacto de la ley de Irene Montero, según datos aportados por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que publica el diario EL MUNDO (2/03/2023), alcanzan un total de 721 rebajas de condenas a violadores y 74 excarcelaciones de delincuentes sexuales acordadas en aplicación de la citada ley promovida y diseñada por el Ministerio de Igual Da. Cifras que no paran de aumentar día a día y cuya suma se eleva a 795 agresores sexuales beneficiados inexplicablemente por una ministra y su banda de asesoras que dicen llamarse “feministas”, defensoras de mujeres, cuando en la práctica favorecen a quienes las agreden sexualmente.
795 delincuentes sexuales que se corresponden con 795 mujeres maltratadas, violadas y agredidas de nuevo por segunda vez, ahora desde un Ministerio que no es que sea inservible, sino que es lesivo y dañino a las mujeres, ya que contempla su dolor de manera impasible, el dolor de 795 dramas familiares en el que padres, madres, hermanos y hermanas también sufren al lado de una mujer violada cuyo agresor ha recibido el mayor de los regalos que puede recaer en un delincuente, una rebaja en su condena, en este caso rebaja injustificada y absurda.
Esta ley podemita, bajo el amparo socialista, no sabemos si está hecha por burritas y analfabetas o por brujas que viven a costa de las agresiones sexuales a las de su mismo sexo. Incompetencia máxima o maldad, nulidad para el cargo o estrategia electoral pura y dura orientada a captar el voto de mujeres cada día más asustadas por tanto violador suelto. He ahí el dilema por el que optar.
Tan tontas de capirote es imposible que sean, no cabe tal grado de inutilidad. De manera que nos decantamos por lo segundo, porque lo que interesa a esta banda urbana es tener en la calle a violadores y agresores sexuales que agredan a las mujeres, a cuantos más mejor, para que la ministra del ramo y sus camaradas, la tan popular “banda de la tarta”, sigan erigiéndose en las salvadoras de las mujeres cuando en realidad son ellas las que promueven y potencian tales agresiones, dado que asisten impasibles a las consecuencias lesivas de su ley sin hacer nada, sin retirarla, sin modificarla, dejando pasar días, semanas y meses.
Sean como sean tales mocitas con aspecto y verborrea de suburbio, este 8 de marzo de 2023 es, por méritos propios de Irene Montero y sus compañeras de clase, el día del violador.
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