21/11/2024 11:52

Hace 85 años finalizaba oficialmente, con el último parte de guerra, el único firmado con su nombre por el Generalísimo en toda la contienda, la denominada por unos Cruzada de Liberación Nacional -los otros no supieron darle nombre alguno-, que durante tres años había enfrentado a los españoles irremediablemente divididos por culpa de la enajenación que invadió a la mitad de ellos producto de la peor y más dañina de cuantas ideologías ha producido el hombre: la marxista-leninista y revolucionaria, sea en vertiente socialista o comunista; ideología, por cierto, que en ambas corriente vuelve hoy por sus fueros en nuestra Patria, actualizada en sus formas, con los mismos resultados que entonces. Aquel 1º de Abril terminaba también un largo periodo de decadencia y degeneración de nuestra historia, cuyo colofón fue, precisamente, el arraigo de dicha ideología y la consiguiente guerra, pues no de otra forma podía acabar lo uno y lo otro. Aviso a navegantes.

La guerra, fase última del proceso revolucionario, fue buscada y provocada con ahínco por esa España que había dejado de serlo por dejarse embaucar por los cantos de sirena voceados con insistencia por la entonces URSS, como medio de extender su Revolución y con ello su dominio del mundo, y que por distintas causas fue en España donde más arraigó, avanzó hasta llegar a esa última fase y pudo triunfar si la otra media España no llega a reaccionar enfrentándose a ella y, más aún, logrado vencerla plenamente incluso contra de todo pronóstico, lo que de todas formas sólo se consiguió con sangre, sudor y lágrimas; y es que los milagros nunca son gratis.

Ahora bien. Sólo lo que se hiciera después justificaría real y plenamente aquella reacción, aquella guerra, aquel sufrimiento de ambas partes y aquella victoria. Y eso es así siempre y en todo lugar, pero más aún en el caso español. Porque las buenas intenciones iniciales, no siempre acaban bien. Porque cambiarlo todo, para que todo siga igual no es de recibo nunca ni para nadie. Porque muchas veces se ha visto que se promete y luego no sólo no se cumple, sino peor aún, se hace lo contrario de lo que se prometió. Porque el lobo se disfraza de cordero pues no de otra forma podría conseguir sus objetivos. Porque el engaño y la mentira son la seña de identidad de los destructores del ser humano y de la Humanidad. Y porque la Historia tiene más ejemplos de ello que de lo contrario con independencia de lugares, culturas y épocas.

Poco antes de partir para Canarias, a donde Azaña enviaba al entonces Gral. Franco como forma de apartarlo de la península por reconocer en él a la única persona con talla suficiente para neutralizar sus planes y los de sus secuaces de toda clase y condición, el general se entrevistó con su amigo Víctor Pradera, posteriormente asesinado, manifestándole que, en caso de tener que intervenir, dado el deterioro evidente y acelerado del devenir de España en todos los órdenes, “no volveremos a la posición de partida”; expresión esta última propia de la jerga militar entendiendo por “posición de partida” esa de la que sale una unidad para realizar un ataque o un ejército una ofensiva, quedando claro que, de tener que intervenir, condicional que demuestra que aún entonces Franco no estaba por la labor o al menos no lo tenía ni claro ni mucho menos decidido, como ya sabemos por otras vías, desde luego no sería para volver a esa España de la decadencia y degeneración de la que el siglo XIX era su máximo exponente, ese mismo que el propio Caudillo decía que “quisiéramos borrara de nuestra historia” y cuyo natural y lógico final iba a ser la guerra civil.

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Pues bien. A la vista está que no se volvió a la “base de partida”. La España posterior a la guerra, incluso aún en medio de un mundo que colapsó con la II Guerra Mundial y más aún tras ella, demostró con sus logros, muchos de ellos increíbles, que aquella reacción y más aún aquella victoria estuvieron más que justificadas, así como, y por desgracia, los sufrimientos inherentes, pues sólo hay que ver lo que les ocurrió a los países que cayeron durante décadas bajo el yugo marxista-leninista revolucionario para comprobar lo que le esperaba a España si el resultado de la guerra hubiera sido el contrario, así como también podemos aventurar sin temor a equivocarnos, que el mundo hubiera sido muy distinto si tras la guerra mundial España hubiera sido, también, parte de la URSS como lo fue, hasta nada más y nada menos que el final de la década de los 80, media Europa.

Más aún. Cuando hoy aún vivimos de las rentas de aquella victoria, de aquel no volver a la base de partida, de sus increíbles logros de todo orden, más justificada aparece aquella reacción y aquella victoria, bien que, para nuestra desgracia, está cada día más claro que los españoles volvemos a no aprender de nuestra historia y caminamos desde hace ya medio siglo largo a repetir lo peor de ella. Dios no lo quiera… o mejor decir que Dios no lo permita, porque parece que los españoles no sólo lo quieren, sino que lo anhelan.

Autor

Francisco Bendala Ayuso
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S.S el Papa Pío XII a los fieles españoles, abril de 1939.
«Nos dirigimos a vosotros, hijos queridísimos de la Católica España, para expresaros nuestra paterna congratulación por el don de la paz y de la victoria, con que Dios se ha dignado coronar el heroísmo cristiano de vuestra fe…».

Hakenkreuz

Cruzada para los católicos (terminología de Pío XII), guerra civil revolucionaria para los rojos (terminología leninista).
Golpe de estado pro republicano de diciembre de 1930, golpe de estado municipal pasivamente consentido en abril de 1931, masacre azañista contra la revolución anarquista y de fusilar sobre la marcha en 1932, guerra civil revolucionaria y golpista sangrienta en octubre de 1934, golpe de estado electoral o pucherazo de terror en febrero de 1936, golpe de estado en abril de 1936 destituyendo a Alcalá Zamora, revolución bolchevique en julio de 1936, según los que aman a Dios y a España.
Golpe de estado de Sanjurjo en 1932 según los que odian a Dios y a España.
Sublevación (gloriosa) popular y militar porque no querían ser exterminados o sometidos a un régimen soviético para los que aman a Dios y a España.
Golpe de Estado exclusivamente militar (como la sanjurjada) para los que odian a Dios y a España.
Bando nacional (católico y patriota) para los que aman a Dios y a España.
Bando fascista (no facha, que eso surgió después), rebelde, traidor y golpista para los que odian a Dios y a España, para los rojos y demócratas de todo jaez.
Bando rojo (rojo es un color, no un insulto. Lenin y Stalin denominaron rojo a su ejército y su bandera era roja. El bando rojo se autodenominaba así, ya fueran comunistas, socialistas o anarquistas) para los que aman a Dios y a España.
Bando republicano o gubernamental para los que odian a Dios y a España.
Defensa de Dios, su Iglesia y de España y su unidad para los que aman a Dios y a España.
Defensa de la «legalidad» republicana y de la República (soviética) para los que odian a Dios y a España, es decir, comunistas, socialistas y anarquistas (ojo, defensa «anarquista» de la República).
Chekas de tortura y exterminio genocida en paseos múltiples denunciada por los que aman a Dios y a España.
«Justicia» popular y proletaria, o entusiasmo popular incontrolable para los que odian a Dios y a España.
Arriba España, una, grande y libre, Franco, Franco, Franco, y Viva Cristo Rey para los que aman a Dios y a España.
Muera España, viva Rusia, viva Stalin, gora «Euzkadi», visca «Catalunya», viva la repúbica astur leonesa de Belarmino Tomás, para los que odian a Dios y a España.
Colectivización, hambre masiva mortal, holodomor, destrucción económica generalizada, expropiación incluso de los minifundios (dejando a los agricultores sin siquiera camisa), denunciada con valentía por los que aman a Dios y a España.
«Justicia social», fin de la «explotación», revolución espontánea y entusiasta, paraíso soviético, progreso, «juerga revolucionaria», democracia y legalidad para los que odian a Dios y a España.
Unidad de España sin privilegios regionales ni personales, español idioma de todos y evangelización y amor a España y su historia para los que aman a Dios y a España.
Estatutos de secesión y odio a España y los españoles («autonomía»), división territorial, privilegios territoriales, sumisión a Stalin y sus comisarios de la Komintern, persecución a lo español y a lo católico, odio a la historia de España para los que odian a Dios y a España.
Exterminio de católicos, incluso de familias enteras recluidas en iglesias incendiadas en pueblos, fusilamientos y torturas en chekas por ir a misa, paseos, falsa «libertad religiosa» de los curas del PNV (que no de Dios) para delatar fieles escondidos, sacrilegios, profanación de tumbas, fusilamientos a monumentos del Señor y la Virgen María, sadismo y crueldad sin tasa en los que odian a Dios y a España.
Tribunales militares con fusilamiento de responsables de delitos de sangre por parte de los que aman a Dios y a España.
Deportación y secuestro criminal sin precedentes y sin copia posterior en nación alguna de niños y niñas a la URSS y Méjico del criminal Cárdenas, separándoles para siempre con terror y engaño de sus padres y madres y parientes vivos para hacer de ellos comparsas de la propaganda roja, en los que odian a Dios y a España (ninguna nación hizo tal cosa con los niños en la Segunda Guerra Mundial, ninguna).
Educación católica, patriota, generalizada y de calidad inigualable en niños y jóvenes por parte de los que aman a Dios y a España.
Divorcio y aborto anarquista en Cataluña en los que odian a Dios y a España.
Matrimonio canónico y protección de la niñez en el bando de los que aman a Dios y a España.
Castidad generalizada y penalización del adulterio y de la perversión en zona de los que aman a Dios y a España.
Sífilis y prostitución generalizada en la zona de los que odian a Dios y a España.
Economía de guerra sin hambre, miseria y con recuperación y crecimiento espectacular en la zona de los que aman a Dios y a España, que ayudaría a sobrevivir a los de la zona roja tras la guerra aunque se silencie.
Colectivización de campos y ganados, industrias y recursos, caída en picado de la producción y la productividad, huelgas revolucionarias, comités, asambleas, mítines, todo menos trabajar (ni siquiera para garantizar calzado al ejército rojo), hambre masiva, holodomor, deforestación, ruina de suelos, aniquilación de la cabaña ganadera, ruina de industrias, tierra quemada, destrucción de infraestructuras y de patrimonio cultural de siglos, ruina generalizada y terror rojo genocida en zona de los que odian a Dios y a España.
Libertad informativa exterior en zona de los que aman a Dios y a España, sin trabas ni censuras previas.
Censura implacable de terror informativa en zona de los que odian a Dios y a España, abatiendo incluso aviones destino al extranjero si contenían información delicada del bando rojo.
Sumisión a Stalin, que quitaba y ponía presidentes, en zona de los que odian a Dios y a España.
Independencia y soberanía de España en zona de los que aman a Dios y a España, con declaración de neutralidad a nivel europeo.
Muerte masiva de hambre en ciudades de la zona de los que odian a Dios y a España.
Alegría incontenida en las ciudades liberadas del terror rojo por parte de los que aman a Dios y a España en su avance.
Macro robo, saqueo y expolio casa por casa, ciudad por ciudad, pueblo por pueblo, iglesia por iglesia, convento por convento, museo por museo, de todo tipo de objeto de valor, joya, cuadro, obra de arte (incluidos los cuadros del Museo del Prado), oro, plata, divisa extranjera, activo financiero, etc., para llevarlos al extranjero como botín robado a todos los españoles y para lujo de los rojos huidos, en la zona de los que odian a Dios y a España.
Recuperación gradual y notable de la economía, fin del hambre masiva, reforestación, recuperación de la cabaña ganadera, recuperación de suelo cultivable, obras de regadío, pantanos, industrialización, obras públicas, reconstrucción de infraestructuras, recuperación de parte del oro y obras de arte saqueadas, recuperación de parte de la flota y de la armada, etc., en la zona de los que aman a Dios y a España.
Engaños, mentiras, hipocresía, amenazas, terror por radio y prensa (con direcciones de «fascistas» publicadas) en zona de los que odian a Dios y a España,, hasta el punto de que los que vivían bajo su terror, escuchaban a escondidas la radio de Queipó de Llano, como en la URSS se escuchaban emisoras extranjeras.
Información fidedigna de los avances militares y económicos en la zona de los que aman a Dios y a España.
Oraciones fervorosas, crucifijos, misas, te deum en Barcelona con medio millón de feligreses (lo nunca visto allí), reconstrucción de templos y seminarios, en zona de los que aman a Dios y a España.
Lenguaje vomitivo soez y blasfemo hasta lo inaguantable en zona de los que odian a Dios y a España.
Fanáticos enloquecidos y cobardes «intelectuales» en zona de los que odian a Dios y a España (Antonio Machado, por ejemplo, que, totalmente insensible a los paseos y las chekas, escribe que la URSS es «el país más cristiano del mundo»).
Verdaderos hombres ilustres arrepentidos de ser republicanos, desengañados y echando pestes de los rojos y favorables a Franco (Marañón, Ortega y Gasset, Ayala, Unamuno y el 85% de profesores y catedráticos universitarios).
Asesinato masivo de católicos y de guardias civiles sublevados en Badajoz a pocos días de la llegada de Yagüe en agosto de 1936, con huida de los rojos y su mando por Portugal, para los que aman a Dios y a España.
Orgía de asesinatos de rojos en la plaza de toros de Badajoz, con señoras con peineta en las gradas contemplando el espectáculo, según la prensa de los que odian a Dios y a España.
Ametrallamiento y sádico linchamiento de presos católicos y patriotas en la cárcel Modelo bajo mando bolchevique de la judía socialista Nelken, denunciado por los que aman a Dios y a España y por algún republicano a Azaña en aquel mes de agosto del 36.
Incendio provocado por los presos que «obligó» a los milicianos a tomar «medidas drásticas» contra los presos rebeldes según los que odian a Dios y a España.
Asesinato masivo a tiros y con granadas de presos católicos y patriotas españoles en buques prisión de Bilbao denunciado por los que aman a Dios y a España.
«Justicia» gudari por el bombardeo de Bilbao por la Legión Cóndor (unos cuantos petardos de la época, poco más. Más ruido que destrucción y muerte).
Bombardeo del puente de Guernica para cortar la retirada a los gudaris que huían del frente ante el avance de las Brigadas Navarras que amenazaban con cercarles, provocando 126 muertos (muchos de ellos militares mezclados con población civil a modo de escudos humanos) sin tocar la industria de esa localidad (luego el bombardeo no fue discriminado), con negligencia de los bomberos bilbaínos para apagar el fuego que quemó bastantes casas de la villa y con manipulación propagandística de un corresponsal de origen sudafricano (país racista por entonces) contra la Legión Cóndor, según la versión de los que aman a Dios y a España.
Bombardeo criminal e indiscriminado contra Guernica por parte de la aviación nazi matando a 5400 habitantes indefensos (luego 1200 y pico) en una acción odiosa que los «vascos» no olvidarán ni en cuarenta generaciones según los que odian a Dios y a España.
Persecución con fuego de artillería naval de los milicianos rojos huidos de Málaga en dirección a Motril, mezclados con la población civil como escudos humanos para salvar sus vidas tras haber incendiado y asesinado en masa a los presos católicos de Málaga, según los que aman a Dios y a España.
Vil crimen de guerra cometido contra indefensos civiles que salieron de Málaga para huir del avance de legionarios incitados a violar por la radio de Queipó de Llano según los que odian a Dios y a España.
Valiente intervención de los gudaris en la campaña de Guipúzcoa, Vizcaya y Santander (sin citar la batalla de Villareal y la «batalla» de Santoña) según los que odian a Dios y a España.
Cobarde actuación gudari en Guipúzcoa, Villareal y Santoña, con milicianos rojos asturianos y cántabros, traicionados por los gudaris, resistiendo verdaderamente en el avance sobre Bilbao y retardándolo, según los que aman a Dios y a España.
Brillantísima operación militar del Ejército Popular diseñada por Vicente Rojo que avergonzó a Franco en Brunete según los que odian a Dios y a España.
Espectacular resistencia nacional en Brunete, Quijorna, Castillo de Villafranca y cerros aledaños contra un enemigo que le superaba en 10 contra uno según los que aman a Dios y a España.
Ridiculización de Franco nuevamente en la batalla de la Granja de Segovia por parte del brillantísimo jefe del estado mayor rojo, según los que odian a Dios y a España.
Ridículo rojo espantoso en la batalla de la Granja de Segovia según los que aman a Dios y a España.
Criminal masacre de católicos y patriotas en Torrelavega y Santander mientras el ejército nacional avanzaba en esa provincia en agosto de 1937, con rojos desesperados en el puerto de Santander en busca de un buque en el que huir (los antiespañoles vascos fueron los primeros en hacerlo) según denuncian los que aman a Dios y a España.
Brillantísima defensa de Belarmino Tomás («de aquí no se mueve ni Dios») en Asturias, proclamando la república independiente de Asturias y León (de León ni el 2% de territorio y menos de población), según los que odian a Dios y a España.
Cobarde, miserable y criminal actuación del comisario asturiano, robando a sus paisanos todo lo que de valor pudo expoliarse y huyendo luego en barco, con su hija, a Francia, para vivir en un «exilio» dorado, mientras abandonaba a los mineros rojos a su suerte, según los que aman a Dios y a España.
Nueva ridiculización de Franco en el «espectacular» avance rojo hacia Zaragoza coronado con la brillantísima victoria en la batalla de Belchite, según los que odian a Dios y a España.
Nuevo fracaso estrepitoso en aplastante superioridad numérica y de medios del ejército rojo en su ofensiva para ocupar Zaragoza, donde un puñado de requetés y falangistas lograron detener la ofensiva en Belchite en una resistencia verdaderamente heroica, según los que aman a Dios y a España.
Paz, piedad, perdón según Azaña, frente a la sed de venganza nacional según los que odian a Dios y a España.
Odio de Azaña a la Iglesia y a los católicos, desprecio a la masacre de los mismos y a la quema de templos, fusilamientos sobre la marcha de anarquistas de Casasviejas, conspiración golpista nada más perder las elecciones con la CEDA, lenguaje agresivo y de instigación de odio en sus mítines en 1936, esperanza frustrada de controlar a los rojos (acabó controlado por ellos) y actitud totalmente cambiada tras preveer la derrota y tras ser rehén de los soviéticos, según los que aman a Dios y a España.
Ridículo enésimo de Franco en la Batalla del Ebro, donde el hábil talento de Rojo volvió a sorprender al incompetente Franco a sus espaldas en una maniobra ejemplar de cruce sorpresivo del río, según los que odian a Dios y a España.
Suicidio global del ejército rojo atrincherado en los altos de la orilla derecha del Ebro tras su temerario cruce frenado en Gandesa con inferioridad numérica nacional, con el río a sus espaldas, los puentes continuamente bombardeados, pasando hambre y necesidad sus milicianos y siendo machacados y desgastados día tras día por la artillería y la aviación nacional, encerrados ellos mismos en su propia ratonera sin poder retirarse con orden y facilitando así la victoria nacional que hubiese sido mucho más costosa si los que tienen que cruzar el río hubiesen sido los nacionales, según los que aman a Dios y a España.
Incompetencia estratégica de Franco al ordenar el avance por el Maestrazgo con derramamiento inútil de sangre, según los que odian a Dios y a España.
Durísimo golpe económico militar a los rojos tras la ocupación total de Castellón, con sus ricos recursos agrícolas, cítricos y hortícolas, que multiplicaron las calamidades de la zona roja según los que aman a Dios y a España.
Cobarde huida (los antiespañoles de ERC los primeros en huir) de rojos y antiespañoles de Cataluña humillantemente desarmados en Francia y recluidos en campos de concentración a la intemperie pasando frío, hambre y bajo amenaza continua de guardias senegaleses armados, entusiasmo desbordante de las poblaciones catalanas reconquistadas, especialmente las capitales de provincia (Tarragona, Barcelona y Gerona), festejos, alegría, patriotismo español sorprendente y alivio generalizado tras el infierno rojo antiespañol, con vuelta inmediata masiva de los que habían huido sin delitos, engañados por los rojos, que se incorporaron a sus casas y ocupaciones sin represión en la mayoría de los casos, según los que aman a Dios y a España.
Tristísima partida al «exilio» de los «vencidos», tristísima agonía de Azaña y de Antonio Machado, fúnebre postguerra catalana, represión, fusilamientos, dictadura, etc., según los que odian a Dios y a España.
Entrada triunfante en Madrid el 28 de marzo de 1939, con un entusiasmo incomparable en la capital y sin apenas resistencia roja, huidos los principales líderes, y rápida ayuda del Auxilio Social que repartía pan, incluso a los rojos temerosos, y no propaganda roja, mítines, terror, hambre y odio de los derrotados marxistas, según los que aman a Dios y a España.
Comienzo de la dictadura y de la gris y en blanco y negro postguerra de tristeza y de hambre, represión, fusilamientos y de tristeza generalizada de toda España según los que odian a Dios y a España.
Alegría generalizada, con lágrimas por los que ya no estaban, pero alivio y festejos ampliamente difundidos de norte a sur, de este a oeste, por el fin de la guerra y el triunfo de los que aman a Dios y a España. Fin del holodomor, del terror rojo y de la miseria física y moral, fin de los paseos y de las chekas, rápida reconstrucción y recuperación, entusiasmo generalizado reflejado en un impresionante aumento de la natalidad en España (esta es la horrorosa España nacional de la dictadura de Franco según los que odian a Dios y a España, que son los abortistas y antifamilia lgtbi, feminista y demás escoria que hoy afirman que nadie tiene niños porque no se los pueden permitir).
….
En definitiva, una España sana, normal, amante de su patria, católica, que se negó a ser exterminada y a ser esclavizada como Rusia, se sobrepuso a una anti España roja de odio a todo lo bueno y santo que solo fue muy hábil, como lo es hoy, en engañar y en llevar a la autodestrucción a millones de españoles seducidos por sus líderes genocidas.

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